Benito Taibo y el arte de recordar con el paladar en Cuchara y memoria

Benito Taibo y el arte de recordar con el paladar en Cuchara y memoria

Más que un libro, Cuchara y memoria es una puerta a la experiencia de comer y revivir la historia a través de sabores e ingredientes. Así define su obra el escritor mexicano Benito Taibo.

Enlace generado

Resumen Automático

04/07/2025 19:00
Fuente: Prensa Libre 

“Somos lo que leemos, siempre lo he dicho, pero también lo que comemos, lo que cocinamos, hablamos y oímos”, afirma. En entrevista con Prensa Libre, el poeta y narrador comparte la travesía que lo llevó a escribir este proyecto que, más allá de una recopilación gastronómica, es una bitácora vital. Desde el ajo hasta el kebab, reconstruye historias nacidas en la mesa familiar, con aromas, sabores e investigación como detonantes de la memoria.

“Comer es un arte”, dice al iniciar la conversación. Para él, no se trata de una rutina fisiológica, sino de un acto cultural. “Alimentarse lo puede hacer cualquiera, pero comer, explorar las sensaciones, es un evento mágico, maravilloso; una celebración del otro”.

“Yo aprendí mucho más en la mesa de la casa de mis padres que en cualquier universidad en la que haya estado”, afirma, convencido de que en ese espacio encontró su verdadera formación.

La mesa de los Taibo fue un aula de cultura. “Ahí no solo se comía: había imaginación, palabra, música… todo aquello que significa cultura. Cultura no es para dar respuestas, sino para generar preguntas más difíciles. Y la comida, sin duda, hace eso”.

Describir Cuchara y memoria no es sencillo. El autor reconoce que se trata de una mezcla de crónica, autobiografía, ensayo y reportaje. “Es un libro para curiosos”, dice, dirigido a quienes buscan entender la memoria gastronómica y las historias que surgen alrededor de un plato.

Mucho de esa visión nace en su entorno familiar. En la casa de sus padres, además de comer bien, se compartía conocimiento. Su padre, asturiano, escribió textos fundamentales sobre comida, como Encuentro de dos fogones, donde aborda el mestizaje culinario tras el intercambio colombino.

Taibo lo ilustra con un ejemplo: sin el jitomate mesoamericano no existiría la comida italiana. “Ese mestizaje gastronómico fue el mejor de todos. México, Guatemala y otras regiones pusieron sobre la mesa ingredientes que cambiaron al mundo”.

Ese impulso por contar lo que ocurre alrededor de la comida lo llevó a crear blogs y programas televisivos. Pero aclara: “No son sobre cocina, sino sobre comida, recuerdos y experiencias”.

“Es muy curioso, porque me senté a escribir sin saber hacia dónde me dirigía. Empecé a tener recuerdos, y el libro está hecho de historias, menciones, amores y, sobre todo, pasiones. Creo que comer es un mundo apasionante, donde se encuentran todas las posibilidades”, dice.

Cuchara y memoria, insiste, no es un recetario, sino un libro de memorias, descubrimientos e investigación. “Es un libro que intenta ser todo lo divertido que puede resultar para un lego en el tema de la comida y la cocina. Son mis viajes interiores y exteriores, y a todas las partes del mundo a las que llego y pruebo”.

Su mas reciente libro son las memorias de su vida frente a la comida y un espacio para celebrar la vida a través de los sabores y recuerdos. (Foto Prensa Libre: Keneth Cruz)

Probar, su mantra clave

Taibo destaca que su padre tenía una palabra mágica que se convirtió en su mantra: “Prueba”. Esa palabra, dice, representa el principio de todo conocimiento. “Pero, en el caso de la comida, es el mejor de todos”.

Cada comida es una aventura sensorial. “Frente a ti presentan algo indescriptible, que no has visto nunca y que nunca sabrá igual”. Ese impulso por descubrir lo llevó a escribir, a probar, a narrar.

Los secretos de Cuchara y memoria

Al iniciar el libro, se enfrentó a un dilema: la memoria es traicionera. Por eso decidió investigar y construir una experiencia que combinara recuerdos y cultura. Eligió un orden alfabético completamente arbitrario: escribió sobre lo que le gusta, desde la A de ajo hasta la K de kebab. “No es un diccionario gastronómico, es un diccionario de emociones. De mis emociones”, precisa.

El segundo tomo ya está en marcha. Esta vez irá de la L de literatura hasta la Z de zapato. ¿Por qué zapato? Lo explica con humor y cine: en La quimera del oro, Charles Chaplin se cocina un zapato. Ese guiño le permitió hablar de cine y comida.

La combinación de ingredientes es otra de sus exploraciones. Aunque no es fan del güicoy ni del brócoli, reconoce que, al mezclarlos con otros elementos, pueden volverse maravillosos. Para él, la comida va más allá de lo cotidiano: “Comer en dos lugares distintos nunca es igual”, dice. Por eso, la memoria juega un papel fundamental: los sabores activan recuerdos, y los olores detonan emociones.

“La nostalgia es añorar tiempos pasados que todo el mundo dice que fueron mejores. Pero yo creo que los tiempos presentes son mejores, porque estás vivo”, concluye.

Literatura y vida en la mesa

Los mejores recuerdos, insiste, son las comidas familiares. En ellas nacen las historias que nos marcan. Y en su caso, también la literatura: compartió mesa con figuras como Juan Rulfo, José Emilio Pacheco o Quino.

Cuchara y memoria no es solo un libro: es parte de su vida. Son memorias vividas con sus padres, con su esposa o en soledad, y que ahora revive a través de la comida

Noticias relacionadas

Comentarios