Urgen rutas que sean de verdad alternas

Urgen rutas que sean de verdad alternas

La tardanza en la reparación de la autopista Palín-Escuintla ha multiplicado el malestar de miles de ciudadanos.
23/07/2024 00:05
Fuente: Prensa Libre 

EDITORIAL

Urgen rutas que sean de verdad alternas

La tardanza en la reparación de la autopista Palín-Escuintla ha multiplicado el malestar de miles de ciudadanos.

En Guatemala, tristemente, le llaman ruta alterna a cualquier cosa o más bien a lo único que dejaron la mediocridad, la miopía y la imprevisión de sucesivos gobiernos. Pero para no culpar solo a los fantasmas de las carreteras pasadas, hay que decir de nuevo que la tardanza en la reparación de la autopista Palín-Escuintla ha multiplicado el malestar de miles de ciudadanos y de sectores productivos, a falta de comunicación adecuada sobre el avance y la naturaleza de los trabajos. Esporádicos clips de video sobre la excavación brindan cierta referencia preocupante debido a su discontinuidad y falta de detalles.

Entretanto, no hay alternativa al calvario de ir por la vieja carretera de Palín o aventurarse por la ruta nacional 14, ambas sobrecargadas, insuficientes y en acelerado deterioro por un uso intensivo. De madrugada, de día o de noche, las filas son atroces; las esperas, desesperantes, y la ausencia de autoridades policiales, un literal desamparo en plena emergencia. Para poner sospechosos y estériles retenes a la salida de Escuintla son buenos los agentes, pero no para alternar el paso entre carriles, poner orden a los cafres que se tiran a contravía o simplemente guiar por los extravíos de herradura devenidos en precario periférico de Palín.

Sí, hace una semana, la comuna palineca anunció como un logro la apertura de tramos para circunvalar el casco urbano, solo para vehículos livianos. Debieron decir para vehículos agrícolas, pues los autos pequeños se enfrentan a zanjas, gradas y tramos lodosos más propios de un rali 4×4 que de una vía verdaderamente alterna. Más allá del agolpamiento vehicular, este tramo de desfogue es una ventana para ver el abandono, la precariedad y la inexistente planificación urbana que padecen los vecinos de Palín.

Y no solo es Palín. Al entrar a Escuintla, es evidente la ausencia de una circunvalación decente, y esto se resalta más por todas las urbanizaciones “calcetín”, calificativo que se da a poblaciones que solo tienen una entrada y una salida, sin alternativa. Esta negligencia de infraestructura es extensiva a otros cascos municipales atravesados por la ruta CA-2: Cocales, San Bernardino, Mazatenango —que tiene circunvalación, pero cuya vida útil como tal se está agotando—, Cuyotenango e incluso Retalhuleu. Pero de vuelta al tramo crítico de Escuintla y Palín, algo debe cambiar a partir de esta crisis, y no estamos hablando de rehabilitar la autopista a la brevedad posible. Eso es imperativo.

Pero el país necesita de nuevas piezas viales, de calidad, con trayectos inteligentes entre regiones. En eterna planificación está una carretera entre Escuintla y El Jocotillo, Villa Canales, vía Guanagazapa, que podría ser una primera alternativa visionaria; el otro tramo, entre Barberena y Sansare, El Progreso, vía Jalapa. Estos proyectos se han visto relegados por opacas ambiciones y miopía de sucesivos ministros de Comunicaciones. El actual jefe de la cartera debe acelerar los trabajos, informar a diario de los mismos y, a la vez, comenzar a explicar cómo empezará a transformar este maremágnum.

Palín es un mártir de la corrupción y la estulticia continuada; basta ver esa calle-canal-puerte, iniciada en el gobierno anterior y que quedó abandonada y boquiabierta con los hierros de fuera. Por cierto, no se sabe de ninguna pesquisa efectiva en ese u otros proyectos abandonados para deducir responsabilidades. Quizá hay una congestión de avales y conflictos de interés. Pero ha sido esta impunidad e indiferencia la que tiene convertido hoy a Palín en una pesadilla de paso y, si no hay más alternas, la pregunta es ¿dónde será la siguiente agonía vial?