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4 hábitos de higiene que te protegen de enfermedades comunes
El practicar estos detalles de autocuidado personal e higiene hacen la diferencia para disminuir la probabilidad de enfermedades y mantener una vida plena.
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El autocuidado busca que cada persona se haga responsable por tomar las medidas necesarias para prevenir ciertas enfermedades y fomentar estilos de vida que le lleven a sentirse lleno de bienestar.
“¿Es normal llegar a casa, abrir el grifo y que salga agua?, eso no es normal, es un milagro. Hacer nuestras necesidades y mandarlas lejos en un tubo, para que no se generen malos olores en casa, es también un milagro. Nos parecen cosas obvias, pero hemos olvidado que vivimos llenos de milagros“, dijo Yokoi Kenji en su visita a Guatemala en noviembre 2024 y donde explicaba acerca de ser más conscientes de todo aquello que nos rodea y de los procesos que conlleva.
Durante cada 24 horas se juegan distintos roles a nivel personal, en la familia, el trabajo o con el grupo de amigos. Lo esencial de estar bien en cada uno de estos aspectos es encontrar el equilibrio personal y eso es sentirse bien física y emocionalmente.
Así que es primordial que cada día nos enfoquemos en trabajar en nosotros, para reflejar eso en cada uno de los ambientes en los cuales nos desarrollemos. La Organización Mundial de la Salud lo define como la habilidad que tiene el individuo para prevenir enfermedades y mantener la salud, con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica.
El médico Edmundo Chang explica que desde la antigua Grecia se ha estado en la búsqueda del equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, se hablaba de la “Paideia”, entendida como la formación integral de los ciudadanos. Los griegos proponían un modelo de vida basado en la distribución equilibrada del tiempo en cuatro bloques de seis horas.
El primer bloque se destinaba al descanso: dormir lo necesario para recuperar las fuerzas. El segundo bloque estaba orientado al trabajo productivo, a las tareas que sostenían la vida y la comunidad. El tercero se dedicaba al cuidado del cuerpo mediante ejercicios, baños termales, masajes, vapor y una alimentación saludable. El cuarto bloque, finalmente, estaba reservado al desarrollo intelectual: la filosofía, el arte dramático, la pintura, la escritura y todas aquellas expresiones que enriquecían el espíritu.
Este modelo buscaba que el ser humano alcanzara una vida plena y consciente, convirtiéndose en un ciudadano íntegro, capaz de equilibrar la productividad con el bienestar físico y el desarrollo cultural.
En la época moderna el equilibrio es esencial. Se presentan cuatro aspectos fundamentales para alcanzarlo.
1 El lavado de manos
Es importante que el lavado de las manos sea profundo y a conciencia. Lo mejor es hacerlo bajo una canilla que fluya, no importa a qué temperatura.
Primero se deben lavar las caras internas y luego las externas, después el espacio entre los dedos, las uñas y los pulgares. El procedimiento lleva, en promedio, entre 20 y 30 segundos.
Para los niños es bueno tener algún truco para que no se aburran: si cantan dos veces seguidas el “feliz cumpleaños”, se habrán lavado las manos muy bien.
Parece algo trivial, pero la importancia de lavarse las manos fue un gran descubrimiento del siglo XIX, cuando el cirujano Ignaz Semmelweis, de Hungría, hizo campaña para que en las clínicas hubiese una mejor higiene de manos. También es muy recomendable lavarse bien las manos al cocinar, sobre todo después de tocar carne de pollo cruda, para evitar que los gérmenes pasen a otras comidas y se contaminen.
Lavarse las manos con agua y jabón puede reducir en un 50% las diarreas infantiles y hasta en un 25% las infecciones respiratorias. El lavado de manos con jabón, especialmente en los momentos críticos, es decir, después de usar el inodoro y antes de comer o preparar una comida, es una intervención que salva vidas.

¿Cada cuánto bañarse?
Un artículo de la revista Telva explica además si es necesario o no el utilizar jabón durante la ducha debido a una tendencia que habla acerca de esto. La médica Lidia Maroñas recomienda “una ducha diaria corta, de no más de 10 minutos de duración con agua tibia y escaso jabón. Es preferible utilizar jabones oleosos suaves no perfumados, que sean respetuosos con el manto lipídico de la piel y aplicarlos directamente con la mano. En personas con piel seca o atópica es mejor recurrir a aceites, leches o cremas lavantes que al jabón convencional”.
También a personas como deportistas que necesitan más de una ducha al día recomienda prescindir del jabón.
2. Una alimentación sana y ejercicio
La alimentación es fundamental para una vida más saludable dice el médico Miguel Ángel Soto. Los tiempos de comida pueden dividirse entre cinco y ocho, en los que las porciones deben ser apropiadas.
En las comidas principales se sugiere que la mitad del plato sea de vegetales, los carbohidratos deben ser del tamaño del puño y la cantidad de proteína del tamaño de la palma de la mano, es una manera sencilla de verlo y de aplicarlo.
Si pasamos demasiado tiempo sentados hacer pausas frecuentes, levantarse y hacer caminatas cortas y de ser posible poner pesas o poner peso para levantar con las piernas para fortalecer los músculos.

3. La higiene del buen dormir
El sueño y la vigilia guardan una estrecha relación y ambos son indispensables no sólo para la supervivencia del ser humano, sino para una buena calidad de vida.
El Laboratorio de Sueño, de la Facultad de Psicología, de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que se ha descrito que la calidad del sueño está asociada con los eventos ocurridos durante el periodo de vigilia previo.
Así que los episodios de estrés alteran los ciclos de sueño. “La forma de vida urbana y la actual situación socioeconómica han provocado un incremento de la ansiedad y el miedo ante los riesgos de perder el trabajo, los ahorros, la estabilidad social y económica o la falta de una expectativa alentadora, todos estos factores desencadenan alteraciones en el sueño. Cuando éstos se extienden a un amplio sector de la población, nos encontramos con que los efectos de los trastornos del sueño se reflejan como alteraciones en la sociedad”, se explica en un artículo presentado por la institución.
4. Prioritaria higiene mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la depresión ocupa la principal posición entre los trastornos mentales y es dos veces más frecuente en mujeres que hombres. Para los trastornos afectivos de ansiedad y por consumo de sustancias en adultos graves y moderados, la mediana de la brecha de tratamiento es de 77.9% en América Latina y el Caribe (ALC). La brecha para la esquizofrenia es de 56.9%; para la depresión es de 73.9% y para el alcoholismo es de 85.1%. Cifras preocupantes y que demuestran la importancia de poner el tema de la salud emocional en la mesa.

Las nuevas generaciones hablan un poco más de salud mental, ahora ya no está mal visto ir con el psicólogo. La pandemia fue también un parteaguas para preocuparnos más de ella, teníamos que buscar estabilidad en medio de la inestabilidad y surgieron campañas importantes, en especial en la prevención del suicidio