La noche del miércoles, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) activó el protocolo de evacuación, luego de que la actividad del volcán se incrementara drásticamente. En las siguientes 24 horas, la institución evacuó a 786 personas de las comunidades cercanas al coloso.

Entre flujos piroclásticos, ceniza y el descenso de lava, la actividad volcánica se ha mantenido constante hasta el viernes 6 de junio. Esta situación ha llevado a que la Conred mantenga la alerta anaranjada en los departamentos de Sacatepéquez, Chimaltenango y Escuintla.

Pasadas las 17.00 horas del jueves, la Conred informó que la lluvia registrada en las cercanías del volcán provocó la formación de lahares de gran magnitud, que descendieron por diferentes barrancas del coloso. Por esta razón, las autoridades recomendaron no ingresar a zonas cercanas, ya que estos flujos avanzan a gran velocidad y representan un alto riesgo.

Volcán de Fuego en erupción: ¿Qué son los lahares?

Juan Laureano, vocero de la Conred, explicó a Prensa Libre que los lahares son flujos de lodo y escombros volcánicos que descienden por las laderas de los volcanes debido a la combinación del material suelto con el agua de lluvia.

Con las primeras precipitaciones de la temporada, estos flujos aumentan en la cadena volcánica y se convierten en una amenaza para residentes y visitantes que se encuentren cerca del volcán, detalló Laureano.

La Red Sísmica del Pacífico Noroeste (PNSN, por sus siglas en inglés) indica que los lahares están compuestos en un 60% por material volcánico —escombros, ceniza, rocas y fragmentos de diferentes tamaños— y el 40% restante por agua y materiales del ecosistema arrasado en su trayecto.

Laureano subrayó que estos flujos no ocurren únicamente durante erupciones, ya que pueden generarse por la acumulación de material volcánico previo. Añadió que los lahares han sido más frecuentes en las barrancas Seca y El Jute, donde se ha observado una trayectoria recurrente.

Es importante destacar que estos flujos pueden ser tanto calientes como fríos, y causar daños importantes, especialmente en zonas bajas como valles y comunidades cercanas.

Flujos piroclásticos: el mayor peligro de una erupción

Otro de los fenómenos volcánicos más letales es el flujo piroclástico, cuya peligrosidad quedó evidenciada en el 2018, cuando provocó la muerte de más de 200 personas tras una erupción del volcán de Fuego.

Según explicó el vocero de la Conred, estos flujos consisten en una mezcla de gases calientes, ceniza y escombros volcánicos que descienden a gran velocidad por las barrancas del volcán.

Su velocidad puede variar entre 50 y 700 kilómetros por hora. El riesgo para una persona es altísimo si no se prioriza la autoevacuación o una evacuación organizada.

National Geographic señala que un flujo piroclástico puede alcanzar velocidades de hasta 200 metros por segundo y que quema todo lo que encuentra a su paso.

Este fenómeno se produce cuando la columna eruptiva pierde impulso ascendente y el material cae por gravedad, o cuando, desde un inicio, se desplaza directamente por las laderas.

Además de su poder destructivo, los flujos piroclásticos pueden causar intoxicaciones por gases tóxicos y quemaduras severas. En 2018, hubo cuerpos completamente carbonizados por el impacto del material piroclástico, recordó Laureano.

Medidas de prevención

La Conred hizo un llamado a la población a seguir las recomendaciones de las autoridades, evacuar de forma oportuna y no oponerse al proceso. También reiteró la importancia de verificar la información en canales oficiales, para evitar la propagación de noticias falsas que generen pánico.

Se recomienda tener lista la mochila de las 72 horas, que debe incluir ropa, alimentos, artículos de higiene, botiquín de primeros auxilios, linterna, teléfono móvil y otros insumos básicos. Asimismo, se debe establecer un plan familiar de emergencia para actuar en caso de una eventualidad y apoyar a personas con condiciones especiales o discapacidad.