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Guatemala ratifica acuerdo con EE. UU. para traslado de migrantes centroamericanos, pero persisten dudas sobre su alcance
Guatemala y Estados Unidos ratificaron un acuerdo que menciona el traslado “digno, seguro y oportuno” de personas centroamericanas al país y la posibilidad de solicitar refugio.
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El Gobierno de Guatemala ratificó un Acuerdo por Canje de Notas con Estados Unidos, cuyos términos generales señalan que ambos países “se proponen garantizar el traslado digno, seguro y oportuno de nacionales de países centroamericanos a Guatemala”.
Según el texto publicado este miércoles 16 de julio en el diario oficial, el acuerdo compromete a ambas partes a actuar conforme a sus “respectivas obligaciones internacionales, constituciones nacionales, leyes, reglamentos y políticas de inmigración y visados”.
También establece que Guatemala considerará las solicitudes de refugio o protección temporal equivalente que presenten estas personas una vez en territorio nacional.
El acuerdo, intercambiado mediante notas diplomáticas entre los días 11 y 13 de junio, entró en vigor el 27 de junio, después de la confirmación de que ambas partes habían completado sus procesos internos.
El acuerdo fue firmado por el canciller Carlos Ramiro Martínez y el secretario General de Presidencia, Juan Gerardo Guerrero.
Entre otras disposiciones, se aclara que “cualquiera de las partes podrá rescindir o suspender el presente acuerdo al notificarlo por escrito a la otra parte con 30 días de antelación”, y que “nada de lo dispuesto en el presente acuerdo se interpretará de manera que comprometa el desembolso o la asignación de fondos por las partes”.
Arévalo descartó acuerdo de país seguro
Ese mismo 27 de junio, durante una conferencia en el Palacio Nacional de la Cultura, el presidente Bernardo Arévalo fue consultado por la prensa sobre este acuerdo y si guarda relación con el llamado“acuerdo de tercer país seguro”, que Guatemala firmó en el 2019 durante el gobierno de Jimmy Morales.
Arévalo aseguró que el convenio suscrito durante la visita de la secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU.,Kristi Noem, “no tiene nada que ver con temas de migración”. Según explicó, el memorando firmado con el ministro Francisco Jiménez se enfoca exclusivamente en seguridad aeroportuaria y fronteriza.
“Ese acuerdo tiene un solo objetivo: ampliar la cooperación ya existente entre los dos países, a fin de permitirnos el acceso a tecnología, capacitación y equipamiento por parte del gobierno norteamericano, que refuerce nuestra capacidad de vigilancia en estos puntos fronterizos”, afirmó.
Además, el presidente reiteró que la ruta actual del gobierno es distinta a la adoptada en el 2019 y que el enfoque está en proporcionar refugio a centroamericanos —particularmente nicaragüenses— que no pueden regresar a su país por razones políticas o humanitarias.
“Propusimos la ruta que nos condujo a este acuerdo en donde se contemplan centroamericanos y la posibilidad de refugio para fundamentalmente nicaragüenses, que son quienes no pueden retornar a su hogar por razones que ustedes conocen”, añadió.
A la espera de mayor claridad
Aunque el acuerdo está en vigor, aún no se han detallado públicamente los mecanismos operativos, el número estimado de personas trasladadas ni la forma en que Guatemala atenderá las solicitudes de refugio o protección temporal. Tampoco se ha informado si se asignarán recursos específicos para ello.
Se consultó al Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) qué obligaciones y compromisos bilaterales asumió Guatemala al aceptar el traslado de personas centroamericanas, y si Guatemala tiene las condiciones para otorgar solicitudes de refugio o protección temporal equivalente a los migrantes centroamericanos. Sin embargo, al cierre de esta nota no hubo respuesta a las consultas.
Análisis
A juicio del excanciller Alfonso Cabrera, luego de leer el acuerdo entre Guatemala y Estados Unidos, este compromete al país a recibir personas deportadas sin que exista claridad sobre por qué están siendo enviadas ni cuál será su situación legal al llegar.
Señaló que muchos de estos migrantes no han cometido delitos en Guatemala, por lo que preocupa que el país esté asumiendo una responsabilidad sin saber cómo manejarla o qué hacer con esas personas.
“Guatemala está comprometiéndose a recibir personas que no tienen juicio ni han violado la ley en nuestro país. ¿Qué vamos a hacer con ellos? ¿Vamos a dirigirlos a la cárcel? ¿Van a vivir donde ellos quieran? Estamos aceptando una carga sin saber las implicaciones jurídicas ni operativas”, declaró Cabrera.
El exfuncionario detalló que este canje de notas es simplemente para validar el acuerdo. “Eso es lo que se acostumbra diplomáticamente. Eso es un procedimiento nada más. Pero estamos comprometiendo al país”, reafirmó.
También indicó que no hay antecedentes de un acuerdo similar y criticó que no se hayan explicado claramente sus alcances.
El excanciller también cuestionó el trasfondo del acuerdo, al señalar que responde a una política migratoria que considera errática por parte del gobierno estadounidense liderada por el presidente Donald Trump.
“Lo que pasa es que toda la política del presidente actual de los Estados Unidos es engañosa y malévola. O sea que, digamos, allí lo describe con ciertas palabras, pero el fondo es eso”, afirmó.
Además, advirtió que en este caso “no se está explicando con claridad qué implica realmente este acuerdo para Guatemala”, y que podría traer consecuencias imprevistas si no se detalla su aplicación.
Formaliza lo existente
Por el contrario, para el internacionalista Luis Falla, el reciente canje busca formalizar una cooperación que ya se ha venido implementando en materia migratoria, principalmente en la gestión logística del tránsito de personas migrantes.
“Todo este acuerdo lo que busca es darle forma a todo un proceso logístico de las capturas, las detenciones y luego enviarlos a los países de destino”, como ya sucede actualmente, aseguró.
A su parecer, no se trata de un acuerdo para establecer a Guatemala como un “tercer país seguro”, sino de una coordinación para brindar refugio temporal mientras se concreta el retorno o reubicación de los migrantes, en este caso de países centroamericanos, como cita el acuerdo, explicó Falla.
Destacó que, aunque aún no se conocen todos los detalles operativos, el espíritu del acuerdo es facilitar una atención humanitaria de paso, sin que eso implique asumir responsabilidades de asilo, como lo exige un pacto de tercer país seguro.
Mientras que ese acuerdo hablaba de “asilo”, este canje de notas se refiere a “solicitudes de refugio o protección temporal”, que son términos distintos destacó.
“Esto es formalizar lo que ya se está haciendo. Guatemala viene, los acoge temporalmente… pero no es un acuerdo de tercer país seguro, es algo completamente distinto”, enfatizó.
Acuerdo con ICE
El 11 de junio recién pasado se hizo oficial que el Ministerio de Gobernación firmó otro acuerdo con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) de EE. UU. enfocado en la cooperación para identificar y capturar fugitivos con órdenes de aprehensión vigentes, quienes serán detenidos al ingresar al país tras ser deportados.
Este programa, que opera desde el 2012 en otros países de la región, ha permitido la deportación de más de 5 mil 600 personas, incluidos mil 565 guatemaltecos, según datos de las autoridades estadounidenses.