Violencia en Usac es inadmisible y debe ser investigada a fondo

Violencia en Usac es inadmisible y debe ser investigada a fondo

Aunque sé de la profunda crisis ética por la que pasa la Usac, causada por el corrupto CSU, el usurpador de la rectoría y otros maleantes que se han apoderado de la universidad nacional, no pensé que la violencia de los sicarios, guardaespaldas de Walter Mazariegos, llegara al extremo de agredir a miembros del Congreso […]

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Resumen Automático

30/05/2025 08:59
Fuente: La Hora 

Aunque sé de la profunda crisis ética por la que pasa la Usac, causada por el corrupto CSU, el usurpador de la rectoría y otros maleantes que se han apoderado de la universidad nacional, no pensé que la violencia de los sicarios, guardaespaldas de Walter Mazariegos, llegara al extremo de agredir a miembros del Congreso y a profesionales del periodismo. Esto es inadmisible en cualquier universidad del mundo y refleja la inmoralidad, ilegitimidad e ilegalidad del falso rector y sus adláteres. Este y otros actos de violencia que se han dado, sin que el MP haya actuado para investigarlos, deben ser sancionados, en todas sus ramificaciones, para desarraigar a las mafias criminales, y me hacen, en condición de exrector, exigir la renuncia de Mazariegos, para recuperar la autoridad moral.

Conocí a los sicarios que cuidan al usurpador desde el mismo día en que se impidió la elección legal de rector y votaran por Mazariegos sólo un puñado de traidores a la Usac. Por órdenes del gobierno de Giammattei, una fila de la PNC era la primera línea de protección del fraude; el pelotón modelo era la segunda fila y realizó el ataque a las y los universitarios que protestábamos el robo electoral, con gases lacrimógenos y violencia física; y en la tercera fila estaban los “jamones”, la guardia personal de Mazariegos, visiblemente armados. Después, en los vanos intentos de Mazariegos de expulsar a las y los estudiantes heroicos en las tomas de instalaciones por muchas semanas -organizadas y realizadas por los estudiantes, sin intervención de docentes, como falsamente acusan la FECI y Consuelo Porras- los “jamones” intentaron penetrar los espacios retenidos por las y los estudiantes, con diversas formas de violencia: rompieron puertas, quemaron un auto y agredieron a estudiantes, incluidas mujeres que fueron blanco de insultos y forcejeos.

Demostraron su violenta represión en la reunión del CSUCA en Antigua, en actos de destrucción de murales y pintas en el Centro Universitario de Occidente y para impedir el ingreso de la vicepresidenta Karin Herrera al auditorio de la Facultad de Ingeniería. Sin duda ha habido más actos de esta naturaleza, antes de agredir a diputados de Semilla el pasado 28 de mayo. Golpearon a diputados, universitarios y periodistas, para impedir la labor fiscalizadora de los diputados en dependencia de la rectoría. He leído los comunicados de la APG, condenando el ataque a la prensa; las manifestaciones de diversas organizaciones y personalidades, que rechazan los ultrajes cometidos; y el comunicado de la Presidencia con su firme repudio. En vez de atender estos señalamientos, Mazariegos amenaza ahora con actuar contra los diputados y aplicar sanciones disciplinarias a los estudiantes agredidos. Insisto ante Arévalo que es tiempo de actuar contras las mafias criminales y corruptas de la Usac. No insto a vulnerar la autonomía universitaria; pero sí exijo contundencia para poner en prisión a los agresores e investigar la conformación y prácticas de la “seguridad universitaria”. Es vox populi en la universidad que esta seguridad es represiva e infunde temor a la comunidad universitaria.