TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN
A los 50 años del siniestro y brutal Plan Cóndor (II). Su estudio es indispensable
En mi artículo anterior hice ver que la Operación Cóndor fue un Frankenstein, creado con las peores partes de las dictaduras militares que practicaron el “terrorismo de Estado” en América del Sur, y respaldado por EE. UU., a la luz de su política anticomunista aplicada en el hemisferio occidental. Su estudio es hoy indispensable, porque […]
Enlace generado
Resumen Automático
En mi artículo anterior hice ver que la Operación Cóndor fue un Frankenstein, creado con las peores partes de las dictaduras militares que practicaron el “terrorismo de Estado” en América del Sur, y respaldado por EE. UU., a la luz de su política anticomunista aplicada en el hemisferio occidental. Su estudio es hoy indispensable, porque ese país, bajo Trump, se ha quitado todas las máscaras pseudodemocráticas y está dispuesto a utilizar directamente los métodos aplicados en Cóndor y perfeccionados después en la guerra contra Irak y la guerra contra el terrorismo internacional.
La Conferencia sobre Cóndor en Uruguay refrescó su génesis y prácticas, descritas por Patrice McSherry en su disertación inaugural: “EE. UU. prestó respaldos técnicos, de inteligencia, de entrenamiento y de financiamiento, pero siempre de una manera en que ‘la mano’ no apareciera… Los países de la Operación Cóndor utilizaron prácticas extralegales y atroces como la tortura, la desaparición y el asesinato… Si bien la violencia estatal no era nueva en Latinoamérica, este sistema transfronterizo y coordinado no tenía precedentes en la región. Poderosos sectores de la extrema derecha… compartían una visión extremista de los peligros de la «amenaza subversiva» y del «enemigo interno» y abrazaban los métodos crueles y extremos. Cualquier método aberrante fue considerado justificado, hasta patriótico. Los escuadrones de la Operación Cóndor que cruzaban las fronteras representaban un temible nuevo fenómeno en América Latina”.
Si bien Cóndor concluyó en el decenio de 1980, no existen pruebas de su desmantelamiento, por ser una estructura totalmente secreta, protegida por la CIA, lo que ha llevado a muchos investigadores a cuestionarse si podría volver a funcionar. En América Latina no parecen existir condiciones para su repetición; pero sus métodos fueron aplicados por EE. UU. y sus aliados en el Oriente Medio. Es difícil, sin embargo, repetir sus características, enunciadas por McSherry: «el sistema se especializó en operaciones transfronterizas y extranjeras contra exiliados; empleó equipos con integrantes de diferentes países, que colaboraron en conjunto para secuestrar, torturar e interrogar a las personas; atacó con precisión a los disidentes y oponentes políticos, con el objetivo de desmantelar a las organizaciones populares (algunas guerrilleras) y líderes potenciales; montó una estructura “paraestatal” para esconder el rol de los Estados y conseguir la impunidad, con sitios, infraestructura, transportes clandestinos y fuerzas encubiertas que eran una parte “invisible” del Estado; tenía tecnología avanzada… proporcionada por la CIA y por Brasil, y acceso a importantes recursos nacionales e internacionales, incluidos entrenamiento y armamento; y utilizó sindicatos criminales y organizaciones/redes extremistas para llevar a cabo algunas de sus operaciones, especialmente asesinatos… con el fin de camuflar el sistema internacional Cóndor». Es posible reconstruir esta pérfida estructura en América Latina -ahora en la guerra de Trump contra el narcotráfico y las pandillas- y debemos reafirmar: ¡Nunca más!