Lamine Yamal vive uno de los momentos más dulces de su carrera como jugador del Barcelona. Con 18 años recién cumplidos, el español asume este año la responsabilidad de portar el dorsal 10, un número que representa mucho en el FC Barcelona, pues lo han llevado figuras como Maradona, Romario, Ronaldinho y Messi.

Llevar ese número conlleva una gran exposición mediática, pero la personalidad de Yamal le ha permitido conectar y ganarse la simpatía de los aficionados más jóvenes.

A sus 18 años, se ha posicionado como uno de los mejores futbolistas del planeta, y gran parte de su éxito se debe al entorno que lo rodea.

A Lamine lo describen como un jugador alegre, al que le gusta la fiesta, pero también muy familiar y cercano a sus seres queridos.

Prueba de ello es la estrecha relación que mantiene con sus padres, aunque hay una figura especialmente importante en su vida: su abuela.

Incluso, el propio Yamal aseguró que su acto de renovación se atrasó porque estaba esperando a su abuela.

El gesto de Yamal con su abuela y el vínculo que los une

“El acto de la renovación de mi contrato con el Barcelona se retrasó por ella, que estaba en Marruecos”, explicó el joven futbolista durante el acto con el equipo culé.

En palabras del español, su abuela es fundamental en su vida y le atribuye gran parte de su éxito temprano.

“Sin ella no podría hacer algo tan importante para mí. Ella es diferente y está muy feliz por mí. Quiero darle las gracias por todo lo que ha hecho por mí y sigue haciendo, y quiero devolvérselo poco a poco”, expresó durante su presentación como nuevo 10 del Barcelona.

En el emotivo acto en que se le entregó el dorsal 10, Yamal no se despegó de su abuela. Cuando tuvo la oportunidad, la elogió y enfatizó que sin ella no estaría donde está ahora.