Prioridad de Estado

Prioridad de Estado

La primera infancia y la lucha contra la desnutrición deben ser una prioridad siempre y no un tema más de la agenda política de Guatemala.

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23/11/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

En nuestro país decir que los niños son el futuro del país y prometer hacer algo por dicho futuro se ha convertido en un cliché utilizado por políticos y gobernantes para mostrar empatía, verse bien ante los medios, mantener apoyo popular o ganarse unos votos, porque al analizar las políticas públicas relacionadas al tema de la primera infancia y lucha contra la desnutrición la realidad no se ajusta a las promesas e intenciones. Lamentablemente, los temas que deberían ser prioridades de Estado se pierden en la coyuntura política y en debates superficiales.

Los temas que deberían ser prioridades de Estado se pierden en la coyuntura política y en debates superficiales.

Cada semana sucede algo que agita al espectro político, generando una serie de dimes y diretes, que aquí llamamos debate político, sin que el problema de fondo se resuelva. La clasificación de basura, el seguro contra terceros, la fuga de reos, las alianzas público-privadas, hasta la clasificación al Mundial de Futbol genera una discusión política airada, pero superficial, porque nunca se resuelve el fondo del asunto. En esta dinámica se pierden temas que deberían ser asuntos de Estado, no del gobierno de turno, y el principal es precisamente la importancia de la primera infancia y la lucha contra la desnutrición.

De acuerdo con el Análisis y recomendaciones para el proyecto de presupuesto para el 2026, elaborado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), presentado el pasado 11 del mes en curso, se presentan cuestiones preocupantes dentro del presupuesto del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, en particular para el programa de Prevención de la Mortalidad de la Niñez y de la Desnutrición Crónica, que es el de mayor asignación para la inversión pública en niñez y adolescencia. De acuerdo con el análisis del Icefi, el Ejecutivo propuso en el proyecto de presupuesto para el 2026 recortar su asignación en Q2.2 millones (0.2%) respecto de la asignación vigente a agosto del 2025 de Q1,113.0 millones, recomendándola en Q1,110.7 millones, 47% del presupuesto del Ministerio de Salud vinculado a la inversión pública en niñez y adolescencia.

Un 0.2% puede parecer poco, pero al analizar cada rubro el impacto es devastador. Por ejemplo, las actividades de dotación de micronutrientes para niños y niñas menores de 5 años tendrán un recorte de Q19.1 millones (9.2% menos) respecto del presupuesto vigente a agosto del 2025. El monitoreo de crecimiento, tendrá un recorte de Q7.6 millones (13.5% menos). La atención por infección respiratoria aguda a niño y niña menor de 5 años perderá Q11.6 millones (16.1% menos). En cuanto a las metas físicas, el Icefi advierte de que habrá una disminución de 10.4% en la meta de niños y niñas menores de 5 años con servicios de vacunación, una disminución de 39.1% en la meta de niños y niñas menores de 2 años con vigilancia de desarrollo infantil y una disminución de 6.6% en la meta de mujeres en edad fértil suplementadas con micronutrientes. Esto es simplemente inaceptable y debería ser la prioridad por corregir en el proyecto de Presupuesto para el 2026.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), se estima que la población menor de 6 años es de 2.5 millones y la desnutrición crónica afecta a uno de cada dos niñas y niños menores de 5 años, entre los cuales un 32.4% tiene prevalencia de anemia, mientras que 24.20% de las mujeres embarazadas tiene anemia, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (INE), y el 19.7% de los hogares tienen una doble carga de malnutrición. Según datos de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, estos recortes condenan a cientos de miles de niños que simplemente no serán parte del futuro de Guatemala. Lo lamentable es que este sea un tema a discutir y no un imperativo político del Estado de Guatemala. Es urgente que el Ministerio de Salud y en específico el programa de Prevención de la Mortalidad de la Niñez y de la Desnutrición Crónica cuenten con los fondos necesarios para cumplir metas que deberían ser mayores cada año y no al revés.