Se le agotan las maromas al pacto de la Usac

Se le agotan las maromas al pacto de la Usac

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Resumen Automático

12/08/2025 00:06
Fuente: Prensa Libre 

La Corte de Constitucionalidad (CC), tan ubicua y tan insistente en ciertos casos, ha dejado pasar más de cinco meses sin verificar la debida ejecutoria de la orden emitida al Consejo Superior Universitario (CSU) y al cuestionado rector Walter Mazariegos, para convocar a elecciones de las unidades académicas cuyos actuales representantes siguen allí, pero ya no representan nada, debido a que su período legal ha fenecido. Una oscura y casuística reforma impulsada por el pacto mazariegoso les “permite” seguir en los cargos, mas carecen de representatividad porque se han incumplido, dilatado o entorpecido los procesos eleccionarios de nuevos decanos y legítimos representantes.


Así como ocurre con la titularidad del Ministerio Público, también la rectoría de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) tiene ya cronómetro en cuenta regresiva para el relevo en 2026. Y es que a nadie se le olvida aquel 14 de mayo de 2022, cuando las votaciones para elegir a Mazariegos, como candidato único, tras la amañada supresión de contendientes, estuvieron custodiadas por individuos con pasamontañas en el Parque de la Industria. Las autoridades de Gobernación y Policía del período Giammattei Falla adujeron no haber logrado información alguna sobre la identidad de aquellos agresivos guardias que evitaron el ingreso de cualquier votante opositor.


La legitimidad de Mazariegos al frente de la Usac lleva entonces tres años en entredicho y en nada le ayuda la continuidad de ciertos decanos y representantes de facultades cuyos plazos ya fenecieron. No quiere perder sus votos, pero es que hace mucho los perdió, porque ya no tienen legitimidad. El 18 de septiembre de 2024, una sala otorgó un amparo que ordenaba a Mazariegos y sus alineados convocar a elecciones para nuevos representantes según los estatutos de la institución. Estos respondieron con leguleyadas.


Después de la andanada de maniobras, que solo exhibieron su desconocimiento de la ley y su afán continuista, la CC confirmó el 14 de febrero la orden de la sala. La manga mazariegosa argumentó padrones incompletos e incluso intentó efectuar designaciones abusivas e improcedentes, sin elección —so pretexto de extemporaneidad para el proceso electoral, como la de la Escuela de Psicología—. El director de facto fue repudiado ayer por los estudiantes, y no tomó posesión porque su designación a dedo es apócrifa.


Es evidente que la avidez de Mazariegos es motivada por un solo objetivo: decidir la designación de los siguientes magistrados de la CC en 2026, un botín de influencia para el cual ya se mencionan varios nombres afines al grupo que alguna vez lo acuerpó. Y justo allí está la desesperación, porque ya van al menos cuatro unidades académicas que eligen autoridades no alineadas con el rector saliente. Hará falta ver si se postula a la reelección, pero en ese caso tendría que recurrir a las mismas tácticas de intimidación de 2022, que en este momento serían sintomáticas y, por ende, también la delación del pacto para llevarlo al cargo.


El 21 de mayo último, la CC rechazó un recurso de aclaración del actual rector y reiteró la orden de renovar todo el CSU. Es inspiradora la lección de gallardía de los estudiantes de Psicología y de otras facultades que han defendido su derecho a participar en condiciones de pluralidad, transparencia y sin exclusiones. Para toda la comunidad sancarlista, la lección de la historia está escrita y lista para repasar, a fin de que no se repitan ni consientan los amaños de 2022. Si el rector o los integrantes extemporáneos del CSU intentan cualquier treta para bloquear, impedir o distorsionar la orden emitida, debería considerarse un delito flagrante.