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¿Nuevo patrimonio de la humanidad?: Recados guatemaltecos buscan ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Los recados, esencia de la cocina guatemalteca, podrían convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un paso clave para preservar su riqueza cultural.
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Desde los recados que dan sabor a platillos tradicionales como el pepián, el jocón y el kak’ik, hasta los que se utilizan en los tamales, podrían ser incluidos en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, promovida por la Unesco. Esto, tras una solicitud formal presentada por autoridades guatemaltecas.
No solo la gastronomía, sino también la historia y el proceso cultural que conlleva la preparación de los recados, son los elementos que se busca exaltar con este reconocimiento.
La Dirección Técnica de Patrimonio Intangible del Viceministerio de Patrimonio Cultural y Natural, a través de Ángel López, explicó que el objetivo es enaltecer el patrimonio cultural de los pueblos indígenas y resaltar la esencia de la gastronomía guatemalteca.
El Ministerio de Cultura y Deportes (MCD) informó que ya presentó la documentación correspondiente ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con el fin de que los recados guatemaltecos sean considerados patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. De ser aceptada, esta declaratoria se sumaría a otros reconocimientos, como el de la técnica de elaboración de los barriletes gigantes de Santiago Sacatepéquez y Sumpango, inscritos en el 2024.
Actualmente, la lista de la Unesco incluye al menos cinco elementos guatemaltecos como parte del patrimonio cultural inmaterial, entre ellos la celebración de la Semana Santa y la tradición del teatro bailadoRabinal Achí.
Un reconocimiento con valor cultural
En virtud de sus valores culturales y sociales, el MCD impulsó este proceso para salvaguardar una manifestación viva de las culturas mayas.
“Lo que se busca salvaguardar son los saberes y las prácticas culturales que giran en torno a la elaboración de los recados”, explicó López a Prensa Libre.
Con esta propuesta se pretende no solo conservar e investigar más sobre los recados, sino también promoverlos y difundirlos tanto a nivel nacional como internacional.
¿Cómo surge la iniciativa?
Según López, Guatemala ha apostado en los últimos años por posicionar su patrimonio cultural ante la comunidad internacional. “Es una estrategia para dar a conocer nuestra riqueza, y los recados son un elemento que podemos difundir y posicionar a nivel global, como parte de la cultura maya viva”, destacó.
Uno de los requisitos para optar a la declaratoria internacional es que el elemento esté previamente reconocido como patrimonio cultural intangible a nivel nacional. En este caso, los recados como el pepián y el jocón fueron declarados patrimonio cultural en el 2007, mediante el Acuerdo Ministerial 801-2007.
Posteriormente, en el 2023, el MCD amplió el reconocimiento a todos los recados guatemaltecos, a través del Acuerdo Ministerial 1000-2023, donde se estableció la protección de los saberes, conocimientos y prácticas vinculadas con su elaboración en las distintas regiones del país.
López resaltó que uno de los pilares del proceso fue el consentimiento previo, libre e informado de los portadores de la cultura: comunidades y cocineros tradicionales, especialmente del pueblo maya. Este respaldo fue clave para consolidar la documentación necesaria.
El expediente incluyó investigaciones, registros históricos y la colección Ruta Gastronómica, que recopila recetas y saberes ancestrales. “Estos documentos evidencian la importancia cultural y social de los recados, y nos motivaron a continuar el proceso”, dijo.
Además, el formulario entregado a la Unesco detalla cómo esta manifestación está arraigada en la identidad guatemalteca, e incluye registros escritos, visuales y audiovisuales que respaldan su valor patrimonial.
El MCD informó que el expediente ya fue entregado a la Unesco, que será la entidad encargada de evaluar la solicitud. López explicó que el proceso podría tardar varios meses y que, de ser necesario, se podrían requerir ajustes o ampliaciones en la documentación.
La respuesta oficial se espera para el 2027. “Tenemos confianza en que será positiva. Es una oportunidad para valorar, preservar y compartir al mundo uno de los pilares de nuestra identidad gastronómica”, explicó.
“Si todo sale bien, estaríamos, posiblemente para el próximo año, en noviembre o diciembre, o para el 2027, llevando a cabo esta declaratoria”, dijo entusiasta López.

El pepián es uno de los recados que podrían convertirse en patrimonio, debido a su historia y legado ancestral. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz)
Más que un ingrediente
Los recados son más que ingredientes: son el alma de la cocina guatemalteca. No solo destacan por su sabor, colorido y presentación, sino por las prácticas ancestrales que los rodean, dice López.
Su elaboración incluye técnicas tradicionales, utensilios como piedras de moler, metates y comales, y, sobre todo, una profunda conexión con el tejido social.
Estos platillos están ligados a celebraciones, festividades y momentos simbólicos. Su preparación reúne a las familias, fortalece la identidad colectiva y refleja valores como la solidaridad y la convivencia.
Son, además, una expresión viva del patrimonio cultural que los guatemaltecos reconocen incluso en el extranjero, al mencionar con orgullo platos como el tamal, el pepián, el jocón, el kak’ik o el subanik, destaca el representante de Cultura.
Platillos que contienen estos recados
Los principales platillos que incorporan estos recados son:
Pero el valor no reside solo en los platillos, sino en los procesos: moler a mano, controlar los tiempos de cocción, mezclar ingredientes locales y aplicar saberes heredados. Se trata de un sistema integral de producción y preparación con raíces en la vida comunitaria, resalta Cultura.

Las hilachas son otra de las comidas nominadas para formar parte de este patrimonio, que podría agregarse a la lista de la Unesco a finales de 2026 u 2027. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz)
Tradición oral como riqueza viva
Uno de los aspectos que mide la Unesco para declarar un bien como patrimonio cultural inmaterial es la tradición oral. En este caso, la transmisión del conocimiento es evidente: “Así lo hacía mi mamá, así lo hacía mi abuela”.
Aunque la preparación evolucione con el tiempo, conserva su base ancestral, destaca el experto.
Históricamente, explica López, algunos platillos como el pepián o el pulique están ligados a rituales y celebraciones religiosas o sociales, como bautizos o primeras comuniones. “Estas comidas siguen presentes tanto en contextos rurales como urbanos, e incluso se ofrecen como experiencias gastronómicas para turistas, combinando tradición e innovación”, agregó.
Como parte de la protección de la riqueza de los recados, López detalla que existe una estructura institucional encargada de documentar, investigar y registrar el estado del patrimonio, de modo que en el futuro se puedan evaluar cambios y planificar acciones para su conservación.
¿Qué riesgos existen?
La modernización, la comida rápida y la industrialización representan amenazas. Productos como recados preenvasados podrían debilitar el vínculo con la preparación tradicional. Sin embargo, también existen oportunidades: el acceso a recetarios, la valorización turística y el auge de las redes sociales permiten revalorizar lo ancestral, dice López.
“Sí hay riesgos, pero también muchas posibilidades”, señala Ángel López, de la Dirección Técnica de Patrimonio Intangible. Hoy, los recados no solo se consumen: también se enseñan, se comparten y se promueven como una experiencia culinaria ligada al territorio y la identidad.

Beneficios de la declaratoria
El reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad traería beneficios inmediatos:
- Difusión internacional del patrimonio cultural guatemalteco
- Incremento del turismo gastronómico, como ya ocurrió con la Semana Santa
- Promoción de la cultura maya viva a nivel global
- Puesta en valor del recado como símbolo de identidad y cohesión social
“Este tipo de declaratoria pone a Guatemala ante los ojos del mundo. Pero también recuerda a la población local que tiene un bien cultural valioso que debe proteger, conservar y apoyar”, afirma López.
Por su parte, Comunicación Social del Inguat destaca que el reconocimiento de los recados como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad fortalecería la identidad cultural del país y realzaría el valor de su cocina tradicional. Además, posicionaría a Guatemala como un destino de turismo gastronómico destacado, impulsando el segmento de turismo cultural y sostenible.
Incluir estos elementos gastronómicos propios de la cultura maya guatemalteca como patrimonio, según el Inguat, permitiría crear rutas gastronómicas, experiencias culinarias auténticas y campañas de promoción internacional, beneficiando a las comunidades locales y consolidando al país como referente del turismo gastronómico en la región.
Por su parte, el historiador Aníbal Chajón destaca que el impacto social del reconocimiento sería limitado, ya que las personas que conservan los saberes de este patrimonio no reciben beneficios directos. Chajón destaca que este tipo de reconocimiento permite visibilizar elementos culturales a nivel mundial.