El papa acudió inesperadamente este Domingo de Ramos a la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde, en silla de ruedas y sin necesidad de oxígeno, saludó a los fieles al inicio de la Semana Santa.

“Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa”, dijo en el altar central de la plaza, luego de aparecer por sorpresa al término de la misa del Domingo de Ramos, que marca el comienzo de los ritos de uno de los momentos más importantes del catolicismo.

El Papa saludó al cardenal argentino Leonardo Sandri, a quien delegó la lectura de su homilía debido a la lenta recuperación de su voz. Sin embargo, no quiso perderse el contacto con los fieles, el cual podría imponerse a las recomendaciones médicas en las próximas celebraciones litúrgicas.

Francisco, sin las cánulas nasales puestas, se paseó entre los fieles y se detuvo a intercambiar algunas palabras con un grupo de monjas y varios niños, con quienes mostró gestos de complicidad, mientras se oían gritos de “¡Viva el papa!”.

Al final de la misa, el papa Francisco se unió a los peregrinos y fieles en la plaza y les deseó lo mejor para el Domingo de Ramos y el comienzo de la Semana Santa, indicó el Vaticano en un comunicado.

Según añadió, el pontífice luego, de regreso a la Basílica, se detuvo en oración ante la tumba del Apóstol y frente al monumento dedicado a Benedicto XV.

El papa Francisco continúa con apariciones sorpresivas en plena convalecencia

La última aparición del pontífice fue el pasado domingo 6 de abril, también en la plaza vaticana, durante el Jubileo de los Enfermos. El papa ha salido en otras dos ocasiones de la residencia y recibió por sorpresa a los reyes británicos, Carlos y Camila, a pesar de que los médicos estimaban que debía permanecer al menos dos meses en reposo.

El jueves 10 de abril, el papa apareció con pantalones oscuros, camiseta y un poncho en la basílica de San Pedro, que recorrió también en silla de ruedas para observar la restauración de la zona de la Cátedra y rezar en la tumba de Pío X. Este sábado 12 de abril acudió a la basílica de Santa María la Mayor.

El 23 de marzo, el papa salió del hospital Gemelli de Roma después de 38 días de ingreso por una neumonía bilateral y otros problemas respiratorios, aunque esta no ha sido su única recaída.

Tender la mano al que no puede más

El papa pidió tender la mano al que ya no puede más, en la homilía leída en su nombre durante la misa del Domingo de Ramos, la celebración que abre los ritos de la Semana Santa, marcada este año por su convalecencia.

La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado, indicó el papa en su homilía, leída por el cardenal Sandri ante más de 20 mil personas que esperaban a Francisco.

La plaza estaba engalanada con ramas de olivo y palmas, que los fieles, religiosas y miembros de la Curia habían portado en procesión antes de la misa, en recuerdo de la entrada triunfal en Jerusalén de Jesús de Nazaret, un rito antiguo de la religión católica que data del siglo IV.

“Hermanos, hermanas, para experimentar este gran milagro de la misericordia, decidamos durante la Semana Santa cómo llevar la cruz; no al cuello, sino en el corazón”, indicaba el texto de Francisco.

Recuerdo para las víctimas de Santo Domingo

En un Domingo de Ramos tan intenso, el papa no se olvidó de las 226 víctimas mortales del derrumbe del techo de una discoteca en la República Dominicana, y pidió que Dios las acoja en su paz, durante el rezo dominical del Ángelus, que fue publicado por escrito.

“Hermanas y hermanos, os agradezco mucho por vuestras oraciones. En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios”, indicó.

Entonces, el Papa pidió a los fieles: Que encomendéis conmigo al Señor a todos los que sufren, especialmente a los afectados por la guerra, por la pobreza o por los desastres naturales. En particular, que Dios acoja en su paz a las víctimas del derrumbe de un local en Santo Domingo, y sostenga a sus familiares