Lecciones de vida para emprendedores en la era de la inteligencia artificial

Lecciones de vida para emprendedores en la era de la inteligencia artificial

Quienes se centran en acumular y no saben cómo crear valor temen perder lo que tienen.
27/02/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Hace algunos años, durante una entrevista realizada por una estudiante del Acton MBA, me enfrenté a una pregunta inesperada pero profunda: ¿Qué consejos le daría a mis hijos si estuviera en mi lecho de muerte y ellos me pidieran guía para continuar con su vida? Aunque me tomó un momento de reflexión intensa, tres ideas clave surgieron en mi mente mientras respondía. Hoy, al revisar estos consejos, reconozco que no solo son lecciones vitales para la vida personal, sino enseñanzas útiles para cualquier emprendedor, especialmente en esta era dominada por la Inteligencia Artificial. Con este espíritu, comparto estos tres consejos basados en mis experiencias personales:

1) Sé un Aprendiz Perpetuo
A los 23 años, viví por primera vez en el extranjero, en Australia, el lugar más lejano de casa en el que había estado hasta entonces. Allí, expuesto a una cultura muy diferente, comencé a cuestionar muchas cosas, incluso las más arraigadas a mi identidad. Me di cuenta de que aspectos como la nacionalidad, la cultura, la raza y la religión no me definían, ni definían a nadie. Decidí observar y explorar la influencia de cada uno de estos aspectos en mí y valorar lo que aportaban, mientras discernía cómo reflejaban mis valores personales. Me desafié a no afirmar estar seguro de algo hasta haberlo cuestionado lo suficiente como para aceptar la posibilidad de estar equivocado. Este proceso me llevó a evolucionar hacia un sentido de identidad más sólido, menos dependiente de dogmas o paradigmas impuestos y más centrado en el amor, la gratitud y la apreciación alegre de los regalos recibidos.

Quienes se centran en acumular y no saben cómo crear valor temen perder lo que tienen.

2) Sé un Conector
He tenido la suerte de viajar por el mundo y de encontrar maneras de reunir los recursos necesarios para hacerlo aún cuando parecía imposible lograrlo. Hice muchos amigos durante esos años; con varios de ellos mantengo contacto y han sido parte importante de mi vida. La mayoría de los eventos y experiencias que más impacto han tenido en mi carrera profesional se remontan a una conversación en un autobús, el día que decidí levantarme temprano y participar en una actividad voluntaria. Fue entonces cuando aprendí sobre Empresarios Juveniles y decidí unirme. Empresarios Juveniles es parte de la red internacional Junior Achievement, y los participantes forman una empresa informal, pero real, con la ayuda de un asesor. Fue allí donde mi asesor me habló sobre AIESEC, una red universitaria a la que me uní poco después de esa conversación. Así, una cosa llevó a la otra y a través de las conexiones que hice conocí a mis primeros socios comerciales, a mi esposa y a algunos de mis amigos más queridos. Aprendí que hay muchas organizaciones en las que se unen personas con objetivos comunes, y que esas conexiones pueden ser la clave para cumplir los sueños que cada quien se traza.

3) Sé un Creador de Valor

Pasé las primeras dos décadas de mi vida adulta pensando que mi identidad estaba definida por ser un emprendedor, ligando mi éxito con cuánto dinero ganaba. Sin embargo, cuando las cosas se pusieron difíciles y tuve que empezar de nuevo, me di cuenta de que había confundido el patrimonio neto con el valor propio. En otras palabras, había ligado mi autoestima a mi medición de riqueza. El problema está cuando esa riqueza creada se pierde o disminuye significativamente. Aquellos que se centran en acumular pero no saben cómo crear valor consistentemente siempre temen perder lo que tienen. Afortunadamente, ya había encontrado mi pasión por aprender cosas nuevas y conocer gente nueva. Con un renovado sentido de la humildad, comencé de nuevo mi camino y me di cuenta de que mi identidad no estaba atada a mi actividad principal, ni a lo que había en mi cuenta de banco. Decidí concentrarme en ser una persona con la habilidad de crear valor independientemente de dónde se empieza. Ahora me doy cuenta que ser un creador de valor es una meta más importante que el acumular una cantidad específica de dinero. Es la diferencia entre aprender a pescar y simplemente buscar capturar un pez grande.

En un mundo cada vez más dominado por la IA, estos principios de aprendizaje constante, conexión humana y creación de valor son más relevantes que nunca. Si sabemos adaptarnos y prosperar en un entorno que cambia rápidamente, podremos encontrar el camino hacia un futuro con abundancia, donde la conexión humana será más importante que nunca.