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Es crucial generar y a la vez regenerar empleo
En un entorno digital, en el cual la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados, el único camino es la educación del intelecto, la formación técnica y el cultivo de las ciencias exactas y el espíritu crítico, desde primaria y secundaria.
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La notoria desaceleración del empleo formal en Guatemala durante 2025 no es un tropiezo coyuntural, sino el resultado de un modelo productivo que necesita reinventarse para poder generar y regenerar oportunidades. Cabe aclarar que sí se sigue registrando un crecimiento de oportunidades laborales, pero a un ritmo menor. Ello se refleja principalmente en la reducción de nuevas afiliaciones al Seguro Social, pero a lo interno de la economía constituye un desafío que abarca la política salarial, los costos extras a la exportación, los lastres coyunturales —violencia, conflictividad, poca información— y de infraestructura vial que limitan la expansión de la industria turística.
Por citar un ejemplo, los aumentos sin consenso al salario mínimo golpean a las empresas que generan más plazas permanentes y formales. Y no nos referimos solo a las industrias grandes, sino, sobre todo, a las medianas, pequeñas y micro, que en conjunto producen el 70% de oportunidades de trabajo. Por si fuera poco, tales incrementos arbitrarios golpean la competitividad y colocan a las compañías formales en desventaja ante el comercio informal, que no tributa ni es auditado en cuanto al trato de trabajadores, que los tiene.
Es obvio que no basta decir que la economía crece, sobre todo si ese impulso decisivo lo dan las remesas migrantes: recursos generados precisamente por los guatemaltecos que salieron en busca de las oportunidades que no encontraron en su país, sobre todo en la provincia y en áreas marginales urbanas. Sin embargo, este pilar económico está actualmente bajo la presión de las políticas agresivas del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, lo cual ha causado un pico en los envíos de dinero, el cual no es sostenible a largo plazo.
¿Qué hacer? En efecto, es necesaria una visión descentralizadora de la productividad nacional para expandir oportunidades, no solo en el sector primario, sino también en el de la industria manufacturera, la tecnología y los servicios. Es llamativo que ni uno solo de los charlatanes que ya se encuentran en virtual precampaña se pronuncie de manera asertiva, técnica y fundamentada sobre el tema. Si lo hacen, son arengas populistas, pero no tienen —así como no han tenido en sus “planes” de campañas anteriores— estrategias de consenso, con visión de Nación, que puedan implementarse gane quien gane en las elecciones.
A menudo existen espacios laborales que se quedan sin llenar e incluso se ven “exportados” a otros países, debido a la falta de talento calificado. Entre las viejas carencias usuales figuran el dominio del inglés, habilidades de cálculo matemático, programación o manejo de equipos tecnológicos, e incluso la capacidad para trabajar en equipo. Muchos jóvenes egresados de diversificado ni siquiera conocen el Sistema Métrico Decimal y sus equivalencias. Superar esta brecha permitiría crear mejores perfiles.
En un entorno digital, en el cual la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados, el único camino es la educación del intelecto, la formación técnica y el cultivo de las ciencias exactas y el espíritu crítico, desde primaria y secundaria. Un amplio número de docentes —muchos de ellos, sindicalizados e inamovibles— tampoco poseen tales herramientas y no las quieren aprender, y nadie puede dar lo que no tiene. Pero el rezago está pasando la onerosa factura y ningún “presidenciable” de facto se compromete a transformar tal lastre, ni propone un plan de recuperación vial ni una estrategia para atraer más inversiones, y le dejan el campo abierto a Estados que sí apuestan por el recurso más valioso y se llevan los empleos a sus ámbitos.