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¿Brazo izquierdo o derecho? Por qué importa dónde se ponen las vacunas
Aunque aún no existe una norma oficial sobre qué brazo usar para la aplicación de vacunas, la ciencia comienza a mostrar que la consistencia puede marcar una diferencia inmunológica real.
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Al recibir una vacuna, muchas personas extienden automáticamente el brazo no dominante, generalmente el izquierdo, para evitar molestias. Sin embargo, algunas investigaciones plantean una interrogante relevante: ¿brazo izquierdo o derecho para la vacuna?
Lo que parece una decisión sin importancia podría tener implicaciones inmunológicas, según diversos estudios científicos.
La mayoría de las vacunas, como las que previenen la influenza, el Covid-19 o el tétanos, se administran por vía intramuscular en el músculo deltoides, dice Eduardo Castillo, médico internista. Esta zona es segura, accesible y favorece la absorción del antígeno. Pero ¿podría el lado del cuerpo en que se aplica influir en la respuesta inmunitaria?
Un estudio publicado en enero de 2023 en la revista eBioMedicine, examinó a 303 personas que recibieron una dosis de refuerzo contra el Covid-19. Los investigadores, liderados por los doctores Laura Ziegler y Christiane S. Eberhardt de la Universidad del Sarre (Saarland University, Alemania), encontraron que quienes recibieron la vacuna en el mismo brazo donde se habían vacunado previamente presentaron una respuesta inmunitaria más fuerte, con mayores niveles de células T y anticuerpos.
“Cuando se repite la aplicación en el mismo brazo, los ganglios linfáticos locales, que ya fueron activados anteriormente, responden más eficientemente”, explicaron los autores del estudio.
La razón detrás de este fenómeno parece estar relacionada con la respuesta del sistema linfático, que distribuye células inmunitarias por el cuerpo, explica Castillo. Los ganglios ubicados cerca del sitio de inyección se convierten en puntos clave para el reconocimiento del antígeno, lo que permite una reacción más rápida y efectiva en futuras exposiciones si se utiliza el mismo brazo.
Aunque las guías oficiales de vacunación, como las del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), no indican una preferencia entre brazo izquierdo o derecho, estamos comenzando a considerar estos hallazgos, dice Ricardo Fernández, médico general.

De hecho, el estudio alemán sugiere que podría ser beneficioso mantener el mismo brazo para vacunas de refuerzo, sobre todo en esquemas que requieren múltiples dosis.
“Esto no significa que usar el brazo contrario sea ineficaz, pero sí puede representar una leve disminución en la consistencia de la memoria inmunológica”, añade Castillo. En términos prácticos, podría traducirse en una menor duración de los anticuerpos o una respuesta inmunitaria más débil.
En Guatemala, la administración de vacunas sigue los lineamientos internacionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La prioridad continúa siendo asegurar el acceso a la vacunación y su cobertura oportuna, especialmente durante campañas masivas contra la influenza o el Covid-19.
Para ambos médicos, el creciente cuerpo de evidencia científica podría servir como base para futuras recomendaciones más precisas, particularmente en situaciones donde se administra una serie de dosis en corto tiempo, como en la vacunación infantil o durante brotes epidémicos.
“Tradicionalmente, se recomienda aplicar la vacuna en el brazo no dominante para evitar que las molestias post-vacunales interfieran con las actividades diarias”, añade Fernández. Sin embargo, si la prioridad es optimizar la respuesta inmunológica, y si ya se ha recibido una dosis previa en un brazo específico, repetir en el mismo lado podría ser preferible, incluso si se trata del brazo dominante.