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Reyertas intestinas, improductivas y venales
En los últimos días, como si fuera un circo de tres pistas, se han presentado simultáneamente espectáculos grotescos.
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Hasta la capacidad de decisión íntegra y acción personal responsable se ha ido diluyendo en integrantes de organismos estatales, a causa del vitriolo de los padrinazgos, nexos politiqueros y adeudos de favores cobrados como préstamo gota a gota. En los últimos días, como si fuera un circo de tres pistas, se han presentado simultáneamente espectáculos grotescos que terminan siendo patéticos porque ocurre en entes públicos pagados con fondos de los ciudadanos, que podrían esperar mucha más eficiencia, probidad y visión de Estado.
Comencemos por la más estéril e improductiva de estas exhibiciones anodinas: la reyerta por la presidencia del Parlamento Centroamericano. Por rotación anual le corresponde a Guatemala —vaya irrelevancia—. Se postuló una diputada exintegrante del partido UNE, pero la secretaría general de este partido objetó a la candidata, por ser disidente, tratando de aplicarle reglas locales a un ente regional. Además, se supone que la bancada es Guatemala y no partido alguno. Se fueron hasta Izabal, en donde una sala judicial emitió un amparo que ordenaba frenar el proceso. Pero no sirvió de nada: igual se hizo la juramentación. Solo se evidenciaron pugnas, zancadillas y jugarretas: la miopía politiquera en aparador regional. Y se demostró una vez más la completa inoperancia, desconexión institucional y carácter anodino del corro centroamericano.
En el segundo redondel está la Corte Suprema de Justicia, con presidencia interina, y ello a causa del evidente desinterés en priorizar el bien común por encima de las conveniencias de dos bandos. Una de estas facciones presumía de aplanadora hasta hace un mes, pero de pronto las críticas evidenciaron nexos con bancadas y diputados prestamistas de votos.
Es otro encierro de zancadillas. ¿Qué, no son juristas con doctorados para pensar por sí mismos y cumplir con el juramento que emitieron como abogados y como magistrados en la tribuna del Pueblo? Lo peor es que ya aburre este sainete de mal gusto, no solo porque es repetitivo, sino porque denota indiferencia hacia la misión que cada integrante se comprometió a cumplir cuando se postuló. Desde el 12 de octubre —La nueva presidencia electa debía asumir el 13— van siete convocatorias que ni siquiera llegan a votación, debido a ausentismos —es decir, boicot— de magistrados. Ya deberían comportarse como togados que son y no como güizaches.
En el tercer escenario hay una trifulca que, además de abyecta, es onerosa porque solo se mueve con dinero: la X Legislatura del Congreso. Para aprobarse el ilícito aumento se aguantaron el sueño hasta avalarlo a espaldas de la ciudadanía. Para aprobar el botín de arrastre de los Codedes no hubo obstáculos para reunir una mayoría de manos levantadas, y para eludir, de manera pírrica, el veto presidencial también encontraron el subterfugio leguleyo.
En este momento, la melodramática gresca del hemiciclo está de nuevo en un círculo vicioso que bien podría ser uno de Dante: queda un mes para discutir y aprobar el presupuesto para el siguiente año, pero primero está el pulso para asegurar la directiva del 2026. Todo esto, a la vez, está amarrado a fidelidades extraplenarias, a conveniencias de patrocinadores —no necesariamente declarados ni declarables—, a estrategias de transfuguismo y campaña anticipada, que pasan también a través del botín, del plan de gasto público e incluso de la hipotética intentona de armar una asonada contra un Ejecutivo sumido en su propio laberinto. Lo peor es que todo un país paga tan enervantes pantomimas.