Clases de ballet para adultos en Guatemala: edades de inscripción y tiempo de aprendizaje de esta disciplina

Clases de ballet para adultos en Guatemala: edades de inscripción y tiempo de aprendizaje de esta disciplina

El ballet es un ejercicio completo, y actualmente en Guatemala algunas personas se dedican a aprenderlo para divertirse y retomar sus sueños, mientras que otras incluso llegan a competir a nivel internacional.
23/02/2025 15:30
Fuente: Prensa Libre 

Este artículo nació a partir de un anuncio en Facebook, donde se invitaba a participar en clases de ballet para adultos en Guatemala.

Surgieron dudas sobre si un adulto podría alcanzar un nivel profesional en esta disciplina, tradicionalmente inculcada desde la niñez, así como los requisitos para inscribirse. Por ello, nos acercamos a dos academias que ofrecen esta opción y conversamos con un estudiante, Lázaro Arrega, de 25 años.

Él se inició en el mundo de la danza clásica a los 22 años. No fue sencillo. Acudió a proyectos municipales y diferentes academias, pero la respuesta era que no había opciones para él, debido a su edad y por ser hombre.

Arrega también considera que los horarios son otro aspecto importante, ya que en la edad adulta se trabaja, se estudia o se tienen otras responsabilidades. “Quien me aceptó al principio fue Danzarte. Asistía los sábados y, aunque llegué con ‘dos pies izquierdos’ y sin flexibilidad, fui avanzando”, recuerda Arrega.

Desde su comienzo, no faltó a una sola clase, lo que le permitió progresar constantemente. Su sed de conocimiento en ballet y danza clásica era tan grande que buscó un nuevo lugar y horario para seguir aprendiendo. Así llegó a la Academia Antonio Crespo, donde recibía clases todas las noches.

“En ambas academias me enseñaron técnicas y, al final, regresé a Danzarte, pero en ese momento ya tenía un nivel avanzado”, dice con emoción.

El bailarín Lázaro Arreaga nació el 14 de septiembre de 1999, actualmente tiene 25 años y en tres años llegó a presentarse en un papel principál en ballet. (Foto Prensa Libre: cortesía Stuard Portillo)

Actualmente, Lázaro ha tenido la oportunidad de participar en diferentes eventos dentro de Guatemala y también ha viajado a otros países, aunque todavía con danza folclórica, no con danza clásica.

El 2024 fue un año que Lázaro recuerda con gran impacto. Por primera vez, fue el bailarín principal de El Cascanueces. Los reflectores y el escenario le permitieron cumplir un sueño después de meses de práctica intensiva.

Mientras el tiempo pasa, Lázaro da clases de inglés por las mañanas y, por las tardes y noches, corre a sus clases para seguir preparándose.

Fui el bailarín principal en El Cascanueces, en Antigua Guatemala. Fueron cuatro meses intensivos de ensayos de casi cinco horas diarias. Era un sueño que tuve por años: quería estar en el escenario. Gracias a Dios, a mis maestros y a las academias, me convertí en el primer bailarín en una obra.

Los sueños no tienen género, dice con seguridad e invita, en especial, a los hombres a romper barreras, porque la danza no es solo para las mujeres.

¿Qué se necesita para aprender ballet?

Contactamos a Nadia Díaz, maestra de adultos en Danzarte, quien comparte que, por lo regular, los niños, incluso desde los dos años, comienzan a prepararse en el ballet. Durante la niñez, esta disciplina fomenta la puntualidad y otros aprendizajes que se reflejan en diversos aspectos de la vida, incluyendo los estudios.

Asegura que, mientras más temprano se inicie, mejor. Sin embargo, “muchas personas no logran inscribirse en el ballet durante su infancia y llegan a la edad adulta con un sueño frustrado, así que decidimos abrir esa oportunidad para ellas”, dice Díaz. La maestra también comenta que este es un campo en crecimiento a nivel mundial, ya que cada vez más academias brindan espacio a los adultos para aprender movimientos y ejercicios propios de esta disciplina.

Una de las clases de Danzarte en que mujeres de diferentes edades reciben clases de ballet. (Foto Prensa Libre: cortesía Danzarte)

En general, existen opciones para recibir clases los sábados por la mañana o por las noches entre semana. En esta academia desde hace cinco años, se ofrece esta alternativa para adultos, aunque todavía persisten ciertos temores en ellos respecto a su desarrollo en el ballet. “Tienen barreras como el pensar que están muy grandes o que se burlarán de ellos, pero cuando ven a otros participando, se animan a intentarlo”, explica Díaz.

Se reciben estudiantes a partir de los 15 años, aunque en esta academia también participan personas de 25, 40 y 52 años, entre otras edades.

Díaz agrega que, como país, necesitamos valorar más el arte, pues es fundamental y ofrece la belleza propia de cada disciplina, además de fomentar el respeto mutuo y el trabajo en equipo, entre otros valores útiles para la sociedad.

Por su parte, el maestro Mauricio Fernández, de la Academia Antonio Crespo recuerda que en 2011 nació el concepto de ballet para adultos en la Escuela Nacional de Danza, dirigida en ese entonces por Delia Quezada. Se creó un diplomado en donde se conoce la danza a diferentes niveles.

Lucinda Guerra fue una estudiante del curso de danza clásica. Era paciente con cáncer y falleció en 2019 después de cumplir su sueño de bailar en un escenario. (Foto Prensa Libre: cortesía Mauricio Fenrnández)

En la academia Antonio Crespo también se ofrece un programa para personas adultas. Fernández explica que en adultos la respuesta corporal y emocional es diferente, pero el movimiento ayuda a quitarse el estrés y también a disminuir las probabilidades de enfermedades. “La danza es un vínculo natural del ser humano”, explica.

“Es momento que las autoridades y el Ministerio de Cultura y Deportes presten más cuidado en la capacitación de maestros y personas que se dedican a la enseñanza de la danza a nivel nacional, porque mucha gente no está preparada y se ofrece una malformación en la danza porque quien no tiene un conocimiento real podría lesionar a una persona de por vida”, concluye Fernández.

Más información: Danzarte, WhatsApp 4662-6874. Academia Antonio Crespo, WhatsApp: 3922-9007.

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