A dónde vas, Radio Faro Cultural

A dónde vas, Radio Faro Cultural

Cuentan que en 1950, cuando Radio Faro se fundó, otro par también transmitía música clásica.

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19/10/2025 00:02
Fuente: Prensa Libre 

Al funeral de mi padre, llegamos temprano el segundo día. Ese, que más tarde se desenlaza cuando se lleva el cuerpo a su destino final. La gente empezó a llegar, la familia, los amigos. Pero había uno que me sobresalió, ahí, sentado, en la entrada de la capilla. Llegó solo y no le hablaba a nadie; estaba realmente quieto. Esos momentos para el deudo pasan en tiempo surreal. Recuerdo haber saludado a todos, pero al voltear, el hombre callado seguía igual. Cierto, muchos llegan sin compañía a un velorio; pero este sobresalía, pues no hacía ni un intento por interactuar. Ni siquiera para dar el pésame a la familia. Pero ahí estaba; solemne, en evidente respeto. Me acerqué y le dije, señalando al féretro: ¿Usted conocía a mi papá? Y me dijo que sí, pero que no en persona, sino solo por voz. Mi padre tenía el programa Hablemos de Música, en la Radio Faro Cultural. Me conmovió cuando me contó porqué había llegado.

No serán millones, seguramente. Pero el género no está destinado a eso.

El programa musical de mi papá es una belleza. Podría elaborar, pero mejor me refiero a las palabras de la Ministra de Cultura, Liwy Grazioso, quien ayer en la celebración de gala del 75 aniversario de la radio insigne de la cultura en el país, lo llamó “una verdadera joya”. Y a lo escrito por el columnista Antonio Mosquera, en su título Generosidad Filarmónica, quien lo identifica como lo “más gratificante” de escuchar la emisora, hoy en día. Esa apreciación, no dudo, es compartida por aquel hombre solitario en el funeral, y a quien le tembló la voz cuando me contó que él es hondureño, pero que viaja por trabajo al país. Y que él, con intención, viene en fin de semana, con la ilusión de prender la Radio Faro en el horario cuando papá ponía el disco a rodar, y compartía algo de los grandes, mientras con amable voz de cuento, narraba la historia, el conexto y las curiosidades de cada obra y su ambiente.

Cuentan que en 1950, cuando Radio Faro se fundó, otro par también transmitía música clásica. Pero cuando estas fueron cerrando, RFC quedó como la única para quienes tenían sensibilidad por la música de los barrocos, los clásicos, románticos, contemporáneos y demás, de lo que ahora llaman la música “académica”. Eran tiempos más dorados del género. Y tiempos cuando, como lo dijeron ayer también en la celebración, para escuchar algo de Mozart o de Brahms, ya sea se compraba un acetato en la vieja casona de Musical, como única alternativa, sintonizar el 104.5, en FM. Así, Radio Faro fue un tesoro único para sus oyentes. Pero como todo, esto también cambió. Los accesos a contenidos digitales emergieron y, en el caso de este género educado del arte, la afición decayó a nivel mundial. Dice el controversial opinador musical, Norman Lebrecht, que el género clásico ya no es del interés del 99% de la población.

Radio Faro es dependencia de Gobierno. Y así, no fue inmune a lo mediocre y corrupto. En un punto bajo, Jimmy M. puso de director a un su cuate de la Tropa Loca. Sin aprecio por Liszt o Schubert, fue removiendo también a Bach por música instrumental de elevador. Argumentaba, dicen, que ya nadie escucha música clásica. Él se fue. Pero algo de lo que trajo se quedó. Continúa el miedo por no llegar a masas, que da entrada a otras expresiones. Jazzes y artistas nacionales se suman a la marimba, en una fusión que diluye identidad. Mi padre lo llora desde los cielos. Él, como sus hijos ahora, palpamos aprecio constante de una afición. No serán millones, seguramente. Pero el género no está destinado a eso. Sino a llegar a lo más profundo y a conmover al extremo. Como a aquel señor que echaba viaje desde Honduras, y a quien tanto impactó, que fue solo a rendir homenaje a quien le abrió las puertas a lo sublime.

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