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Urgen más informaciones de anillos, puentes y túnel
El plano de soluciones para el tránsito capitalino tiene un costo enorme y necesita alianzas público-privadas para no fracasar.
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La capital guatemalteca ya es una ciudad colapsada. El tiempo perdido para transportarse dentro de sus límites, salvo cuando está avanzada la noche, tiene efectos terribles, de los cuales los peores, humanamente hablando, se relacionan con la tensión emocional de los conductores, el mal estado de las calles, la falta de suficientes vías para trasladarse y una larga lista mayor. Por eso resulta esperanzador conocer el plan de construir nueve anillos, 38 puentes y un túnel, cuya suma es de 13 kilómetros. El anuncio tuvo un exagerado entusiasmo, pero fue demasiado breve y no mencionó detalles necesarios, como el orden de construcción, la cantidad, experiencia y condiciones de las empresas contratadas, y en especial, el tiempo necesario para realizarlas, porque la urbe más grande de Centroamérica se paralizará aún más.
En total, según los cálculos actuales alcanzará 2,253 millones de dólares, unos 17,300 millones de quetzales de hoy. Semejante cantidad debe ser conocida por la ciudadanía, porque su tamaño presenta un enorme riesgo de corrupción por la forma como ahora se trabaja en el país. El tiempo debe ser el mínimo posible porque a esos costos se deben agregar los ocultos, en combustible de los vehículos, buses y camiones. No queda claro si habrá la necesaria participación público-privada, pues las entidades y funcionarios públicos seguramente mal escogidos carecen de experiencia en manejar esa suma gigantesca, equivalente a gastar un millón de dólares diarios por seis años. Un mal manejo de solo el 10% significaría US$225 millones. También requiere planificación previa para absorber el aumento del tránsito.
La falta de información no permite conocer cuándo se iniciará, pero por supuesto no será cuando termine este gobierno y el atraso de esa fecha también contribuirá a aumentar el costo y a mantener el desesperante colapso de la ciudad y del país. Esta obra inicial, por aparte, debe integrarse a un “súper anillo” carretera al Atlántico-Sanarate, San José y Sanarate y en otros lugares. La dificultad de construirla aumenta a causa de la arrugada geografía del país. Falta conocer el avance de las planificaciones y planos, así como dónde es posible construir túneles a causa de las condiciones geológicas tan variadas de los lugares donde debe pasar para evitar ocho horas de viaje de la capital a Puerto Barrios, tres o más para llegar a La Antigua y seis para Quetzaltenango. No aceptarlo es irreflexivo, irracional.
Antes era posible dejarlo todo sin planificación. Ya no.
La obra anunciada necesita la creación de una entidad suprema a cargo y el marco jurídico para evitar abusos de los alcaldes de los municipios donde pasará —debido al mal entendido alcance de la autonomía—, quienes pueden detener los trabajos. También del compromiso de todos los involucrados para respetar las decisiones aunque los gobiernos, alcaldes y concejos ya sean otros, además de entregar a tiempo y sin atrasos los fondos necesarios. En el caso de Anadie, asegurarse del éxito de esta primera obra a su cargo y realizar las revisiones necesarias para el cumplimiento a tiempo de los compromisos. La magnitud de lo puesto en sus manos obliga a realizar alianzas estratégicas con el Estado, el cual ha fracasado en nuestro país a causa de los factores ya mencionados. Y estas requieren la mayor celeridad posible.
Un ejemplo del colapso citadino ocurrió el viernes pasado, a causa de los tres conciertos de música popular programados a la misma hora. Esto obliga a no autorizarlos sin conocimiento de las autoridades ediles. De nada sirvieron las recomendaciones de buscar vías alternas, porque no existen, no hay. Antes era posible dejarlo todo sin planificación. Ya no. Lo menciono porque esa coordinación es necesaria en la construcción de los anillos, puentes y túnel anunciados. Para finalizar, me parece útil señalar el indispensable orden en la realización de las construcciones, según la facilidad de construcción, el beneficio, y demás, y especialmente revisar la calidad de los materiales y el estricto cumplimiento de las especificaciones, así como escoger en base a su experiencia a empresas extranjeras adecuadas cuando sea necesario.