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De regreso al realismo mágico de Guatemala
Es refrescante salir unos días de nuestro Macondo chapín. Los viajes son propicios para desconectarse de la barahúnda que zarandea nuestra comunidad política. Apartarse, cuando sea posible, del mundanal ruido y tomar la senda escondida que han tomado los pocos sabios que en el mundo han sido. Por eso estuve ajeno, a propósito, a […]
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Es refrescante salir unos días de nuestro Macondo chapín. Los viajes son propicios para desconectarse de la barahúnda que zarandea nuestra comunidad política. Apartarse, cuando sea posible, del mundanal ruido y tomar la senda escondida que han tomado los pocos sabios que en el mundo han sido. Por eso estuve ajeno, a propósito, a las noticias nacionales. Pero el regreso impone una actualización de la continuación de los culebrones. De esa cuenta varias noticias me parecen destacadas.
De alguna forma las noticias anticipan los cambios próximos. Acaso son acomodos en las placas tectónicas por los grandes ajustes que habrá en el primer semestre del 2026 (CC, MP, TSE, CGC). Quizá estos pequeños enjambres telúricos liberan energía potencialmente peligrosa o, al revés, previenen de fuertes sacudidas.
De esa cuenta me llamó la atención ver al fiscal Curruchiche impulsando diligencias de la FECI en contra de un personaje que vinculan al círculo de Giammattei, más bien de Miguel Martínez. Por otra parte, oír a Sandoval Foppa criticando el proceso de adquisición de armas para la PNC por cerca de 83 millones. También leer que el MP pidió el cierre del caso del juez Miguel Ángel Gálvez. Cosas veredes, Sancho amigo.
La primera noticia, relacionada con Melvin Quijivix, nos arroja varias lecturas. Por un lado, las posibles plazas fantasma; para empezar, la de él y luego la de 211 personas que como presidente del INDE autorizó. En entrevista con Luis Felipe Valenzuela, el doctor Mendoza, director de Segeplan, explica que el señor Quijivix se presentó con su abogado a reclamar sus “prestaciones laborales”. Al decir de Mendoza, nadie lo conocía, nunca había llegado a laborar a esa entidad. Ni siquiera sabía el supuesto exempleado dónde quedaba el despacho principal. Entonces ¿por qué le pagaban salarios? Las plazas fantasma son una hemorragia incontenible que desangra toda nuestra economía, no tanto por los dineros que se pagan fraudulentamente –que no es poca monta–, pero por el daño está más en confiar la administración pública a recomendados, familiares, amigos, etc. Imaginemos que una embotelladora de gaseosas, una cadena de pollos, una hidroeléctrica o una cementera aceptara confiar puestos directivos a “cuates” o recomendados. Seguramente esas empresas quebrarían. Pero los dueños privados cuidan bien sus patrimonios; son celosos en seleccionar a los mejores candidatos.
En el oscuro mundo de las plazas fantasma, distingo una ramificación: a) los nombramientos de complacencia a personas ineptas; estos individuos “hacen la cacha” como que van a trabajar y a fin de mes reciben sus pagos; pero también están b) los nombramientos descarados de personas que sencillamente reciben pago sin llegar un solo día a laborar. “Sí ¿y qué?”. “Ayudó mucho en la campaña” o “es ahijado del ministro”. Los 0-29 son “otros cien pesos” aunque de la misma rama. En principio, unos asesores 0-29 son útiles, pero por ello degenera el abuso: muchos ministros, directores generales, gerentes, evaden el engorroso procedimiento de la Ley de Servicio Civil (con Onsec), y ordenan, a puro dedo, un “contrato civil” o profesional, con “honorarios” de 15 mil a 25 mil quetzales mensuales. Supuestamente el contratado no tiene los derechos de un trabajador, pero si un 0-29 reclama los jueces dictarán que sí, que es un trabajador, solo que disfrazado. Es tan grave la corrosión que produce esta piñata de nombramientos que, en la reforma del código penal de 2012, Ley contra la corrupción, se ampliaron los delitos de: “incumplimiento de deberes” (artículo 419), “tráfico de influencias” (449 bis) y, específicamente, “nombramientos ilegales” (432).
Pero, hay más, como directivo y presidente del INDE, Quijivix autorizó una serie de operaciones y contratos que son objeto de investigaciones y allanamientos desde febrero de este año. Al parecer hay varias otras personas vinculadas con hechos irregulares incluyendo al expresidente (quien gracias a la grandiosa Parlacén goza de inmunidad). No conozco las acreditaciones profesionales del licenciado Quijivix. Mi punto no es ese, pero sí me pregunto si para nombrar presidente de esa entidad, no había otros expertos, ingenieros, doctores, que tuvieran mayores acreditaciones, conocimiento, experiencia, etc. en un campo tan delicado como es la electricidad.
Como arriba indico, las noticias dan cuenta que llegó a reclamar su indemnización. ¡Pardiez! Aprovechándose de esa inveterada costumbre, que roza en la piñatería, de indemnizar a toda persona que devenga dineros del Estado, aunque no les corresponda. Esa indemnización es exclusiva para aquellos que reciben órdenes, tienen jefe, laboran con exclusividad, etc. y que “se quedan sin trabajo con el despido”. El argumento de que “los derechos laborales son irrenunciables” no aplica por la elemental lógica que ¡no son trabajadores! En todo caso Quijivix fue ligado a proceso y a pesar que se le imputan varios hechos irregulares y que el supuesto lavado es mayor de 300 mil quetzales (creo que son 84 millones), pero se le otorgó medida sustitutiva.
Por aparte, del video en que Sandoval Foppa increpa al ministro de Gobernación también hay mucho que hablar, de momento sólo resalto que es un señalamiento serio, con indicación de pruebas concretas y “al que le caiga el guante”. La mujer del César no solo debe ser buena, sino que aparentarlo. Lo mismo el ministro. Este gobierno cumple, hoy martes, año y medio en el poder. Todavía le faltan 2 años y medio.
Del cierre del caso del juez Gálvez, actualmente en el exilio, hablaremos en próxima ocasión.