El orden económico internacional
Hay mayor conciencia sobre el hecho de que la humanidad comparte el mismo destino frente a desafíos.
El concepto del orden económico internacional fue una expresión acuñada en la ONU en 1974, con relación a peticiones de los países en desarrollo a los países desarrollados, relativas a las normas de funcionamiento de la economía internacional, preocupaciones que tienen su origen en el bajo nivel de vida en países de América Latina, África, Asia y Europa Oriental.
Posteriormente, en 1995, surge la Organización Mundial de Comercio (OMC), en reemplazo del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), como un resultado importante de las negociaciones de la Ronda Uruguay.
A través del tiempo, la participación de los países en desarrollo en la OMC se incrementó y con ello también surgen desacuerdos y fricciones entre los países en desarrollo y desarrollados, situación manifestada durante las conferencias ministeriales en Seattle, Cancún y Hong Kong, además de otras manifestaciones y críticas sobre la globalización.
Actualmente existe la esperanza de que un nuevo orden económico internacional sea sostenible por muchas décadas, con una de sus principales herramientas, la apertura de los mercados, un concepto muy ligado a la globalización, al hacer un breve análisis y reflexionando sobre el modelo que se está agotando, que requiere de una reforma del sistema comercial multilateral.
Desde los resultados de la crisis financiera de 2008, donde se dan cambios en la economía mundial y de otros factores, un creciente proteccionismo que ha generado tensiones entre dos grandes potencias, el cambio climático, la crisis de la pandemia por coronavirus y el conflicto en Ucrania, entre otros, factores que están poniendo a prueba el sistema de comercio multilateral en su conjunto. Ante esta situación, pareciera ser que el orden económico podría estar dejando el paso a una nueva versión de un nuevo orden económico internacional.
Desde principios de este siglo, con el acceso de China como miembro pleno de la OMC, que responde a un orden económico que difiere de la apertura comercial tradicional, si bien no es totalmente compatible, también plantea un complejo desafío a la filosofía de libre comercio. La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto aún más debilidades del sistema multilateral, y ha obligado a numerosos países a reflexionar sobre la manera en que organizan sus economías y sus sociedades e impulsar una reforma al sistema multilateral.
Los países en desarrollo ahora tienen más peso en el sistema multilateral de comercio que cuando se presentó el concepto original de un Nuevo Orden Económico Internacional; sin embargo, hoy la participación de las economías pequeñas y medianas en desarrollo en el sistema son más débiles para hacer frente a los desafíos que representa la apertura comercial para los países en desarrollo, debido a las grandes diferencias en los niveles de desarrollo.
La recuperación de los eventos sufridos desde la crisis financiera del 2008 y los efectos que siguieron posteriormente, para los países en desarrollo, al crear una nueva versión del nuevo orden económico moderno, el cual debe maximizar el espacio político para que países con necesidades y capacidades distintas puedan adoptar las políticas económicas que mejor se ajusten a su situación.
Debido a la creciente importancia de los países en desarrollo en la economía global y la profundización de las interacciones económicas que han mejorado las probabilidades para el surgimiento de un nuevo orden económico, pero también existen factores que podrían propiciar el surgimiento del nuevo orden, con mayor conciencia sobre el hecho de que la humanidad comparte el mismo destino frente a desafíos, entre otros, el cambio climático y la salud, con las pandemias.