Con la llegada del estreno de F1: The Movie, protagonizada por Brad Pitt y producida por Lewis Hamilton, piloto británico campeón del circuito de Fórmula 1, se presenta la historia de Sonny Hayes, conocido como el fenómeno más prometedor de los años 90, quien se vio alejado por un terrible accidente.

Apodado “el más grande que nunca fue”, la película llegará a cines internacionales el próximo 25 de junio. Según la sinopsis oficial, tras el accidente, Hayes sobrevive compitiendo en carreras como las 24 Horas de Daytona para no sentirse vacío.

La historia da un salto de 30 años, cuando a Hayes le llega una nueva oportunidad para volver a las pistas. Rubén Cervantes, interpretado por Javier Bardem, le pide ayuda para salvar a su equipo de Fórmula 1, que se encuentra al borde del colapso.

Esta oferta le brinda la posibilidad de competir nuevamente en uno de los circuitos más importantes de la Fórmula 1.

Al integrarse al equipo, “competirá junto a Joshua Pearce (Damson Idris), el joven prodigio del equipo decidido a marcar su propio ritmo acelerado. Pero mientras los motores rugen, el pasado de Sonny Hayes lo alcanza, y se da cuenta de que, en la F1, tu compañero de equipo es tu competencia más feroz, y el camino hacia la redención no es algo que puedas recorrer solo”, destaca la sinopsis de la película.

Durante la trama, Hayes interactúa con la ingeniera jefe del equipo, Kete, interpretada por Kerry Condon, quien representa la única figura femenina en el equipo, con la que tendrá algunos roces debido a su espíritu rebelde.

La película se sumerge en el universo de la Fórmula 1, desde los circuitos más emblemáticos y dentro de eventos reales en Silverstone, Monza, Las Vegas, Budapest, Abu Dabi, Ciudad de México y Spa-Francorchamps.

“En Silverstone, por ejemplo, el equipo tuvo solo 20 minutos para rodar con 120 mil personas en las gradas”, destacó EFE en un video detrás de cámaras difundido por Warner Bros.

Una de las innovaciones que presenta la película es la integración de vehículos de Fórmula 1, como los monoplazas utilizados por Brad Pitt, fabricados por ingenieros de AMG Mercedes.

Las imágenes del interior del auto representan otro de los avances de esta producción, al estilo de Top Gun: Maverick, donde participó Joseph Kosinski. Según detalles de la agencia EFE, esta producción tuvo un costo de US$300 millones y cuenta con el respaldo oficial de la Fórmula 1 y sus diez equipos.