El jefe de la SAT, Marco Livio Díaz Reyes, ha sido señalado por el Ministerio Público por presuntos delitos de extorsión y tráfico de influencias relacionados con los casos de defraudación tributaria B410 y Eureka-B410.

En respuesta, Díaz Reyes emitió un comunicado calificando las acusaciones como “infundadas y apócrifas”, asegurando que se basan únicamente en declaraciones de imputados de dichos casos.

El funcionario advirtió que estos señalamientos representan un riesgo para la estabilidad de la SAT y podrían afectar su labor en el combate a la defraudación fiscal, que incluye casos por más de Q300 millones.

Asimismo, pidió que las investigaciones se realicen de manera imparcial, exigiendo pruebas concretas que sustenten las acusaciones, y reiteró la importancia de respetar sus derechos de presunción de inocencia y debido proceso.

Desde el Ejecutivo, el portavoz Santiago Palomo manifestó respaldo al superintendente, destacando su papel en denunciar estos actos ilícitos.

Por otro lado, Díaz Reyes advirtió que las acusaciones podrían ser un intento de frenar las investigaciones en curso y reafirmó que utilizará los recursos legales necesarios para defenderse. También llamó a proteger a la SAT, institución clave para garantizar la recaudación tributaria y el funcionamiento de programas esenciales.