¿Por qué nos reímos en momentos incómodos? Qué dice la psicología y cómo controlar esta reacción

¿Por qué nos reímos en momentos incómodos? Qué dice la psicología y cómo controlar esta reacción

Reír en momentos incómodos puede parecer inapropiado, pero la psicología lo explica como un mecanismo natural de liberación emocional. Expertos señalan que estas llamadas “risas nerviosas” ayudan al cuerpo a gestionar el estrés y la tensión social.

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21/05/2025 20:00
Fuente: Prensa Libre 

La risa es un reflejo fisiológico que suele generarse por estímulos placenteros o humorísticos. Sin embargo, en situaciones incómodas también puede funcionar como una estrategia inconsciente para aliviar la incomodidad emocional. Aunque parezca extraño, la psicología explica que reír en estos contextos permite ocultar emociones internas o disimular el malestar ante otras personas.

Aunque socialmente se considera inadecuado reír en momentos inoportunos, esta reacción tiene un carácter semiautomático. Según el sitio El rincón de la psicología, se trata de un recurso que el organismo activa para contrarrestar el malestar emocional.

La psicóloga Ximena Fuentes destaca que la risa cumple una función autorreguladora, especialmente en situaciones en las que no se desea revelar lo que realmente se siente. “La incomodidad y el deseo de ocultar emociones pueden expresarse a través de una risa, sobre todo cuando la tensión se genera frente a la persona que nos causa ese malestar”, explica.

En el contexto guatemalteco, Fuentes añade que es común recurrir al humor incluso en momentos solemnes, como los velorios. “Contar chistes en un funeral se convierte en una forma de liberar tensión. Es una reacción ante la dificultad para gestionar emociones como el dolor y el estrés”, afirma.

Las razones detrás de las risas incómodas

Desde una perspectiva psicológica, la risa inapropiada puede explicarse a través de distintos factores emocionales y cognitivos. La experta señala los siguientes:

  1. Mecanismo de defensa
    La risa puede actuar como un mecanismo de defensa inconsciente frente a situaciones incómodas, estresantes o dolorosas. En estos casos, reír ayuda a liberar ansiedad y evitar el enfrentamiento directo con aquello que genera incomodidad.
  2. Disonancia cognitiva
    Surge cuando hay un conflicto entre lo que una persona siente internamente y lo que se espera socialmente de ella. La risa aparece como una forma de amortiguar ese choque emocional.
  3. Falta de autocontrol emocional
    Cuando una persona no ha desarrollado habilidades para regular sus emociones, puede reír de forma impulsiva, como lo haría también con el llanto. Según Fuentes, el sistema nervioso reacciona sin filtro y la risa puede emerger sin intención consciente.
  4. Contagio emocional
    En algunos casos, la risa incómoda puede responder a un fenómeno de imitación social o contagio emocional. Reír porque otros lo hacen, aunque el contexto no sea adecuado, puede reflejar una mala gestión de las propias emociones.

Técnicas para controlar la risa en momentos inadecuados

Reír en situaciones inapropiadas puede ser una reacción involuntaria del sistema emocional ante el estrés, la ansiedad o la incomodidad. Estas técnicas pueden ayudarte a manejar esa respuesta de forma consciente y asertiva:

  1. Reconocer el origen emocional de la risa
    Antes de intentar contenerla, pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo? Identificar si se trata de nerviosismo, tristeza o incomodidad permite abordar la raíz emocional de la risa.
  2. Regular la respiración
    La respiración profunda y controlada ayuda a estabilizar el sistema nervioso autónomo. Inhalar lentamente por la nariz, sostener el aire unos segundos y exhalar con calma puede reducir la tensión fisiológica.
  3. Redirigir el foco mental
    Aplicar técnicas de distracción cognitiva —como contar hacia atrás, mover discretamente los dedos o pensar en una imagen neutra— permite romper el ciclo emocional que desencadena la risa involuntaria.
  4. Disculparse con empatía
    Si la risa ocurre en un momento sensible, reconocerla con una frase breve puede suavizar la tensión. Una expresión como “Perdón, fue una reacción nerviosa” suele ser suficiente para restaurar la armonía sin necesidad de justificarte.