Niños y jóvenes franceses buscan seguir los pasos de Mbappé
En el campo de fútbol en el que Kylian Mbappé pulió sus amagues, regates y tiros que Francia espera ver en la final de la Copa Mundial, otra generación de niños franceses con grandes sueños trabajan para seguir los pasos de la superestrella. En la banda, el entrenador Rohat Sari aprueba el triunfo 10-0 de […]
En el campo de fútbol en el que Kylian Mbappé pulió sus amagues, regates y tiros que Francia espera ver en la final de la Copa Mundial, otra generación de niños franceses con grandes sueños trabajan para seguir los pasos de la superestrella.
En la banda, el entrenador Rohat Sari aprueba el triunfo 10-0 de sus jóvenes pupilos del AS Bondy, el club en los suburbios de París en donde Mbappé descubrió su talento.
En el presente, esa misma habilidad lo llevó al máximo escenario del deporte y Mbappé no sólo tendrá la oportunidad el domingo de emular al grande de Brasil Pelé ganando su segundo Mundial, si no que demostrará que su éxito no es un accidente.
Mbappé es producto de un increíblemente exitoso sistema. El más reciente jugador destacado en un constante torrente de grandes talentos que ha dado recientemente Francia, que sin lugar a dudas está tomando el lugar de otros grandes como Brasil y Alemania como el gigante productor de grandes futbolistas.
Desde que llegó a su fin la Guerra Fría ningún otro país ha tenido más éxito con una generación exitosa tras otra. El primer título de Francia en el Mundial ocurrió en 1998, le siguió la final en el 2006 (que perdió ante Italia), el campeonato en 2018 (al vencer a Croacia) y ahora en Qatar.
Aunque Brasil, Alemania e Italia tienen más títulos, su cuarta final en 24 años convierte a Francia en el equipo con mejor desempeño las últimas tres décadas, incluso si pierde el domingo ante Argentina.
Pequeños clubes como el AS Bondy, equipo al que Mbappé llegó como niño y en el rápidamente capturó la atención como un veloz prodigio, son el punto de partida de producción de futbolistas. Así como Mbappé cuando era joven, los pequeños buscan seguir sus pasos para convertirse en profesionales —sobre todo siguiendo el ejemplo de Mbappé, quien portó la camiseta verde del club.
“Me motiva, me da ánimos, me anima a trabajar más duro”, admitió Yacine Ngamatah, de 12 años y quien anotó cuatro de los 10 goles de su equipo el sábado. El potente centrocampista ya se probó con un equipo profesional, el Dijon, de la segunda división francesa.
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“No tenemos nada que envidiarle a los brasileños”, aseguró el padre de Yacine, Eric Ousmane Ngamatah. “Hay una gran reserva de futbolistas en Francia, especialmente en la región de París”.
El dinero, o la falta de este, es una de las razones. Francia ha invertido fuertemente en instalaciones deportivas y hay campos, parques y zonas de juegos en todo París y más allá, así como suficientes entrenadores juveniles y equipos.
Pero como es cierto en otras partes del mundo, el fútbol es un atractivo pasatiempo barato para las familias de escasos recursos y una posible ruta de escape para la clase de trabajadora de vecindarios como Bondy.
El éxito de Mbappé y otros ídolos los inspira y motiva.