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Resistencia a la insulina: qué es, por qué surge y cómo evitar complicaciones
Conocer qué es la resistencia a la insulina y cómo podría afectar la vida cotidiana es esencial.
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Es importante aclarar algunos conceptos relacionados con la resistencia a la insulina. Por ejemplo, qué es la insulina, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales explica que esta es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa en la sangre entre a las células de los músculos, grasa e hígado, donde se usa para obtener energía.
La glucosa proviene de los alimentos que una persona consume. El hígado también produce glucosa cuando el cuerpo la necesita, como cuando una persona está ayunando. Cuando los niveles de glucosa en la sangre, también llamada azúcar en la sangre, aumentan después de comer, el páncreas libera insulina en la sangre. La insulina entonces reduce la glucosa en la sangre para así mantenerla en el rango normal, dice la entidad.
Al respecto la Asociación Americana de la Diabetes agrega que las personas con resistencia a la insulina, también conocida como sensibilidad a la insulina alterada, han desarrollado una tolerancia a la insulina, lo que hace que la hormona sea menos eficaz. Como resultado, se necesita más insulina para persuadir a las células grasas y musculares a que absorban la glucosa y al hígado a que continúe almacenándola.
La prediabetes significa que los niveles de glucosa en la sangre son más altos de lo normal pero no lo suficientemente altos para ser diagnosticados como diabetes. La prediabetes usualmente ocurre en personas que ya tienen cierta resistencia a la insulina o cuyas células beta en el páncreas no están produciendo suficiente insulina para mantener la glucosa en la sangre en el rango normal. Sin suficiente insulina, la glucosa adicional permanece en el torrente sanguíneo en lugar de entrar a las células. Con el tiempo, una persona podría desarrollar diabetes tipo 2.
Todavía es un misterio por qué una persona no responde adecuadamente a la insulina, pero existen formas de hacer que el cuerpo sea más receptivo a la insulina, lo que puede ayudar a prevenir o retrasar la diabetes tipo 2, o ayudar a una persona con diabetes tipo 1 a controlar su nivel de glucosa (azúcar) en sangre.
¿Cuáles son los síntomas?
No hay síntomas por la resistencia a la insulina, pero se detecta por un signo clínico muy importante llamado Acantosis Nigricans, que es cuando la piel se torna obscura aterciopelada en el cuello y pliegues del cuerpo, como las axilas.
La relación entre la Acantosis Nigricans o Acantosis Pigmentaria y la resistencia a la insulina reside en los efectos que tiene este exceso de insulina en el organismo. Los niveles elevados de insulina en la sangre estimulan la proliferación de queratinocitos y fibroblastos en la piel, células que en crecimiento excesivo conducen a la hiperpigmentación y al engrosamiento característicos de la Acantosis Pigmentaria.
Además, la insulina tiene un efecto de promoción del crecimiento en diversos tejidos del cuerpo, incluyendo la piel. Cuando hay una resistencia a la insulina, los niveles de esta hormona en el torrente sanguíneo son elevados, y este exceso de insulina puede actuar sobre los receptores de insulina en la piel, resultando en un engrosamiento y oscurecimiento de esta, se lee en el texto Acantosis nigricans, de la Clínica Universidad de Navarra.
¿Qué causa la resistencia a la insulina?
La ciencia ha identificado varios genes que hacen que una persona tenga más o menos probabilidades de desarrollar la enfermedad. También se sabe que las personas mayores son más propensas a la resistencia a la insulina. El estilo de vida también puede influir. El sedentarismo, el sobrepeso o la obesidad aumentan el riesgo de resistencia a la insulina.
La diabetes se ha convertido en una de las enfermedades con mayor crecimiento en la población adulta de Guatemala. Datos de la Federación Internacional de Diabetes estiman que más de 1.1 millones de guatemaltecos viven con el diagnóstico, presentando una prevalencia del 13%.
Según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, este padecimiento ha pasado a ser el segundo más común en regiones como la capital, Alta Verapaz, El Peten y Quetzaltenango, siendo considerada como la nueva epidemia silenciosa en América Latina.

La diabetes es el último eslabón
“La diabetes es el último eslabón de los desórdenes de azúcar. El primero es la resistencia a la insulina“, dice Julio Alonzo, médico y director del centro de investigación metabólica Bio Clinik.
Hoy los principales detonantes de diabetes, obesidad, hipertensión y dislipidemias son el estrés, la mala alimentación (no solamente la comida chatarra sino la pérdida de horarios de comida), refiere el médico.
Alonzo explica que cuando a una persona le dicen: “usted tiene diabetes”, significa que el 50% del páncreas ya no funciona. Y en el cuerpo no hay nada que pueda regenerarse o volver a funcionar una vez muerto.
Con un diagnóstico de diabetes, un paciente tiene una sobrevida aproximada de 10 años antes de agotarse y dejar de producir insulina. Ese tiempo puede extenderse a 20 o 30 años, o reducirse a seis meses, según el cuidado que tenga la persona.
“La diabetes no es solo azúcar alta. Es una enfermedad autoinmune que hace que el páncreas deje de funcionar de manera silenciosa. La diabetes diagnosticada hoy inició hace 10 años, no hace semanas o meses”, aclara Alonzo.
Por su parte, Hugo Palafox, científico experto en oxidación y metabolismo celular, de Inmunotec explica que “la diabetes es un padecimiento multifactorial y genético que aparece tras la persistencia de hábitos dañinos. Aunque no siempre es así, la mala alimentación, azúcar añadida, exceso de grasas refinadas y la falta de ejercicio, pueden jugar un papel fundamental para desencadenar el padecimiento y comprometer la salud, especialmente si se trata de alguien con antecedentes familiares.
¿Es posible curar la resistencia a la insulina?
Alonzo explica que en el punto de la prediabetes sí es posible revertirla, pero la diabetes no.
La diabetes no se cura porque implica la muerte del 50% del páncreas, pero sí se puede controlar para evitar complicaciones graves como la retinopatía diabética (ceguera) o la neuropatía diabética (úlceras, amputaciones), dice Alonzo.
Alonzo comenta que si se cumplen criterios es posible apoyar al paciente con diabetes. Él considera por lo menos tres fases para orientarlos:
- Primer mes: nivelar los niveles de glucosa y determinar la capacidad pancreática restante.
- Segundo mes: el paciente aprende a “combinar alimentos”. “No usamos dietas restrictivas, porque el 93% de los diabéticos está desnutrido debido a que se les restringe todo. Aquí se aprende a reconocer complicaciones y prevenir secuelas”, agrega.
- Tercer mes: adopción de un estilo de vida saludable a largo plazo.