Día de hermandad

Día de hermandad

Este es un día para descubrir nuestra riqueza multicultural presente.

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Resumen Automático

12/10/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Durante mucho tiempo, el 12 de octubre fue llamado “día de la raza”: una denominación que entrañaba prejuicio y exclusión, sobre todo porque dicho término implicaría diferencias biológicas. Todos los seres humanos compartimos más del 99.9% de ADN: por lo tanto, las diferencias físicas o culturales no constituyen “razas” biológicas. Y esto es válido, sobre todo, ante agresiones claramente dirigidas contra un perfil determinado, como la ofensiva migratoria desatada en Estados Unidos hacia pobladores hispanos, incluyendo a residentes legales.


La hoy distante conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América desató un justificado cuestionamiento social, histórico y político, especialmente a partir de determinadas dinámicas de opresión, exclusiones y estereotipos prolongados —jamás justificados— por la inercia de la costumbre. Tal discusión llevó a una mirada más diversa, crítica y multicultural. El nombre ha variado: Día de la Hispanidad, del Encuentro de Dos Mundos, de los Pueblos Originarios, del Respeto a la Diversidad Cultural y más.


Nunca sale nada bueno de exacerbar la división o de subrayar las diferencias por encima de los valores comunes: la vida, el trabajo, la sabiduría, el respeto, la empatía, el cuidado de la naturaleza y la noción de una fuerza superior que ordena la existencia. No vamos a ahondar en abusos y arbitrariedades cometidos durante la época colonial, que los hubo. Pero, en esencia, hoy vivimos un Estado de derecho, de garantías ciudadanas equitativas y de derecho común a la libertad de expresión, independiente de las ideas de cada uno.


En efecto, la colonización española nos legó el castellano como lengua franca, pero, a la vez, es notorio en Latinoamérica cómo la Iglesia y las autoridades permitieron la coexistencia de culturas originarias, a diferencia de otras latitudes al norte, que no fueron tan tolerantes. En países como Guatemala no solo existen 22 pueblos mayas, en diversas proporciones poblacionales, sino también una mayoría de mestizos: una fusión de identidades que constituye, junto a las comunidades indígenas, la característica más poderosa de la región: su diversidad multicultural.


Es imposible, inviable e iluso querer deshacer la historia, que corre en un flujo unívoco. Es útil y constructivo revisar críticamente los criterios caducos y valorar la riqueza identitaria sobreviviente. El desarrollo humano integral es una aspiración de todos los pueblos y regiones de Guatemala, incluyendo a los pueblos maya, garífuna, xinca y ladino. Es una necesidad que no se ampara en definiciones de origen o raigambre cultural, sino en la dignidad inherente a cada guatemalteco.


¿Fue el 12 de octubre de 1492 un encuentro o una colisión de culturas? Cada persona y cada comunidad puede deducir su respuesta. Pero aún más acuciante es asumir la tarea de atajar los desafíos presentes en educación, salud, productividad y seguridad ciudadana. No estamos negando la historia, pero tampoco culpando al pasado de lo que debemos resolver en este preciso presente. Sí, es necesario respetar la identidad de los pueblos originarios y también la de aquellos que fueron surgiendo a lo largo de cinco siglos, un cambio que prosigue por efecto de la migración. Este es un día para descubrir nuestra riqueza multicultural presente.