“Tú fuiste la que me regaló el sombrero de Esquipulas”: las anécdotas nunca antes contadas de fans de Arjona que lo han seguido desde hace más de 30 años

“Tú fuiste la que me regaló el sombrero de Esquipulas”: las anécdotas nunca antes contadas de fans de Arjona que lo han seguido desde hace más de 30 años

Entre recuerdos, nostalgia y sorpresas, seguidores de Ricardo Arjona se alistan para la gira Lo que el Seco no dijo. Muchos han cruzado fronteras para vivir experiencias únicas junto al cantautor.

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30/10/2025 16:30
Fuente: Prensa Libre 

En escenarios de Argentina, México, Estados Unidos y, por supuesto, Guatemala, admiradores de Ricardo Arjona han seguido su carrera para disfrutar su música. Varios, desde la comunidad conocida como la Arjona Pandilla, han vivido experiencias singulares y se preparan con entusiasmo para la nueva gira Lo que el Seco no dijo.

Algunos ya cuentan con varias entradas para sus conciertos en Guatemala; otros planean acompañarlo en el extranjero. En conversación con Prensa Libre, expresaron que tienen “las emociones a flor de piel” ante el esperado regreso del artista a los escenarios. La gira, que comenzará el 31 de octubre en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias y se extenderá hasta el 2026, con fechas confirmadas en países como Estados Unidos, Argentina, Chile y Puerto Rico, promete ser un espectáculo único.

Varios han sido reconocidos por el propio Arjona durante sus conciertos o han vivido momentos especiales, como poder tomarse fotos con él, visitar su camerino o recibir regalos que se convirtieron en anécdotas.

Además, Prensa Libre conversó con uno de los documentalistas de la carrera del artista, quien desde Guatemala ha seguido su trayectoria por décadas y actualmente impulsa un proyecto para crear un museo dedicado al cantautor, con piezas únicas recopiladas a lo largo de los años.

“El sombrero de Esquipulas”

Beatriz Castro ha seguido a Ricardo Arjona desde 1986. Su admiración nació cuando él participó en las elecciones de Reina de Caminos y Flor de la Feria de Esquipulas, durante una gira auspiciada por Pepsi.

En aquel evento, una compañera de estudio cantó junto a Arjona. Ese fue el momento que marcó el inicio de su vínculo con el artista. “En 1987 hablaba por teléfono con él. Me decía cómo sonaban sus canciones en la radio y yo le contaba”, recuerda.

Han pasado casi 40 años, y Castro lo ha acompañado en conciertos en Honduras, El Salvador, Argentina, México y Estados Unidos. “Ya perdí la cuenta de a cuántos conciertos he asistido”, dice con orgullo.

Uno de los recuerdos más significativos ocurrió en 2006, durante la gira Adentro, cuando el artista permitió la entrada de un grupo de seguidoras a su camerino. “Convivimos con él, logré hablarle y nos dio un abrazo a todas. Hasta hoy recuerdo lo rico que olía”, relata.

Su encuentro más especial tuvo lugar en 2017. Durante un concierto, Beatriz le lanzó un sombrero típico de Esquipulas. Él lo recogió mientras cantaba La historia del taxi y detuvo el espectáculo para compartir una anécdota sobre su padre.

Ricardo Arjona recibió el regalo hecho por Castro en uno de sus conciertos. (Foto Prensa Libre: cortesía Beatriz Castro)

“Contó que cuando iban a Esquipulas, su papá nunca encontraba sombrero porque era cabezón —así dijo él—, y que una señora le dijo que solo decorando un canasto le quedaría uno. Todos nos reímos”, rememora.

Años después, en Los Ángeles, se encontró con Adri Arjona, hijo del cantante, y le contó la historia. “Me dijo: ‘Sí, yo lo supe, pero no sabía que tú eras quien le regaló el sombrero’. Me dio un abrazo y me lo agradeció”, cuenta emocionada.

En 2022, durante un concierto en Sacramento, llevó un cartel que decía: “Yo te regalé el sombrerito de Esquipulas en Guatemala”. Arjona lo vio, detuvo el show y le dijo: “Tú fuiste la que me regaló el sombrero de Esquipulas”. Como agradecimiento, le dedicó Acompáñame a estar solo.

“Fue un momento que viví a flor de piel”, asegura.

También recuerda otro concierto en Honduras. Llevaba una bufanda con el nombre de su canción favorita: Porque están con él el amor. “Me la puse también en Guatemala. Ricardo me dijo: ‘Ni en Guatemala me pidieron esa canción. Te la voy a cantar’. Y la cantó. Le grité: ‘¡Mentiroso, sí te la pedí!’, porque siempre estoy en primera fila”, dice entre risas.

Con la nueva gira, Beatriz se prepara para disfrutar cada momento como si fuera el último. “No sabemos si será la última vez que lo veremos en el escenario. Por eso, voy a vivir cada minuto intensamente”, afirma.

Ricardo Arjona dedica una parte de la canción Acompáñame a estar solo en uno de sus conciertos fuera de Guatemala. (Video Prensa Libre: Beatriz Castro)

“Lo he seguido incluso fuera del país”

Lo que comenzó como un gusto se transformó en una pasión de más de 30 años. Carmen Sandoval, fiel seguidora de Ricardo Arjona, compartió cómo nació su admiración por el cantautor.

“Fue en Canal 5, como en 1986 o 1987, cuando transmitían cápsulas musicales. Ahí apareció Ricardo Arjona, y verlo me enganchó desde pequeña. Luego salió en Siempre en domingo, y ver a un guatemalteco en ese escenario me causó mucha emoción”, relata.

Desde entonces, ha asistido a varios conciertos, incluso fuera del país: estuvo en Honduras en 2013; en Costa Rica y México, en 2018; y en Los Ángeles, en 2022.

Una de las canciones más significativas para ella es Déjame decir que te amo, por ser de las primeras que escuchó y por su fuerza romántica.

Uno de los momentos más memorables fue cuando Arjona interpretó Mi país. “Fue una mezcla de emociones: ganas de llorar, reír, cantar, gritar… todo. Fue lo más memorable, incluso por los gestos que él hacía mientras escuchaba la letra”, recuerda.

En el Crypto Arena, en Los Ángeles, presenció un homenaje especial. “Le entregaron la camisola de Los Lakers y salió al escenario con ella, porque fue el primer artista que llenó el lugar tras el cambio de nombre. Fue muy emocionante”, cuenta.

Su compromiso como seguidora ha sido tal que ha logrado estar en dos fotografías grupales junto a Arjona, una en Guatemala y otra en Costa Rica. “Aunque no conversé con él, tener ese momento guardado es muy valioso”, afirma.

En uno de esos encuentros, esperaron bajo la lluvia. Cuando Arjona los vio, se mostró sorprendido. “Fue muy educado, cordial y feliz. Se notaba que también disfrutó compartir un ratito con nosotros”, añade.

Junto a otros miembros de la Arjona Pandilla, participa en actividades para celebrar la música del artista y mostrar la cultura guatemalteca. Entre ellas destaca el uso de barriletes conmemorativos en los conciertos, símbolo que llevaron hasta Argentina durante la gira Circo Soledad.

“Ya antes hicimos un barrilete gigante, pero ahora, por falta de tiempo, solo llevaremos algunos como muestra cultural”, señala.

Con la nueva gira, Carmen se prepara para seguir acumulando recuerdos junto a un artista que ha marcado su vida por más de tres décadas.

Seguidores de Ricardo Arjona y miembros del club Arjona Pandilla viajan a diversos países para disfrutar sus presentaciones. (Foto Prensa Libre: cortesía Beatriz Castro)

“He investigado, documentado y seguido la historia de Ricardo Arjona”

Mynor McKnight es reconocido como uno de los mayores documentadores de la carrera de Ricardo Arjona a nivel mundial. Su historia como seguidor comenzó a los 14 años, cuando vio al artista en televisión como revelación durante el concurso Miss Panamá. Aquel momento, dice, fue su “enganche”, pues vio en Arjona una forma novedosa de interpretar.

Desde 1986, McKnight empezó a reunir material sobre el cantautor guatemalteco. Lo que inició como una afición pronto se convirtió en una labor de documentación sistemática. Archivos de prensa, entrevistas, grabaciones y piezas promocionales forman parte de una colección que ha sido cuidadosamente preservada por más de tres décadas.

“Así nace mi conexión con él: desde la documentación, la investigación, el análisis. Un ejemplo es cuando Ricardo fue escogido para representar a Guatemala en Argentina, en 1999. No fue por concurso, sino por su popularidad, y eso generó controversia. La Asociación de Cantantes de Guatemala reaccionó públicamente; hubo cartas y comunicados. Todo eso está documentado en mis archivos”, explica.

McKnight no solo conserva documentos: también cuenta con una amplia colección musical en distintos formatos, como LP, CD, casetes y demos. “Tengo grabaciones de programas donde él participó, tanto en Guatemala como en el extranjero. Además, trabajé en la producción local de su gira Galería Caribe, en el año 2000”, comenta.

Más que una afición, su labor como documentador se ha convertido en una pasión de vida. Como muchos seguidores de larga trayectoria, ha perdido la cuenta de los conciertos a los que ha asistido. Lo ha seguido en Guatemala, Argentina, México, Costa Rica, El Salvador y tres veces en el Madison Square Garden, en Nueva York.

Mynor McKnight presentó parte de su colección a Prensa Libre en 2018. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Su trabajo es tan extenso que lo ha canalizado en un proyecto cultural: Cultura Raíz o Calle 33, un museo —actualmente virtual— dedicado a la carrera de Arjona. “Este proyecto surgió por la necesidad de conservar y dar visibilidad a todo ese material que, en muchos casos, ni el propio Ricardo sabe que existe”, afirma.

McKnight explica que hay otros fans en países como Chile y Argentina con colecciones igual de impresionantes, y que si unieran sus archivos podrían dar vida a un proyecto aún más grande. Entre los objetos que conserva hay camisetas, gorras, artículos promocionales y grabaciones inéditas.

“Mi visión es que este museo forme parte de su fundación. Que los ingresos vayan directamente a sus proyectos sociales. No se trata de idolatría, sino de retribuirle al país y preservar su legado”, subraya.

Aunque ha tenido oportunidades de ver al artista en persona, McKnight lo hace siempre con respeto. “No soy de los que lo persiguen o buscan una foto. Lo respeto mucho. He coincidido con él por temas de trabajo. Una vez me tomé una foto con él gracias a una amiga que tiene un pase vitalicio otorgado por Ricardo. Fue en el Madison, y esa es la única imagen que tengo con él”, cuenta.

Para McKnight, su trabajo habla por sí solo. “Aunque suene técnico, creo que mi labor es mi mejor carta de presentación. Para entender a Ricardo, solo hay que escucharlo, pero con atención, sin fanatismo ciego”.