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Sergio Ramírez: Bukele sigue el mismo camino de Ortega
El novelista y exvicepresidente nicaragüense opina que Bukele y Ortega son ensayos de dictaduras y que Centroamérica está siendo conocida por un “grotesco” turismo carcelario.
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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, suprime libertades para quedarse en el poder siguiendo el mismo camino que Daniel Ortega en Nicaragua, advirtió el escritor nicaragüense Sergio Ramírez en una entrevista con la AFP.
Vicepresidente de Ortega de 1985 a 1990, Ramírez fue desterrado a España y despojado de la nacionalidad por apoyar las protestas opositoras de 2018, que dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
El novelista de 82 años, Premio Cervantes 2017, se encuentra en Guatemala para presidir el festival literario Centroamérica Cuenta.
Bukele goza de gran popularidad en su país por su guerra contra las pandillas, pero ha dado pasos para gobernar sin contrapeso, según sus críticos, entre ellos, remover a jueces de la Corte Suprema y sustituirlos por magistrados afines, quienes dieron luz verde a su reelección en 2024, algo que prohibía la Constitución.
Pregunta: ¿Cuál es su lectura de la situación de El Salvador?
Respuesta: Me parece que alguien que decide quedarse en el poder a toda costa está dispuesto, perdiendo todos los escrúpulos, a violar todas las reglas de la democracia.
Pasar por encima de las instituciones es pasar por encima de las convenciones democráticas aceptadas por todo el mundo. Y por ese camino se comienza reprimiendo a las pandillas y se termina reprimiendo a las voces disidentes.
Y luego, la represión contra los organismos no gubernamentales, culpándolos de subversión o lo que sea. Ese es el mismo camino de Ortega.
Es decir, ir suprimiendo libertades para poder quedarse, sometiendo al Ejército, sometiendo a la Policía, sometiendo a las demás instituciones del Estado. Yo creo que ese camino va claramente marcado en El Salvador.
Podemos hablar de distintos signos ideológicos [de Bukele y Ortega]. A mí me parece que, cuando se trata de dictaduras o de ensayos de dictaduras, los signos ideológicos quedan atrás. Lo que se impone por arriba es la represión, la supresión de libertades, el desprecio de la democracia.
“Turismo carcelario”
P: Otros presidentes quieren replicar la receta de seguridad de Bukele.
R: Existe esa ilusión de que la mano dura contra la delincuencia es lo que trae la paz y la seguridad en un país. La paz y la seguridad no las trae la represión, las traen las condiciones de vida, las oportunidades de trabajo.
P: ¿Qué opina de que Bukele tenga en prisión a migrantes venezolanos deportados por Estados Unidos?
R: A mí me parece eso grotesco. Yo el otro día escuché la declaración de un funcionario salvadoreño diciendo que, así como hay turismo médico, también hay turismo carcelario.
Y nos devuelve a esa mala fama que tuvimos los países centroamericanos de repúblicas bananeras. Ahora no somos república bananera, vamos a ser república carcelaria. Eso me parece muy doloroso para nuestros países.
“Habrá un cambio”
P: ¿Sigue pensando en que llegará el cambio en Nicaragua?
R: No sé cómo se va a dar ese cambio, pero tendrá que haberlo. Yo creo que el destino de los países centroamericanos es la democracia. No puede haber desarrollo económico real, no puede haber mecanismos de integración sin democracia.
Nicaragua es un país que hoy en día tiene como una de sus armas políticas el aislacionismo: salirse de los organismos internacionales, salirse de los organismos de las Naciones Unidas, de la OEA. Entonces, el aislacionismo no puede llevar a ninguna forma de convivencia, ni interna ni externa, ni con los demás países centroamericanos ni con los demás países del resto de América Latina.
P: ¿Cree que Ortega impondrá una dinastía?
R: Esas son formas de gobierno obsoletas. Nicaragua es un país que ya se ha sacudido de una dictadura en el pasado [de la dinastía de los Somoza en 1979]. Y trató de hacerlo en 2018 y por eso vino la gran represión que dejó tantos centenares de muertos.
Pero parecería que es un país callado, sometido, amordazado, pero no es así. En el fondo hay un espíritu libertario, un espíritu de rebelión en contra de cualquier dictadura que está ahí latente. En determinado momento habrá un cambio.
Yo tengo confianza absoluta en que el pueblo de Nicaragua va a resolver este nuevo accidente de su historia.
P: ¿Y qué sucederá con su exilio?
R: Bueno, el exilio es un mal que uno no busca y tiene que adaptarse a vivirlo, ¿no? Si mi escogencia fuera regresar a Nicaragua, yo hubiera regresado antes, pero esto no es posible. Y, además, la Nicaragua a la que yo quisiera regresar en este momento no existe. Ese país que está ahí, no es el mío.
Ese país sometido, donde todos los periodistas están fuera, donde hay más de 400 periodistas exiliados, donde se persigue, se encarcela, sometido al miedo, en ese país sería imposible para mí vivir.