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Aporte migrante merece voz y reconocimiento cívico
TSE anunció el empadronamiento y actualización de datos para migrantes. Pero falta ampliar participación
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La resiliencia es una gran cualidad de los guatemaltecos: superamos adversidades, logramos metas a pesar de las barreras que nos interpongan. Un testimonio reciente, impactante, real de esta capacidad movida por el amor a nuestros seres queridos es la cifra de remesas de enero a julio de 2025: US$14 mil 493 millones provenientes de migrantes, principalmente de EE. UU.
Es un nuevo récord histórico que supera en 19% el monto recibido en el mismo período de 2024, pero ahora, en medio de políticas agresivas, redadas indiscriminadas y amenazas con prisiones inhumanas para quienes llegaron a trabajar a EE. UU. para mejorar las condiciones de vida de sus familias, a costa de sacrificios, con dobles y triples trabajos.
A pesar del entorno hostil, del temor resultante y hasta de la amenaza de un impuesto del 1% sobre remesas, los migrantes guatemaltecos deciden priorizar la estabilidad de sus familias y el bienestar de sus comunidades.
Pero este flujo de divisas no solo sostiene el consumo doméstico, la educación y pequeños emprendimientos en el país, sino también actúa como el mayor factor de reducción de pobreza, superando muchas políticas públicas que a menudo están marcadas por el clientelismo, favoritismos políticos o intereses electoreros. Las remesas son trabajo y cariño distante que pone pan en la mesa, colegiaturas para los niños y capital de trabajo para los familiares.
Los migrantes somos el mayor pilar económico del país. Y con frecuencia las autoridades elogian eso, también los viejos políticos de siempre, que suelen realizar visitas en busca de apoyo, ofreciendo de todo, pero cumpliendo muy poco.
14 mil 493 millones de razones para permitir la expresión electoral de los migrantes
Hace pocos días, el Tribunal Supremo Electoral anunció ya apertura del empadronamiento y de la actualización de datos, por vía electrónica, para migrantes guatemaltecos: un importante proceso para la participación electoral en 2027.
Pero ya es hora también de que la fuerza económica migrante se transforme también en voz política efectiva. Actualmente, los guatemaltecos en EE. UU. pueden votar por presidente, pero este derecho debería ampliarse también al voto por diputados y alcaldes, incluso mediante voto electrónico o por adelantado (voto a distancia), abriéndose a una representación más directa y real.
Los migrantes guatemaltecos salimos del país, en inmensa mayoría, no por un gusto, ni siquiera por propia voluntad. Dejamos a nuestros seres queridos, nuestros vecinos, amigos, nuestras comunidades para ir a enfrentar el rechazo en un lugar donde debemos adquirir un nuevo idioma, adaptarnos a un nuevo entorno y comenzar un camino como indocumentados. De cuando en cuando aparecen políticos racistas que agarran el tema migrante para culparnos de los problemas y emprenden acciones violentas y denigrantes. Así pasó cuando yo era estudiante y la Ley 187 fue impuesta en California: nos vedó acceso a salud y educación, pero finalmente pasó a la historia de la vergüenza. Hoy dicho Estado es una potencia mundial y motor económico de la Unión Americana, gracias a su diversidad cultural, con inmensa presencia urbana y guatemalteca.
Salimos de nuestra patria a causa de múltiples problemas y falta de oportunidades, pero nunca nos olvidamos de ella, porque allí viven nuestras familias. Queremos y necesitamos la posibilidad de participar mejor en las decisiones, porque también nos afectan. Salimos de Guatemala, pero Guatemala nunca salió de nuestro corazón. Sigue aquí y su futuro también es nuestro