El 12 de agosto de 2025 venció el contrato de Perenco, empresa que durante décadas operó en el Campo Xan, Petén, una de las principales áreas petroleras del país.

Una semana después, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) declaró estado de emergencia para contratar de forma directa a empresas que administren la infraestructura y gestionen el cierre de operaciones, al señalar que el Estado no cuenta con la capacidad técnica para asumir la transición. Sin embargo, el propio MEM reconoció ante el Congreso que no dispone de un dictamen favorable de la Comisión Nacional Petrolera, lo que abre cuestionamientos legales y políticos.

El panorama se complica por las invasiones campesinas en la zona, la presión de grupos ambientalistas y el debate sobre si Guatemala tiene condiciones para llevar a cabo una transición ordenada en su sector petrolero.

En el programa A las 8:45 se profundizó en este tema, con la participación de los diputados Álvaro Arzú Escobar y Luis Ventura.

Por su parte, el diputado Arzú destacó que el contrato y la ley no contempla el cierre técnico porque la idea es que siga la explotación petrolera, señaló.

La salida de Perenco abre un capítulo clave para Guatemala: ¿puede el Estado sostener la operación de sus recursos estratégicos con legalidad, eficiencia y visión de futuro? El debate entre intereses sociales, políticos y ambientales marcará el rumbo del Campo Xan y del modelo energético nacional.

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Por Roxana de León