Nuevos datos muestran cuán potentes pueden ser los próximos fármacos para la pérdida de peso

Nuevos datos muestran cuán potentes pueden ser los próximos fármacos para la pérdida de peso

Tome nota de los fármacos que podrían ser útiles para la pérdida de peso en un futuro cercano. No obstante, recuerde que estos solo pueden ser recetados por un profesional de la salud.

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28/06/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

Los médicos califican de revolucionarios a los nuevos fármacos para la pérdida de peso. Afirman que serán un punto de inflexión sin precedentes.

Pronto, quizá también los llamen obsoletos. Los fabricantes de medicamentos están compitiendo para desarrollar la próxima oleada de fármacos contra la obesidad y la diabetes, con la esperanza de que sean aún más potentes que los que hay actualmente en el mercado.

“Creo que lo que veremos es que Wegovy recibió mucha de la atención de la prensa, porque llegó primero”, explicó Simon Cork, catedrático titular de la Universidad Anglia Ruskin en Inglaterra que ha estudiado la obesidad. “Pero muy pronto será superado por medicamentos mucho más potentes”.

El sábado, un grupo de investigadores presentó un conjunto de datos en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de la Diabetes sobre la versión quizá más esperada de estos medicamentos: una píldora diaria. Un estudio en fase avanzada demostró que el fármaco, llamado orforglipron, parecía ser igual de eficaz que una inyección semanal de Ozempic para inducir la pérdida de peso y reducir el nivel de azúcar en sangre. Este es solo uno de los más de doce medicamentos experimentales sobre los que los investigadores compartirán datos en la conferencia de este fin de semana.

Algunos de estos fármacos aún están en fase de pruebas iniciales, pero otros podrían llegar al mercado ya desde el próximo año. Entre ellos, hay medicamentos que podrían conducir a una pérdida de peso mayor al 15 o 20 por ciento de peso corporal que se pierde con los fármacos existentes. También podrían ser más fáciles de tomar que las inyecciones semanales y ayudar a la gente a perder kilogramos sin perder tanto músculo. Una mayor competencia (y, en el caso de la píldora, menores costos de fabricación) también podría traducirse en que, a la larga, los pacientes paguen menos.

“Mucha gente dice: ‘Ay, ya tenemos Ozempic, todo va a estar bien'”, comentó Megan Capozzi, profesora adjunta de investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington que estudia tratamientos para la diabetes y la obesidad. “Pero creo que hay muchas más cosas que mejorar”.

Más practicidad, menos pérdida muscular

Según algunos cálculos, 1 de cada 8 adultos en Estados Unidos ya ha tomado algún medicamento como Wegovy o Zepbound. Pero los investigadores consideran que mucha más gente tomaría (sin dejar el tratamiento) medicamentos para pérdida de peso que no requirieran inyecciones semanales.

En pocas palabras, Capozzi dijo: “La gente prefiere tomar pastillas que ponerse inyecciones”.

Por eso los médicos y los inversores están tan entusiasmados con el orforglipron. Al igual que el Ozempic y otros fármacos del mercado, el orforglipron imita una hormona que regula el azúcar en sangre y frena el apetito. En los datos presentados en la conferencia, los investigadores que dieron seguimiento a más de 500 pacientes con diabetes tipo 2 informaron que los que tomaron la dosis más alta perdieron en promedio unos 7,2 kilogramos al cabo de nueve meses. Alrededor de dos terceras partes de las personas que tomaron el fármaco también vieron descender sus niveles de azúcar en sangre a un rango que se definió como objetivo.

Si el fármaco se utiliza más ampliamente en personas con obesidad y no solo con diabetes, quienes tienen un peso corporal más elevado podrían perder aún más peso, ya que las personas que solo padecen diabetes tienden a perder menos peso con este tipo de fármacos, puntualizó Scott Hagan, profesor adjunto de Medicina en la Universidad de Washington.

A finales de este año, Eli Lilly, la empresa farmacéutica que fabrica la píldora, dará a conocer más datos de estudios adicionales de orforglipron en personas con obesidad. La empresa buscará la aprobación reglamentaria del fármaco primero como tratamiento para la obesidad y después para la diabetes tipo 2. Podría estar disponible desde el año que viene.

La empresa no ha dicho cuánto costará el orforglipron, pero en general es más barato producir pastillas en masa que inyecciones. Si su precio es significativamente inferior al de los medicamentos ahora disponibles, que pueden costar cientos o incluso unos 1000 dólares al mes, más pacientes podrían pagar el medicamento. Y quizá más aseguradoras podrían incluirlo en su cobertura.

En los próximos días, los investigadores también presentarán datos sobre otros fármacos en fases iniciales que podrían ser más prácticos que las inyecciones semanales. Entre ellos está MariTide, un fármaco inyectable fabricado por la empresa biofarmacéutica Amgen que se podría administrar a los pacientes una vez al mes.

Algunos medicamentos nuevos en desarrollo también intentan resolver un efecto secundario persistente de los fármacos existentes: los pacientes que pierden grasa también tienden a perder músculo. Esto puede ser especialmente peligroso para los adultos mayores, porque los hace más propensos a caerse y puede empeorar la osteoporosis.

Un fármaco experimental combina la sustancia del Ozempic y un compuesto que bloquea los receptores que regulan el músculo esquelético y la masa grasa. Varios otros imitan a la hormona amilina, que en estudios con roedores ha demostrado preservar parte del tejido muscular magro, aunque se necesitan más datos en humanos. Algunos investigadores siguen mostrándose escépticos ante la posibilidad de que cualquier fármaco pueda conducir a una pérdida de peso significativa sin sacrificar al menos algo de músculo.

Potencial para perder aún más peso

Aunque la nueva generación de fármacos podría ofrecer más practicidad o ayudar a salvaguardar el músculo, aún no está claro si ofrecería una pérdida de peso significativamente mayor.

Los inversores y los médicos tenían grandes esperanzas puestas en un fármaco llamado CagriSema, que es una inyección semanal que combina la sustancia del Ozempic con un nuevo compuesto. Novo Nordisk, la empresa que fabrica el medicamento, se había fijado un objetivo de pérdida de peso del 25 por ciento, pero los primeros resultados se quedaron cortos, pues mostraron que las personas con obesidad que tomaron el fármaco perdieron menos del 23 por ciento de su peso corporal al cabo de más de un año. Eso no fue suficiente para que los analistas consideraran al fármaco un claro vencedor frente al Zepbound, que se considera la opción más eficaz del mercado.

El umbral que define un éxito rotundo es cada vez más alto“, señaló Hagan.

Pero algunos fármacos que van menos avanzados en su desarrollo parecen más prometedores, como la retatrutida, una inyección semanal que superó los resultados del Zepbound en sus primeros ensayos. Sin embargo, ese medicamento todavía está muy lejos de una posible aprobación.

Aunque algunos de los medicamentos que llegarán pronto al mercado solo proporcionen una pérdida de peso equivalente, o casi equivalente, su llegada podría tener un gran impacto, por unas cuantas razones. La más importante es que un medicamento más barato o más práctico podría ayudar a que más pacientes tomen un medicamento de pérdida de peso durante más tiempo.

Se supone que las personas deben tomar los fármacos para pérdida de peso durante el resto de su vida; si los pacientes dejan de tomar el medicamento, a menudo recuperan peso. Pero, según algunas estimaciones, más de la mitad de los pacientes dejan de tomar estos fármacos en el plazo de un año, a veces por problemas con el seguro, efectos secundarios o escasez intermitente de los medicamentos. Estas interrupciones ayudan a explicar por qué la gente pierde mucho menos peso en el mundo real que en los ensayos clínicos controlados.

“Dentro de tres o cinco años, nos daremos cuenta de que la inmensa mayoría de las personas solo tomaron estos fármacos durante ocho o nueve meses, luego dejaron de tomarlos y recuperaron el peso”, advirtió David Kessler, excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos, que escribió un libro sobre los fármacos de pérdida de peso.

“Llegaremos a la conclusión de que este ha sido un gran fracaso, a menos que hallemos una forma de utilizar estos fármacos en el mundo real”, añadió.

Muchos de los medicamentos que están en desarrollo también funcionan de un modo un tanto distinto a los que se comercializan actualmente. Esto podría significar que cada persona responderá mejor a ellos, dijo Hagan. Según algunos cálculos, alrededor del 15 por ciento de las personas no pierden mucho peso con los fármacos disponibles ahora.

Cuantas más opciones haya, más podrán asegurarse los médicos de que los pacientes reciben el fármaco más adecuado para ellos, afirmó Hagan.

“Estamos empezando a salir de la fase inicial de decir: ‘Vaya, por fin tenemos fármacos que son seguros y eficaces’. Ahora tenemos un menú de ellos”, concluyó.

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