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Cambia realidades desde la educación
La maestra Liza Hernández dice que nació para enseñar y se proyecta a jóvenes de distintos estratos sociales.
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Liza Hernández, de 40 años, recuerda perfectamente cómo nació su vocación de maestra, ya que desde pequeña jugaba a calificarse los cuadernos y dar clases con su prima. Proviene de una familia de maestros, con el negocio familiar Jardín y Colegio Nazareth, por lo que creció en un ambiente lleno de aprendizaje y enseñanza impartido a varias generaciones. “Lo más importante es transmitir conocimiento y que cada persona se lleve algo nuevo cada día”, afirma.
Experiencia enriquecedora
Durante más de 20 años, Hernández ha impartido clases en distintos niveles y varias edades, en establecimientos públicos y privadas. Se especializó en Química y Biología en la Universidad Galileo.
La catedrática trae a su memoria dos experiencias satisfactorias en su carrera. La primera, en la Escuela Taller Municipal, donde tuvo alumnos de 14 a 18 años, quienes estaban expuestos a ser parte de pandillas, pero estudiaban por voluntad propia y buscaban superarse a través de distintos oficios para generar un recurso de beneficio propio y para sus familias. La segunda, en la Escuela Mixta Primavera Milagro, zona 6 de Mixco, que hace varios años era un sector de alto riesgo y valoraba que los padres tuvieran la fe en que sus hijos saldrían adelante gracias a la educación, y por ello, los estudiantes se esforzaban más. Muchos lograron salir de maras, escaparon de la peligrosidad del área, y otros lograron obtener una beca que cambió su realidad.
Desde hace 13 años trabaja en el colegio Belga, donde imparte Ciencias Naturales, Biología y Química en el nivel básico. Resalta que su grupo de estudiantes favoritos es el de secundaria, en el cual ha impactado más y que le ha dado el cariño más sincero.


Adaptación educativa
Con el paso del tiempo, Hernández reflexiona sobre los cambios educativos, entre ellos la evolución tecnológica, que va de la mano con los jóvenes. Destaca que, en la actualidad, estos buscan obtener todo en un celular, computadora o la inteligencia artificial, pero advierte de que no se deben descuidar aspectos básicos. “Como docentes, no podemos pelear con la tecnología, hay que enseñarles a los alumnos que pueden lograr con los recursos de buena manera, pero al mismo tiempo ayudarlos a mantener su cerebro en acción, retener información, memorización, y que al mismo tiempo no se pierda la caballerosidad, amabilidad, respeto y esfuerzo diario en cada aspecto de su vida”, comenta.
También destaca que la tecnología y los recursos audiovisuales son aliados que los maestros deben explotar y que pueden ser provechosos para preparar mejor a los estudiantes.
Hernández ve una meta cumplida al ser catedrática y se visualiza muchos años dedicada a ello. “Trato de dar todo de mí en cada clase. Estoy satisfecha de lo logrado. Hasta la fecha, alumnos y padres me recuerdan con cariño. Es una gran satisfacción y los motivo a seguir aprendiendo, trazarse metas y cumplirlas para cambiar la realidad, sin importar las posibilidades económicas para salir delante”, dice.
“Lo más importante es transmitir conocimiento y que cada persona se lleve algo nuevo cada día”.
Liza Herna´ndez
Básico en la rutina diaria
Liza Hernández recuerda cómo Prensa Libre ha estado presente en su vida y en su familia durante muchos años, tanto que, cuando era pequeña, en 1996, sus padres vieron en los Clasificados un anuncio sobre la venta de un perro salchicha, por Q300, y al comprarlo, desde ese instante inició su amor por esa raza.
Resalta también cómo ha sido su evolución como lectora, desde las revistas Chicos, Aula, Amiga, Mujer y todos los suplementos. “Soy una lectora empedernida. Me gusta leer Prensa Libre por completo, especialmente la sección de Opinión, porque es la que más ha impactado en mi vida. La visión de los expertos me ha ayudado a crear mi propio punto de vista”, refiere.
Cuando estaba por finalizar su carrera de Magisterio, alfabetizó a adultos a través de Conalfa y utilizó los Formalibros de Prensa Libre como material de apoyo. Actualmente recorta artículos y reportajes, o temas de profundidad para analizar en clase con sus alumnas. “Prensa Libre sigue confiando en que la población lee”, afirma.

Esta es la octava publicación del proyecto Yo cuento, donde cada domingo, se contarán historias de guatemaltecos suscriptores de este diario y su valioso aporte a nuestro país.