TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN

Tributos a Mujica
“Me gusta manejar con eficiencia una motosierra o un tractor, entender la vuelta de un hidráulico, entender más o menos cómo funciona la explosión de un motor. Me maravillan las turbinas, pero siento un fragor interior, un fuego interior cuando leo a Séneca o cuando leo cualquier monumento cultural de la historia de la humanidad». […]
Enlace generado
Resumen Automático
“Me gusta manejar con eficiencia una motosierra o un tractor, entender la vuelta de un hidráulico, entender más o menos cómo funciona la explosión de un motor. Me maravillan las turbinas, pero siento un fragor interior, un fuego interior cuando leo a Séneca o cuando leo cualquier monumento cultural de la historia de la humanidad». José Mujica
Mientras veo los tributos, los mensajes y las fotos compartidas sobre Mujica, todos llenos de admiración por un personaje muy querido me pregunto si los presidentes que saludan y expresidentes que despiden al líder uruguayo hicieran un poquito de lo que hizo José Mujica, este mundo sería mucho, muchísimo mejor. Veo las fotos y videos que se tomaban con Mujica gente de todo el mundo. Era un hombre muy visitado por todo tipo de gente, buenos, malos, mediocres. Las fotos me recuerdan aquella frase de Alberto Cortez que dice: Que suerte he tenido de nacer para entender que el honesto y el perverso, son dueños por igual del universo. Por supuesto el presidente Arévalo lo visitó, creo, y recibió comunicaciones varias de Mujica, especialmente durante el proceso de elección como presidente, cuando Mujica le dijo:
«Desde el Sur me place saludar y desear ventura a don Bernardo Arévalo, alguien muy ligado a mi país, por las circunstancias de que su padre estuvo exilado, el expresidente Arévalo, cuando yo era todavía joven, allá cerca de la década del sesenta. Lo quiero saludar, no lo conozco, pero sé que es un sociólogo militante, con larga trayectoria y experiencia en la cuestión pública y comprometido con la suerte del sufrido pueblo guatemalteco. Desde el Sur, en nombre de mis compatriotas, de mis compañeros, luchadores sociales, de todos los que buscamos mitigar las diferencias que hay en materia de desigualdades en nuestras sociedades, le quiero desear suerte y pedirle a su pueblo que lo apoye en este desenlace electoral, donde se juega la esperanza del pueblo de Guatemala, tan sufrido, tan perteneciente al corazón más postergado de nuestra Latinoamérica. Hasta siempre y suerte, querido compañero a la distancia».
Creo que el presidente Bernardo Arévalo no entendió, no ha entendido y no entenderá que Guatemala se juega la esperanza con su presidencia.
El presidente Mujica tuvo un enorme impacto en la vida uruguaya, pero hubo un elemento clave que desarrolló desde el principio y esa fue su visión de educación técnica, no de cualquier educación, decía. En la emisora uruguaya M24, Mujica se refirió a la formación técnica como una de las “formas más lúcidas de capital” para entregar a las nuevas generaciones: “Una de las formas de inversión pública y social más fuerte es la enseñanza, pero no cualquier tipo de enseñanza. Me refiero, dijo, a aquélla que está dirigida esencialmente a la multiplicación del mundo material que nos rodea”, dijo Mujica y aclaró que la educación técnica no necesariamente va en detrimento del cultivo de la cultura y de otras manifestaciones del “acontecer humano”.
Según el periódico EL PAÍS, del Uruguay, de fecha 31 de diciembre del 2011 el presidente Mujica dijo que se cierra el año con la preocupación de la educación: «En marzo esperamos poner proa a una institución de carácter técnico que comience de lo más elemental, enseñando a soldar, etcétera, que vaya subiendo los escalones para llegar a tecnicaturas calificadas», afirmó Mujica en su mensaje de fin de año. El mandatario destacó la necesidad de mejorar la educación técnica para lograr una mano de obra calificada, y que vaya de la mano con la calidad de la educación secundaria. En ese sentido, en esa y en varias entrevistas, en mis viajes al Uruguay he sido testigo de la visión progresista de la educación técnica del presidente uruguayo, una visión que no es común en América Latina donde hemos sido cooptados por pseudo presidentes unos de derecha, otros de izquierda, pero igual de incompetentes.
Ciertamente se requiere un replanteamiento profundo con la educación técnica guatemalteca. Lo he discutido en más de una docena de aportes en mi columna de La Hora, en diferentes revistas científicas y tecnológicas especializadas tanto de España, Inglaterra, Holanda, Canadá, Estados Unidos como de América Latina, en tantos foros, congresos y todo sigue igual. Como dice el Padre Edgar en X: «Aunque a veces solo somos voces que gritan en el desierto», aunque eso pase, llegará el momento de que entendamos que el vacío existencial de la educación de Guatemala es la educación técnica, no por su ausencia, porque oferta hay, sino por su calidad, su pertinencia y especialmente por la ausencia de dirección, en particular la ausencia de una política nacional de educación técnica. En un país que además de sus problemas fundamentales como la pobreza, la enorme desigualdad, la ausencia de justicia, su permanente desnutrición hay que agregar la licenciatitis, esa búsqueda casi obsesiva de licenciaturas en derecho o licenciaturas universitarias donde tardan no cuatro años para graduarse, sino ocho, doce, dieciséis años, sin haber visualizado a la educación técnica como una opción.
Uno de los problemas fundamentales de la educación técnica es su estatus social, porque en nuestra sociedad lo técnico ha sido relegado a un bajo estatus social, no es así en Alemania, por ejemplo. En ese sentido a la educación técnica en América Latina se le asigna un papel secundario en las políticas educativas, como si fuese un reflejo especular de su bajo estatus social. Consecuentemente, las propuestas curriculares nacionales están mayormente orientadas hacia un modelo que resalta el conocimiento académico, relegando a un plano de inferioridad social los aspectos referidos a la preparación y desarrollo de las personas en las áreas técnicas, esto es, el conocimiento técnico, las habilidades corporales y el quehacer laboral en sí mismo, reporta Luis Sepúlveda de la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Eso debemos cambiarlo.
Quiero cerrar con otra frase del presidente José Mujica, con la esperanza de que el gobierno democrático de Bernardo Arévalo la pueda leer, escuchar y entender: «Pensar en un país productivo y no tener un vigoroso instrumento de formación técnica es un error garrafal. No podemos contentarnos con una visión de educación básica». Por eso presidente Arévalo, por eso ministra Giracca, por eso ministros y empresarios, rescatemos a la educación técnica guatemalteca porque si no es ahora, no será nunca.