Oportunidad de Arévalo para recuperar terreno

Oportunidad de Arévalo para recuperar terreno

El ejercicio de la presidencia, sobre todo, necesita de tener en claro la posibilidad de verse obligado a deshacerse de personas cercanas por cualquier motivo.

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05/09/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Un político avezado, astuto y capaz de adaptarse a las situaciones sabe aprovechar las oportunidades, sobre todo cuando le permiten reducir y eventualmente hasta terminar la caída en la popularidad. Bernardo Arévalo tiene una oportunidad de esas debido al enorme rechazo en sectores sociales de importancia económica, donde su posición está tambaleante. Me refiero a la posibilidad de vetar la malintencionada ley, otra vez declarada de urgencia nacional, para permitir a los Cocodes utilizar los fondos sin ningún tipo de control ni freno. En realidad, ese veto le pondría un freno a las evidentes ambiciones de personajes famosos por su oscuridad, como lo son los politiqueros Luis Aguirre y Allan Rodríguez.

Los Cocodes fracasaron. El presidente no tiene alternativa: vetar la absurda decisión de diputados desprestigiados.

Han sugerido ese necesario veto el sector privado organizado: el CACIF, las cámaras de Comercio, Asíes, Flacso, Libertad y Desarrollo, reunidos en la red nacional de centros de pensamiento. La población se da cuenta y rechaza casos de manejos ediles como el de La Antigua y casi todas las demás municipalidades del país. La idea, como siempre ocurre, es interesante y promete beneficios porque sus integrantes al ser residentes del lugar donde existen, conocen la calidad humana de quienes participan. Sin embargo, se ha desvirtuado y multiplicará la rapiña y el saqueo gracias a la ley en espera de ser autorizada desde el Palacio Nacional. De nuevo, el Congreso demuestra la urgencia de reducir el número de diz que partidos.

Es un error rechazar y criticar la solicitud por el tipo de entidades apadrinándola, ya sea por razones ideológicas, rechazo a las personas, y olvidarse de la capacidad técnica e incluso laboral. Hacerlo sería una falacia de “argumento contra el hombre” sin fijarse en la certeza de sus criterios. Esta ley es particularmente peligrosa a causa de ser el 2026 el año del inicio tácito de la campaña electoral, de hecho ya iniciada con grabaciones de discursos expresados por personas ansiosas de repetir o realizar por primera vez la carísima aventura de una campaña, cuyos costos enormes despiertan el interés en conocer el misterio del origen de los fondos utilizados además para financiar otras elecciones o nombramientos relacionados.

El ejercicio de la presidencia, sobre todo, necesita de tener en claro la posibilidad de verse obligado a deshacerse de personas cercanas por cualquier motivo: familia, partido, relación amistosa de cualquiera de sus niveles. Es dolorosa aunque esté justificada por los hechos o por las circunstancias y por eso es fundamentalmente necesaria una sangre fría producto de la personalidad propia o la necesidad de salir bien librado —lo cual no significa escapar— en el sentido de una situación cuyos efectos lo alcanzarán directamente por la responsabilidad implícita del cargo. No hacerlo así le provocará consecuencias diferentes a las de la ley, cuya meta principal no incluye análisis subjetivos, sino hechos comprobables.

Los adversarios presidenciales en el Congreso, por ejemplo, deben estar seguros de la manera como él reaccionará. Esto también incluye tener reflejos y expresarlos. La razón es simple: la población necesita saber de decisiones obvias, aunque no sean compartidas ni aceptadas, se debe tener clara la velocidad de la decisión, acompañada del anuncio de esta, a veces doloroso o incómodo. Las frases dudosas y compradoras de tiempo son interpretadas como cobardía, aunque esta opinión sea inconsciente. Los Cocodes fracasaron a causa de quienes los manejaron desde hace mucho tiempo. A nadie debe sorprender esa dura calificación popular. Están manchados y su destino negro responde a la culpa de quienes los manejaron.