El país de las oportunidades

El país de las oportunidades

La mejora de nota país de las calificadoras de riesgo coloca a Guatemala en el mapa de grandes compañías.

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Resumen Automático

10/10/2025 00:05
Fuente: Prensa Libre 

Con frecuencia y durante muchísimo tiempo, el calificativo de “país de las oportunidades” suele asociarse con Estados Unidos, nación en la que actualmente y a pesar de los avatares de políticas migratorias radican al menos tres millones de guatemaltecos, con el correspondiente aporte de amor y responsabilidad a sus familias en forma de remesas, que apuntan a un nuevo récord. Pero este éxodo es inviable a largo plazo, debido a las crecientes restricciones a la migración, así como a los riesgos implícitos, el incalculable costo de familias escindidas por la distancia y la pérdida de potenciales productivos. En otras palabras, la ruta al desarrollo social, económico y productivo sostenible e integral pasa por la generación de inversiones locales y globales.

Se trata de una ruta de ascenso, y como tal tiene desafíos, sobre todo respecto de otras economías emergentes; se trata de un camino sinuoso, que —como dice la Biblia— debe ser enderezado; pero constituye una senda en la cual, a pesar de las dificultades, Guatemala ha podido avanzar en su capacidad competitiva y clima de negocios, gracias al trabajo tesonero de todos los gremios productivos, tal como lo señaló Charles Bland, presidente del sector empresarial organizado, durante uno de los discursos inaugurales del Encuentro Nacional de Empresarios (Enade) 2025.

En efecto, es impostergable un plan sostenido de transformación de la infraestructura vial, es urgente una estrategia de Estado para la ampliación de las instalaciones portuarias, es imprescindible una depuración y digitalización de los trámites para la inversión y toda actividad ciudadana. Es literalmente vital la modernización de la seguridad ciudadana y el Sistema Penitenciario.

Por supuesto, se necesita erradicar cualquier resquicio de corrupción, despilfarro, clientelismo o discrecionalidad en toda la administración pública; cesar la nefasta práctica de decretar presupuestos estatales desfinanciados, así como actualizar normas referentes al combate del lavado de activos, la emisión de nuevas leyes de contrataciones y de servicio civil.

Son grandes y graves los asuntos pendientes que la politiquería intenta relegar. Sin embargo, ya existen avances y proyectos, ya se tiene el consenso intersectorial en cuanto a que todos estos procesos son de interés nacional e histórico. Pero son precisamente esas necesidades no resueltas las que convierten a Guatemala en un país de oportunidades para el cambio y la transformación estratégica. Cada ciudadano, cada trabajador, cada empresario, cada funcionario tienen en sus manos la oportunidad de cumplir con su obligación e ir más allá, en favor del futuro de la Nación.

La credibilidad democrática del país, a pesar de los asedios necios de viejas guardias retrógradas, ha acrecentado la certeza jurídica de la inversión. La mejora de nota país de las calificadoras de riesgo coloca a Guatemala en el mapa de grandes compañías que buscan establecer plantas de producción en el territorio nacional, con la correspondiente provisión de empleos.

“Yo creo en Guatemala”, dijo una analista internacional de inversiones en el Enade. Y esa es precisamente la exclamación que se debe buscar, a largo plazo: no solo entre los capitales extranjeros, sino también y sobre todo en el niño, en el joven, en el universitario, en el emprendedor, para que el país sea aún de más oportunidades.