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5 enfermedades afectadas por el frío y cómo afrontarlas
Las bajas temperaturas se convierten en un escenario para las enfermedades, ¿cuáles son las más frecuentes?
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El frío también es un ambiente propicio para que aumenten enfermedades como los casos de infecciones respiratorias, ocasionadas en su mayoría por virus, aunque también pueden ser provocadas por bacterias o parásitos. Estas se transmiten de persona a persona a través de las gotitas de saliva que expulsamos al toser o estornudar. Otra forma de contagio es mediante el contacto con superficies contaminadas, como manijas de puertas, barandales de transporte público, mesas o escritorios, entre otras.
Las infecciones afectan las vías respiratorias del ser humano, suelen desarrollarse en un periodo menor a 15 días y, en muchas ocasiones, si no se tiene un cuidado apropiado o existen otros factores de riesgo, pueden derivar en una neumonía.
“Con la llegada de la temporada fría, es importante conocer cómo las bajas temperaturas pueden afectar nuestro organismo y qué medidas podemos tomar para mantenernos saludables“, dice el médico Pablo Marroquín, médico general del Hospital General de Enfermedades.
Entre las afecciones más frecuentes en los guatemaltecos, explicó el médico Juan Pablo Maselli, especialista en alergias e inmunología del Centro del Asma, están las infecciones respiratorias virales, como la influenza y el covid-19. También existen infecciones bacterianas, como las causadas por neumococo, así como otras no infecciosas, como alergias y asma bronquial.
Conozcamos más acerca de algunas de las enfermedades que miran los médicos en esta temporada de frío:
- Gripe o influenza
La gripe es diferente del resfriado común. Los síntomas aparecen aproximadamente 48 horas después del contagio y pueden manifestarse de forma repentina. Los escalofríos o la sensación de frío suelen ser los primeros indicios. La fiebre es frecuente durante los primeros días y puede alcanzar los 38.5 o 39.5 grados centígrados.
Muchos enfermos sienten malestar general, dolor en todo el cuerpo —sobre todo en la espalda y las piernas— y fatiga que dificulta levantarse de la cama.
El dolor de cabeza suele ser intenso y, al inicio, los síntomas respiratorios pueden ser leves. La gravedad del cuadro y la fiebre alta la distinguen del catarro común.
La mayoría de personas mejora entre siete y diez días, aunque algunas podrían presentar complicaciones graves.
El mejor tratamiento consiste en reposo, hidratación adecuada y el consumo abundante de líquidos. - Resfriado
El Manual MSD explica que el resfriado común es una infección viral del revestimiento de la nariz, senos paranasales, garganta y grandes vías respiratorias.
Los síntomas suelen comenzar entre uno y tres días después del contacto con el virus. Inicialmente, se presenta malestar en la nariz o la garganta, seguido de estornudos, congestión nasal y sensación leve de enfermedad.
En general, no hay fiebre, aunque en algunos casos la temperatura puede elevarse levemente al inicio. Las secreciones nasales suelen ser molestas los primeros días.
Muchas personas también presentan tos. Estos síntomas desaparecen entre cuatro y diez días, aunque la tos, con o sin expectoración, puede persistir una semana más. - Asma y EPOC
Estuardo Rojas, médico internista, explica que las personas asmáticas necesitan un estímulo para que el músculo bronquial se contraiga, desencadenando un estado de hipereactividad caracterizado por sibilancias y dificultad respiratoria. Una de las causas de las crisis asmáticas es precisamente el frío y la humedad.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), frecuente en quienes han estado expuestos al humo de leña —especialmente en áreas rurales—, presenta síntomas similares: dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos e infecciones. El frío tiende a exacerbar estas crisis.
En este grupo también se incluyen los fumadores crónicos con enfisema, quienes, por los daños pulmonares previos, pueden sufrir crisis desencadenadas por el frío. - Rinitis alérgica
Algunas personas padecen rinitis alérgica, y el frío provoca una mayor producción de secreciones nasales. Estas pueden acumularse y convertirse en moco espeso, lo cual favorece el desarrollo de infecciones bacterianas, señala Rojas.
También pueden presentarse cuadros de bronquitis, en los que la infección no llega hasta los alvéolos, sino que permanece en los bronquios. El frío puede ser el principal factor desencadenante. Estas enfermedades respiratorias son de las más comunes en esta época. - Problemas reumatológicos y cardiovasculares
El frío agrava ciertas enfermedades reumatológicas, como la artritis reumatoide, aumentando la rigidez y el dolor articular, lo cual interfiere en las actividades cotidianas.
También se presenta el fenómeno de Raynaud, caracterizado por cambios en la coloración de los dedos —a veces se tornan morados o cianóticos— al exponerse al frío. En casos severos, puede producirse necrosis o gangrena.
En el sistema cardiovascular, el frío puede provocar vasoconstricción y elevar la presión arterial, sobre todo en personas no controladas. Problemas como las anginas pueden agravarse por el vasoespasmo inducido por las bajas temperaturas, lo cual puede derivar en un infarto.
Además, existe el trastorno afectivo estacional, más común en otras latitudes, explica Rojas, pero también presente en nuestro medio. Se manifiesta con cambios neurohormonales provocados por la falta de luz solar o cielos nublados, y puede derivar en apatía o depresión.
¿Cómo cuidar los pulmones de niños y adultos durante la época fría?
Por su parte, el neumólogo pediatra José Miguel Leal indica que tanto adultos como niños deben mantener al día sus esquemas de vacunación. Explica que, durante la época fría, aumentan las infecciones respiratorias porque al hacer frío, las personas tienden a permanecer en espacios cerrados y con poca ventilación, lo cual facilita el contagio.
Una de las recomendaciones principales es abrigarse bien. También se sugiere lavarse las manos con frecuencia y, en caso de presentar síntomas de gripe o influenza, utilice mascarilla.
Aumente el consumo de productos con vitamina C, como frutas cítricas (naranjas, limones, fresas, kiwis, uvas), que ayudan a reforzar el sistema inmune.
Al toser o estornudar, utilice pañuelos desechables o cúbrase con el pliegue interno del codo, además ventile y limpie los espacios del hogar y del trabajo para evitar polvo y microorganismos.
El neumólogo pediatra Mario Melgar señala que, en la niñez, la lactancia materna fortalece el sistema inmunológico de los bebés, reduciendo el riesgo de enfermedades respiratorias.
La vacunación es fundamental para proteger a las nuevas generaciones. “La vacuna contra el neumococo, por ejemplo, reduce la probabilidad de desarrollar neumonía, otitis, meningitis y otras enfermedades graves”, afirma Melgar.