Ayer se produjo la captura de Melvin Quijivix quien a diferencia de otros detenidos, llegó sin ser esposado sino luciendo un cabestrillo como el que ha sido característico en aquellos señalados de corrupción que luego han ido saliendo libres gracias a nuestro “sistema de justicia”. El día anterior habíamos publicado una investigaciónque recontaba de forma detallada de las sindicaciones que se habían formulado sin que la Fiscalía Especial Contra la Impunidad actuara y tras esa publicación se produce la muy especial detención que ha generado incontables comentarios.

El uso del cabestrillo para evitar las esposas fue apenas la mecha para encender una ola de críticas y dudas que se generaron porque, como reza el dicho, el Ministerio Público ya se hizo fama y la ciudadanía lo juzga de acuerdo a esos antecedentes tan marcados en los que todos los que se mueven en las mieles de la corrupción salen libres y mientras los fiscales y secretarios se empeñan en alimentar causas con olor a venganza contra quienes critican a Consuelo Porras y al círculo que la rodea estrechamente.

Las reacciones no se hicieron esperar. ¿Qué estará pasando? ¿Por qué lo agarran ahora? ¿Será para blindarlo de una posible orden de extradición? ¿Por qué se les habrá acabado la “protección”? ¿Será algo real u otro plan que no estamos viendo de forma integral? Mensajes que se repiten a lo largo de comentarios en todas las redes sociales.

Y es que con tanto juez y magistrado de sala que son compadre hablado y que responden a las mafias, no sería de extrañar que en poco tiempo se resuelva absolver a Quijivix de todos los señalamientos y mandarlo de nuevo a su residencia en la zona 14, a donde llegó la policía con los fiscales. Hay quienes dicen que sabiendo cómo ha sido la relación entre la Fiscalía con los meros jefes de Quijivix, es decir Giammattei y su Jefe de Jefes, piensan que si fue detenido tal vez es porque esa pareja detectó que su amigo no rindió cuentas correctamente y se quedó con algo de la plata que no era solo para él.

Sea como sea, no hay en las reacciones que hemos recibido en la redacción ni en las redes sociales, esa abrumadora sensación que hay justicia servida y acciones contundentes en contra de la corrupción en Guatemala. Eso no es bueno para el país, para la institucionalidad ni para el Estado de Derecho.

Por eso es que siempre hemos dicho que el MP jugaba mal sus cartas al dar tanto Consuelo a quienes saquearon el país de forma burda y descarada. La fama que se hizo el ente investigador hace que ahora la gente dude con razón. Los medios y ciudadanos comprometidos con una mejor Guatemala podemos recibir varios tapabocas con acciones reales, sostenibles y transparentes para enfrentar la corrupción de Guatemala y ahora vemos con cierto asombro el sentimiento ciudadano de tanta duda ante las acciones del MP.

A los pasados los protegen por agenciarse de fondos que no eran de ellos y a los actuales Curruchiche anunció que por el caso Quijivix algunos funcionarios de este gobierno serán perseguidos por, supuestamente, haber ocultado información. Y es que todo lo que tenga olor a Giammattei y el Jefe de Jefes se vuelve aroma y lo que sea con Arévalo y su gente es mal olor para los fiscales que tienen la instrucción de proteger a sus amigos y ver cómo van tras los que les critican. La fama ya se la hicieron y a menos de un año de entregar el MP, borrar esa realidad parece tarea imposible.