Quinientos años

Quinientos años

La Constitución de la República es la ley suprema y ninguna otra puede contrariar sus efectos.
24/07/2024 00:02
Fuente: Prensa Libre 

pluma invitada

Quinientos años

La Constitución de la República es la ley suprema y ninguna otra puede contrariar sus efectos.

De 1524 a 1541, el gobierno del Reino de Guatemala o Real Audiencia de los Confines estuvo a cargo de Pedro de Alvarado. En el año de su muerte le sucedió Beatriz de la Cueva, el 9 y 10 de septiembre de 1541. Luego, la fundación de la Ciudad de Santiago quedó en manos del primer obispo de Guatemala, Francisco Marroquín. Luego de Alonso de Maldonado, Alonso López de Cerrato, verdadero defensor de los pueblos originarios frente al criollismo.

La Constitución de la República es la ley suprema y ninguna otra puede contrariar sus efectos.

Posterior a él, el mexicano Antonio Rodríguez de Quevedo, Pedro Ramírez de Quiñónez, Juan Nuñes de Landecho, el colombiano Francisco Briceño de Coca, Luis de Guzmán, nombrado, pero sin llegar   jamás a tomar el cargo, al igual que Juan Bustos de Villegas. El español peninsular Antonio González, el mexicano Pedro de Villalobos, el peruano Pedro García de Valverde, entre otros.

Al declararse la independencia y formar Guatemala parte de México (1821-1823), este nombró un jefe político superior, Gabino Gainza, del 15 de septiembre de 1821 a su oscura muerte, el 22 de junio de 1822. Asumió Vicente Filísola, hasta que el 9 de julio de 1823 nombra a Manuel José Arce, Pedro Molina y Juan Vicente Villacorta. El 4 de octubre de ese año, la Asamblea Nacional Constituyente elige a Manuel José Arce, José Cecilio del Valle y Tomás O´Horan. Esa asamblea designó a Francisco Barrundia, quien no aceptó, y a José Santiago Milla, quedando el poder en calidad del presidente constitucional José Manuel de la Cerda, el 26 de abril de 1825.

Al enterarse Hernán Cortez de pueblos de alta cultura al sur de Nueva España envía una expedición el 13 de noviembre de 1523. Papel importante tuvo ahí el Real y Supremo Consejo de Indias, cuya jurisdicción se extendía a la totalidad de territorios hispanos y de ultramar. Asesoraba al rey en los asuntos de las indias occidentales y orientales.

En 1511 resolvía en definitiva lo disputado o relacionado con virreinatos, capitanías generales. Además de ser un centro de investigación científica: navegación, cosmografía, matemática, crónicas, y tenía una embajada en Roma para tratar los asuntos relacionados con la Santa Sede.

Hacer frente al pueblo kaqchiquel y fundar una ciudad estuvo a cargo de Pedro, Alonso, Diego, Francisco, Gómez, Gonzalo, Héctor, Jorge, Juan, Luis y Fernando de Alvarado, Sancho de Barahona, Héctor de la Barreda y Lavarreda, Jorge de Bocanegra, quien en 1530 fungía como alcalde de la ciudad de Santiago; Hernán Carrillo y Gabriel Carrera, quien en 1531 fundó la capital del Reino de Guatemala.

Particular interés tiene uno de los conquistadores, Diego de Rojas, pues Pedro de Alvarado lo nombró alcalde ordinario el 25 de julio de 1524.

Hoy, pasado el tiempo, la Constitución de la República es la ley suprema y ninguna de las leyes civiles, penales o administrativas puede contrariar sus efectos, garantizando la libertad individual, la integración de la familia, la libertad de expresión y de cultos, el libre acceso a los tribunales. Desde la primera, promulgada el 11 de septiembre de 1825, suscrita por José Fernando Dighero y sancionada por Juan Barrundia, hasta la actual, que sustituyó al Estatuto Fundamental de Gobierno creado por el decreto ley 24-82,  que fue presidida por los tres presidentes alternos de Unidad del Centro Nacional, Movimiento de Liberación Nacional y Democracia Cristiana. Dicha constitución entra en vigor el 14 de enero de 1986.