Los obstáculos para la Presidencia de Bernardo Arévalo no se resumen a partidos de oposición y el Ministerio Público (MP). Ahora, la división del partido político que lo llevó al poder es un nuevo reto para su gestión, coinciden analistas.

Este fin de semana quedó en evidencia la ruptura interna entre los diputados electos por Movimiento Semilla. Un grupo impulsa la creación de un nuevo partido político, mientras que otros rechazan la idea por no haberse tomado una decisión de manera democrática.

Movimiento Semilla está actualmente cancelado por una orden judicial que cumplió el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Pero, aunque exista una apelación pendiente para tratar de reactivar el partido, algunos militantes de Semilla optan por otra propuesta.

Para analistas en temas políticos, la división dentro del bloque oficialista complicará la obtención de acuerdos en el Congreso, y que, además, esa fragmentación hará eco hasta la presidencia y complicará la gobernabilidad de la administración de Arévalo, apuntan.

“Lamentablemente el presidente desde su toma de posesión no ha contado con un gran apoyo desde el Congreso debido a que han invertido mucho tiempo en defenderse de los procesos legales que les han abierto”, hizo ver Ruben Hidalgo, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep).

No obstante, el escenario complejo que ya enfrentaba el mandatario para impulsar proyectos dentro del Legislativo será más complicado, y quedará en una situación delicada la futura negociación del presupuesto para su tercer año de mandato.

“Si es que realmente están divididos naturalmente va a significar para el gobierno un escenario de mayor ingobernabilidad. Puede que apunten a temas clientelares que no van a mejorar la economía, que no van a dejar nada de fondo, simplemente será un reparto”, advirtió Francisco Quezada, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).

La misma lectura mantiene Alejandro Quinteros, analista político independiente, quien considera que es poco probable que la actual administración de Ejecutiva cumpla, al menos, con una promesa de campaña.

“Si bien el gobierno no empezó bien y venía haciendo las cosas con cierta superficialidad, ahora cualquier cosa que planeen hacer para los próximos años les va a costar todavía más”, indicó.

¿Nuevas alianzas?

El gobierno de Arévalo todavía tiene mucho trabajo por hacer, pero para cumplir con su programación necesitan que el Congreso les apoye con la aprobación del proyecto de presupuesto que elabore el Ministerio de Finanzas.

También necesitaría de dicho organismo en caso de que alguna situación en el país amerite un estado de Excepción o que por urgencia nacional requieran una ampliación presupuestaria, entre otros temas.

Sin embargo, si su bancada de 23 diputados no está unida, a criterio de Hidalgo, las negociaciones políticas serán más difíciles. Incluso, el Ejecutivo tendría que buscar apoyo de otros diputados, lo que ya representa un reto.

“Vemos que vamos a tener a un presidente con una mayor debilidad de participación y apoyo en el Legislativo, que hará que tenga que buscar negociar de diversas maneras el apoyo político que necesite para sacar adelante las gestiones de su gobierno”, refirió.

Según Quezada, llegar a estos posibles acuerdos podría hacer que el Gobierno caiga en ofrecimientos, para que bancadas opositoras o bien diputados que no comparten la ideología de Movimiento Semilla estén dispuestos a colaborar, eventualmente, en algunas votaciones.

“Yo creo que a final de cuentas este es un año importante porque la finalidad del partido para posicionarse y evitar tanto desgaste por la inoperatividad que tienen es que se van a lanzar a un proyecto clientelar. Es así donde logran capitalizar adeptos con proyectos clientelares”, agregó.

Como otros partidos

Los analistas destacan que es común en Guatemala ver cómo los partidos políticos nacen y mueren, pero en el caso de Movimiento Semilla, este efecto parece ser demasiado precipitado.

“Podemos concluir que Movimiento Semilla fue víctima de la cultura que prevalece en todos los partidos, movimientos débiles, fraccionados, poco democráticos y con diferencias marcadas”, indicó Hidalgo.

Durante el fin de semana, algunos diputados de Semilla, liderados por Samuel Pérez, presentaron el proyecto “Raíces”, una alternativa al partido oficial por estar cancelado y con el que esperarían poder participar en las elecciones generales del 2027.

El hecho de insistir en un nuevo partido ante la cancelación del original, a criterio de los expertos, es una muestra de cómo los políticos buscan perpetuarse en el cargo, aunque eso signifique enemistades internas en proyectos que se vendieron como sólidos y estables.

“Rescatar la operatividad del Estado es algo que les quedó grande, entonces podrían apostar a propuestas clientelares. A esto han apostado regímenes similares en otros países, a prácticamente comprar votos”, concluyó Quinteros.

De los 23 diputados electos por Movimiento Semilla para la décima legislatura, 15 respaldan la creación de Raíces, mientras que ocho se oponen por la forma en que se tomó la decisión, calificándola incluso de unilateral.