"Inventos libres de la mente humana"
Albert Einstein describió como “inventos libres de la mente humana” ―lo leí en un artículo cuyo título no he podido recordar―, haciendo referencia a lo que hoy día muchos denominan teorías científicas. Palabras más, palabras menos, aquel artículo realiza una suerte de breve reflexión en torno a cómo los seres humanos controlaremos (si lo hacemos) […]
Albert Einstein describió como “inventos libres de la mente humana” ―lo leí en un artículo cuyo título no he podido recordar―, haciendo referencia a lo que hoy día muchos denominan teorías científicas. Palabras más, palabras menos, aquel artículo realiza una suerte de breve reflexión en torno a cómo los seres humanos controlaremos (si lo hacemos) a la inteligencia artificial en el futuro.
La empresa Hanson Robotics de Hong Kong anunció hace algún tiempo la producción en masa de un robot androide, replica de Sophía, el robot humanoide que posee un sistema de inteligencia artificial y aprendizaje de máquinas sumamente sofisticado, además de numerosas expresiones faciales casi humanas y una cámara que permite, incluso, tomar la temperatura.
Sophía causó polémica hace algunos años cuando afirmó ―en un contexto que aún hoy es incierto― que podría «destruir» a los humanos. Poco después, la agencia de noticias china, Xinhua, anunció que incorporaba a su plantilla de conductores al primer conductor virtual de televisión, otro robot con características físicas casi humanas, (casi, de no ser por algunos detalles en los movimientos de la boca que lo delataban.
El punto es que, al ver tales avances tecnológicos que se incorporan con rapidez y facilidad a la vida de las sociedades en el mundo, es asimismo fácil suponer que quizá las predicciones futuristas que eventualmente anuncian los visionarios de ciencia ficción se hagan también realidad (aunque suene a chiste o poco serio), lo cual nos lleva a plantearnos numerosos cuestionamientos.
¿Seremos capaces los seres humanos de controlar aquello que vayamos creando y cuyo avance aparentemente no se detendrá? Quizá haya quienes vean ese tipo de futuro aún muy lejano. Otros quizá lo visualizarán a la vuelta de la esquina. No obstante, fuera cual fuere ese futuro que depare al mundo, lo cierto es que la vida humana está cambiando aceleradamente, lo percibamos a simple vista o no, lo aceptemos y nos guste o no.
La tecnología, incluida la inteligencia artificial de la que a veces se alardea tanto, puede ser atemorizante si no se tiene la menor idea de cómo funciona o cómo se desarrollará. Una cosa es entender los procesos para ponerla en funcionamiento, y otra muy distinta será, sin duda, entender la evolución que tendrá, algo que, ciertamente, aún despierta dudas y algunos temores.