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Las carreras clandestinas
Anoche se produjo un incidente entre policías y los protagonistas de carreras clandestinas, dejando como consecuencia un agente gravemente herido tras ser atropellado por un motorista que conducía bajo los efectos del alcohol un vehículo sin placas, según las fuentes oficiales. En realidad esas carreras se han vuelto un muy serio problema que no sólo […]
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Anoche se produjo un incidente entre policías y los protagonistas de carreras clandestinas, dejando como consecuencia un agente gravemente herido tras ser atropellado por un motorista que conducía bajo los efectos del alcohol un vehículo sin placas, según las fuentes oficiales. En realidad esas carreras se han vuelto un muy serio problema que no sólo perturba la noche a miles de guatemaltecos sino que constituyen un muy serio peligro para cualquier automovilista y peatón que tengan que transitar por donde los delincuentes están haciendo de las suyas, no digamos para las autoridades.
Los fines de semana se han convertido en pesadilla para quienes viven o transitan a inmediaciones de la Avenida de las Américas y los otros conocidos lugares que usan en toda la ciudad y las carreras demuestran que las autoridades poco hicieron para evitar llegar a este punto y no hacen lo que pudieran para evitarlas aplicando con severidad la ley. Ayer, al oscurecer, una patrulla se colocó en dicha avenida, en la pista que va del sur al norte alrededor de la 23 calle (casi frente al monumento al Papa), y mantuvo encendidas sus luces lo que generó un momento de calma y tranquilidad. A las 21.00 horas los policías recogieron los conos que habían instalado en el mencionado lugar de las Américas y se retiraron. Apenas cinco minutos después, a las 9,05 de la noche, los motoristas volvieron a las andadas con toda tranquilidad, sin duda felices al ver que la presencia policial duró tan poco tiempo.

Vivimos en un país en el que las autoridades no encuentran el rumbo para asegurar la vida y la tranquilidad de la gente decente; lo mismo que con las extorsiones y el robo de celulares, las carreras clandestinas persisten pese a esos vanos “esfuerzos” que dice hacer la fuerza pública para perseguir y castigar a quienes incurren en delitos. Es cierto que se trata de problemas muy extendidos que no se terminarán de la noche a la mañana, pero es obvio que no hay un esfuerzo sistemático por imponer la ley y el orden.
Y es apenas un síntoma más de las muchas enfermedades que sufre un país al tener todo su sistema sucuestrado por mafias que no se ven tan preocupadas en el cambio mientras hay impunidad dominante, misma que alcanza también a otros delincuentes que pueden hacer tranquilamente lo que les viene en gana ante la certeza de que no tenemos en realidad quien se preocupe por entrarle de lleno a esa problemática que nos arrebata la paz y la tranquilidad.
El agente atropellado y que ha perdido la vida, es una de las tantas víctimas que genera la anarquía total derivada de esa manifiesta y burda incapacidad de las autoridades.