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“Gracias a Guatemala, que me ha dado tanto”: Ricardo García Santander se despide de Viva la Mañana
Después de 22 años despertando a Guatemala con Viva la Mañana, Ricardo García Santander cierra uno de los capítulos más importantes de su carrera televisiva con gratitud y nostalgia.
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“Durante 22 años me he levantado a las 4 de la mañana todos los días de mi vida”, recuerda con nostalgia Ricardo García Santander, quien hoy finaliza más de cinco mil mañanas acompañando a los guatemaltecos con el programa Viva la Mañana.
Después de ser una de las primeras voces que despierta a miles de guatemaltecos y de convertirse en uno de los rostros más familiares de la televisión nacional, finalizó una de las etapas más importantes de su vida frente al programa.
El hombre que llegó desde Argentina en 2003, con una maleta llena de sueños y una propuesta televisiva revolucionaria, hoy cierra un capítulo que cambió para siempre el panorama de los programas matutinos en Guatemala. Sus ojos, los mismos que han visto pasar dos décadas de historia nacional desde el set, ahora reflejan una mezcla de orgullo, nostalgia y expectativa por lo que está por venir.
En su oficina, que ha sido testigo de incontables reuniones de producción, Ricardo se toma un momento para reflexionar sobre el legado de un programa que no solo entretuvo, sino que se convirtió en escuela, familia y hogar para decenas de talentos que hoy brillan en pantallas nacionales e internacionales.
Viva la Mañana no es solo un programa de televisión; es el primer hijo profesional de Ricardo en tierras guatemaltecas, el proyecto que lo adoptó como chapín y que ahora, con 22 años, está listo para crecer con nuevas voces, mientras él explora horizontes diferentes.
¿Por qué tomar la decisión de terminar esta etapa tan importante?
La verdad que es una decisión que vengo pensando desde hace mucho tiempo, hace aproximadamente dos años, cuando Viva la Mañana cumplió 20 años, pensé que era el momento correcto para ya no estar en el programa.
Considero que este programa, para mí, fue el proyecto que más satisfacciones me ha traído a nivel profesional, porque fue el primer trabajo que yo realicé en Guatemala cuando me hice cargo de la Gerencia de Producción de Guatevisión, en el año 2003.
El primer proyecto formal que presenté fue la creación de esta telerrevista, que arrancó un 23 de febrero del año 2004, y han sido ya casi 22 años de estar al frente de este proyecto que, insisto, me ha traído solo cosas positivas, solo cosas buenas. Pero en mi interior sentí la necesidad de encontrar nuevos retos dentro de la empresa.
Continúo como conductor de Soñando en familia, que es un programa que me ha traído muchas satisfacciones, pero entendí que era momento de salir de Viva la Mañana, al menos frente a cámara, porque voy a seguir, obviamente, muy de cerca con el nuevo equipo y creo que estoy haciendo lo correcto, porque es abrirme a nuevas oportunidades, a buscar nuevos espacios, y que el programa siga creciendo y siga evolucionando con un nuevo equipo.

Usted es uno de los pioneros en los mornings shows a nivel nacional. ¿Cómo siente que ha sido su legado en la televisión guatemalteca y cuál cree que es el futuro para la televisión?
Yo creo que Viva la Mañana fue un programa muy importante para el desarrollo y el crecimiento de Guatevisión.
Creo que, por su estilo y sus segmentos de todo tipo, el hecho de que tantos conductores estuvieran en un mismo espacio, cada uno con una responsabilidad distinta, con un rol distinto, la escenografía, imagen visual y la manera de contar las cosas, hizo que Viva la Mañana se transformara en un referente muy importante para la televisión guatemalteca. Y creo que otro punto muy importante es el talento que se generó a lo largo de tantos años, porque muchísimas figuras hoy de la televisión y de las redes sociales pasaron por Viva la Mañana.
También creo que Viva la Mañana fue, indudablemente, una escuela para muchos. Para mí también fue una gran escuela.
Aprendí muchas cosas a lo largo de estos 22 años y sigo aprendiendo, pero creo que, para muchas personas, también fue como una puerta a muchas cosas nuevas.
Y hemos acompañado, a lo largo de estos 22 años, tantos procesos y tantos momentos felices y difíciles del país, y ahí hemos estado siempre presentes, tratando de llevar la mejor cara para que la gente se despertara todos los días.
Retomando un poco su idea sobre los talentos que vio crecer Viva la Mañana, ¿cómo se siente al saber que el programa ha sido un parteaguas en la vida de muchas personas que han sobresalido tanto a nivel nacional como internacional?
Yo me siento muy feliz, me siento muy orgulloso de eso, muy satisfecho por dos razones: Una, porque veo a esas personas que hoy brillan y que han hecho un trabajo extraordinario y maravilloso en sus vidas personales y profesionales, y eso me da una gran alegría. Y, en segundo lugar, porque siguen siendo grandes amigos, siguen siendo personas con las que me junto, y Viva la Mañana tiene eso y me deja eso: una familia, un grupo de amigos increíbles.
Entonces, realmente yo debo reconocer que eso es lo más valioso que me deja Viva la Mañana. Conocí a las mejores personas que la vida me pudo poner en el camino, y por eso estoy muy feliz.

¿Qué sigue para Ricardo, tanto para su vida profesional como personal?
Siempre estoy abierto a nuevos retos, a nuevas oportunidades, a que la vida me sorprenda tanto profesional como personalmente. Desde el punto de vista profesional, sigo a cargo de la Gerencia de Producción del canal. Voy a estar mucho más involucrado en Viva la Mañana detrás de cámara, ahora con el contenido, siguiendo muy de cerca a este nuevo grupo de conductores en este proceso de transición a la nueva etapa del programa.
También tengo algunos proyectos dentro del canal. A mí me gusta crear muchos conceptos. Apoyaré en todas las otras áreas internas del canal porque me gusta hacer de todo un poco, y en lo personal, hay una necesidad, quizás, de empezar a explorar nuevos espacios.
Te quiero contar algo, y es —a lo mejor la gente lo entenderá— que durante 22 años me he levantado a las 4 de la mañana todos los días de mi vida.
Entonces, soy el que primero se va de las fiestas, el que a las 8 ya tiene que estar durmiendo. Entonces también quiero empezar a explorar un poco esa vida de levantarme y que el sol ya haya salido, ¿verdad? No levantarme con la luna.
Eso es una excusa, no más, pero creo que voy a empezar a explorar otras facetas también. Entonces, creo que me vienen cosas buenas. Yo soy una persona de mucha fe, y creo mucho en Dios y en la Virgen. Y si esa idea la vengo acariciando hace tanto tiempo, y recién ahora la puedo concretar, me parece que la vida me va a sorprender con cosas positivas. Yo soy una persona optimista y siempre creo que lo mejor está por venir, entonces sé que vienen cosas buenas para mí. Estoy seguro de eso.
¿Cómo ve, con todas estas nuevas tecnologías, el futuro de la televisión, no solo en Guatemala, sino en general?
Yo siento que la televisión tiene todavía mucha vida, que tiene que adaptar sus contenidos y sus formatos a todo esto que hoy la gente consume por otros soportes. Pero creo que la televisión tiene todavía una vida larga, adaptando formatos, cambiando estructuras, convirtiendo mucho, compartiendo mucho de lo que se ve a través de la pantalla en un lenguaje para otras plataformas, en otros formatos.
Siento que la televisión todavía tiene futuro, y, de alguna u otra manera, estamos todos invitados y comprometidos a reinventarnos todo el tiempo para que la televisión siga siendo muy atractiva para aquellos que la siguen viendo.

En estos 22 años que ha pasado en Viva la Mañana, ¿cuáles han sido esos momentos que rescataría, que lo hagan decir: “Yo por esto hice lo que hice y por esto me llevo al programa en mi corazón”?
Te voy a abrir mi corazón. Aunque por Viva la Mañana podría enumerarte cantidades de momentos de mucha felicidad, de mucha alegría, de muchas entrevistas a personajes entrañables del ámbito nacional e internacional, momentos, celebraciones de cumpleaños, pedidas de mano de nuestras conductoras, nacimientos de niños… o sea, todo ha pasado. A lo largo de los años han sido momentos felices. Pero lo que realmente a mí me ha hecho seguir, desde el primer día, pensando que hice lo correcto en tomar la gran decisión de venirme a vivir a este país, que amo profundamente y que respeto con todo mi corazón, que es Guatemala, es el cariño que la gente me ha demostrado desde siempre.
No hay cosa más linda que me haga sentir más feliz, más contento, más satisfecho, que cuando me dicen: “Gracias por amar tanto Guatemala, usted es un chapín más”.
Eso es lo que yo atesoro y lo que más me voy a llevar.
Entonces, me llevo el cariño de la gente, me llevo un grupo de amigos fantástico y me llevo el orgullo de haber mantenido un programa durante 22 años con su esencia, con su ADN, y seguir atrás del programa, porque es mi primer hijo, que ya tiene 22 años, ya está por recibirse de la universidad. Entonces, ya dejarlo que crezca solo y apoyar al 100% al nuevo equipo.
¿Qué le diría este Ricardo al Ricardo de hace 22 años que empezó con este proyecto?
Yo le diría, primero, que no se equivocó en tomar la decisión de venir a vivir a Guatemala. Que esa corazonada, cuando llegó por primera vez en octubre del año 2003 a conducir un evento de Unicef, y empezó a recibir ofertas y opciones para poderme quedar a trabajar aquí —porque no era mi destino, yo después de México me iba a ir a trabajar a Estados Unidos—, era correcta y al final, mi corazón me dijo que Guatemala era el lugar.
Me enamoré. Fue amor a primera vista. Me hizo acordar mucho a mi casa, me hizo acordar mucho a Mendoza.
Entonces, le diría: “No te equivocaste. Tranquilo y relajado, que vienen cosas buenas, que vienen 22 años que te vas a disfrutar, que vas a crear algo que te va a dar muchas satisfacciones. Disfrútate cada momento y deja fluir, porque estás en el lugar correcto y en el momento correcto. Entonces, solo decí gracias, porque ha sido una gran bendición, y lo va a seguir siendo por siempre”.

¿Y qué les dice Ricardo a los guatemaltecos que, como lo mencionaste, son como tu familia?
Hay una canción maravillosa que me encanta, que dice: “Gracias a la vida, que me ha dado tanto”, de la gran Violeta Parra, una cantautora chilena.
Yo me voy a permitir tomar esa frase y transformarla en: gracias a los chapines y gracias a Guatemala, que me han dado tanto, porque me han dado amor, cariño, paciencia, una fidelidad maravillosa.
Me han hecho sentir como en casa. Y cuando uno es extranjero, y cuando uno viene de otro país, sentirse realmente que pertenece a un lugar no es tan sencillo de lograr.
Y aquí, desde el primer momento, me han hecho sentir así. Entonces, yo no tengo más que palabras de agradecimiento real, verdadero y sincero a toda esa gente maravillosa que me lo ha demostrado a lo largo de tantos años.
Y estoy muy feliz y estoy muy contento con la decisión que estoy tomando. Hay nostalgia, hay, obviamente, sentimientos encontrados, pero estoy contento y sé que vienen cosas maravillosas para Viva la Mañana, y vienen cosas maravillosas para mi vida también.