Mientras en España aún resuena el escándalo por el fastuoso cumpleaños de Lamine Yamal, otra figura de LaLiga ha acaparado la atención. Esta vez se trata de Vinícius Júnior, quien celebró sus 25 años con una fiesta de dos días en Río de Janeiro, algo que ha desatado la preocupación en el entorno del Real Madrid.

El evento, que contará con actuaciones de artistas de trap y funk, fue planeado como una producción de gran escala con más de 200 personas trabajando en la organización. Además, se aplicaron estrictas medidas de privacidad: los celulares de los invitados fueron retenidos a la entrada para evitar filtraciones. Según el periodista Leo Dias, la decoración incluso incluirá una figura gigante del rostro del futbolista.

Vinícius no destacó en esta temporada

Más allá del lujo y la música, el festejo llega en un momento especialmente sensible para Vinícius. Su rendimiento reciente no ha estado a la altura de las expectativas, y el Real Madrid ya había comenzado a dudar sobre las condiciones de su renovación, a pesar de tener contrato vigente hasta 2027.

El delantero brasileño busca convertirse en el jugador mejor pagado del club blanco, superando incluso a Kylian Mbappé, recién llegado a la plantilla. Su demanda económica ronda los 30 millones de euros anuales, cifra que ha generado resistencia en la directiva merengue, que no está dispuesta a ceder sin evaluar el impacto deportivo y mediático del jugador.

Mientras tanto, Vinícius Jr. continúa ganando visibilidad fuera del campo. Esta semana fue homenajeado por el museo Madame Tussauds, que presentó su estatua de cera en el sambódromo de Río de Janeiro, el mismo lugar donde años atrás fue blanco de comentarios racistas por parte de un dirigente del fútbol español. “Nunca soñé con algo así”, expresó emocionado el atacante.

A pesar del reconocimiento y su influencia internacional, las recientes decisiones personales de Vini podrían tener consecuencias en su futuro dentro del club madrileño. La tensión entre su imagen pública, su rendimiento en el campo y sus exigencias contractuales pone en jaque su continuidad con el equipo de Carlo Ancelotti.