Desde que ganó su primer título en el Torneo Apertura 2015 frente a Deportivo Guastatoya, Antigua GFC ha disputado ocho finales, de las cuales ha ganado cinco, lo cual lo posiciona entre los equipos más laureados del balompié guatemalteco.

En diez años, los coloniales se han consolidado como uno de los equipos con mayor eficiencia y protagonismo, por encima de los llamados grandes: Comunicaciones y Municipal.

De hecho, los rojos volvieron a ser sus víctimas, luego de que Antigua GFC les ganara la final del Torneo Clausura, en la que alcanzó la tercera de sus cinco estrellas acumuladas.

Bajo el mando del argentino Mauricio Tapia, los antigüeños pusieron fin a una sequía de seis años sin consagrarse, tras haber perdido tres finales antes de volver a la cúspide del futbol nacional.

La mano del “mago” Tapia volvió a funcionar y, con base en su estrategia, logró remontar y someter a un Municipal que ya se perfilaba como campeón.

Confianza en el objetivo

• El empate en el juego de ida le dejó un sinsabor a Antigua, al no poder sacar una ventaja jugando en casa y con el estadio Pensativo abarrotado. Tapia y sus dirigidos lo tomaron con calma, pues confiaban en ganar, sabiendo que vivirían un ambiente hostil. Los coloniales ya habían derrotado en la fase de clasificación a los rojos, de visita, y el nuevo objetivo era arruinarles la fiesta de la 33.

Sin perder el horizonte

• Antigua GFC no tuvo su mejor inicio en la final de vuelta. Municipal tenía el control del juego, pero los coloniales resguardaron el orden hasta que una desconcentración los puso en desventaja. La clave del conjunto colonial fue no desesperarse y reamar sus líneas mientras empezaba a adelantar su juego, buscando la paridad.

Reordenó a su equipo

• Luego de estar en ventaja desde el minuto 23 y no mostrar su mejor versión en toda la primera parte, Mauricio Tapia logró reordenar a su equipo para la segunda parte y tomó el control del juego descifrando la estrategia de Sebastián Bini. Le hizo daño a balón parado y encontró la ruta para igualar el partido, algo que vitalizó a su equipo y desmoralizó al rival, que ya no fue el mismo.

Jugó por el todo o nada

• Con el marcador en contra y la necesidad de si quiera igualar la serie. Tapia decidió ir al ataque sin descuidar la zona baja; hizo variantes en su esquema y al final le resultó. Su amuleto fue Dewinder Bradley, quien, siempre saliendo del banquillo, marcó en toda la fase final y terminó por ser fundamental, al marcar el tanto de la remontada que valió el título.

#Clausura2025 I Antigua se corona en El Trébol, los jugadores Panzas Verdes celebran a domicilio.

¡Antigua se corona con el quinto aguacate!

📸 Esbin García pic.twitter.com/C7cs3OkH7f

— Deportes_PL (@tododeportes_pl) May 18, 2025