Oscura y lesiva deuda eléctrica de alcaldías

Oscura y lesiva deuda eléctrica de alcaldías

La solución es que se tracen convenios de pago viables, que las empresas municipales deficitarias se extingan, pues la energía no es gratuita ni barata ni ilimitada.

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27/08/2025 00:06
Fuente: Prensa Libre 

Existen municipalidades que solo aportan decepción, incumplimiento y negligencia. Y si a eso sumamos deudas por el servicio de distribución de electricidad, también generan un costo que recae sobre todos los contribuyentes. En la actualidad, 14 municipalidades acumulan una deuda de casi Q3 mil 400 millones al Instituto Nacional de Electrificación (Inde), el cual provee de energía a sendas empresas ediles de distribución que se han convertido en morosas, ya sea por incumplimiento de tarifas, recaudación insuficiente en cobro de servicio e incluso simple incapacidad para administrar los recursos para sufragar este importante gasto. Solo dan vergüenza administrativa, y también excusas burocráticas.


Lo que debería ser una relación contractual clara de generación, distribución y pago de energía se ha convertido en un entramado de evasiones, descontrol y hasta oportunismo político. Sin duda alguna, la más histórica y abultada de estas moras es la de la comuna de Quetzaltenango, cuya factura pendiente es de Q1 mil 600 millones, caso que ya se encuentra en instancia judicial y existe un fallo conminatorio hacia ese municipio. Pero la alcaldía actual asegura que la sentencia aún no está “firme”. Solo la deuda sigue estancada y también creando intereses.


Otro caso patético es el de la cabecera de Zacapa, que adeuda Q509 millones sin siquiera tener una propuesta de arreglo para comenzar a saldar los pagos pendientes. La cercana Gualán está en un predicamento similar, por más de Q300 millones, y también está próxima a llegar a una querella judicial para demandar el pago. ¿Cómo se llegó a este deterioro? Secuencias de administraciones irresponsables, la demagogia de seguir ofreciendo energía “barata” o simple negligencia en el manejo de cuentas.


Estas debacles deberían marcar el cierre de estas mal llamadas “empresas” municipales, porque no tienen visión ni eficiencia ni competitividad. Y para justificar esta aseveración basta ver cómo en Retalhuleu solo hay unos cuantos empleados ediles a cargo de leer miles de contadores domiciliares: una labor que ya se debería efectuar a distancia, con medios tecnológicos. Pero como se trata de empleados sindicalizados, gozan de inamovilidad aunque sus funciones sean mediocres, desfasadas o simplemente innecesarias. Contratar un ejército de lectores sería oneroso, y, para ajuste de males, hay sospechas de venalidad: es decir, reciben sobornos de vecinos morosos para que no les corten el servicio. Y la deuda de esa comuna sigue aumentando.


En otros casos sí se recaudan pagos de usuarios por electricidad, pero es obvio que las municipalidades destinan los fondos a otros usos, y no a sufragar el costo de energía. Esta irresponsabilidad edil conjunta impacta en las finanzas del Inde, que debe establecer eficiencias para continuar proyectos en otras áreas que ansían y necesitan el servicio.


Como nunca falta un politiquero demagogo más, surgió en abril del 2024 una absurda propuesta de un combo de diputados en busca de réditos electoreros a cuenta de la ciudadanía: tales mentes convenencieras plantearon que se condonara el adeudo, así como si nada. En otras palabras, la iniciativa 6439 busca primar el desorden, la ineficiencia y la irresponsabilidad, al plantear que sean los contribuyentes quienes carguen con la factura de años de malos manejos municipales. Eso sería un precedente nefasto. La solución es que se tracen convenios de pago viables, que las empresas municipales deficitarias se extingan, pues la energía no es gratuita ni barata ni ilimitada.

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