Edad maravillosa y frágil

Edad maravillosa y frágil

Son importantes las reglas, que deben ser pocas pero que se cumplan en relación con el uso saludable de la tecnología, los objetivos escolares y la colaboración equitativa con las tareas de casa.
02/03/2025 00:05
Fuente: Prensa Libre 

La etapa de la adolescencia es el despertar de la personalidad, el amanecer de la conformación de la personalidad y un período de aprendizajes académicos, psicosociales, emocionales e intrapersonales. Es una fase vital en la cual la niñez queda atrás pero la madurez aún dista un buen tramo. A lo largo de las eras ha sido un período de crisis, descontento, definición y transformación, un tiempo de vida maravilloso en donde se solidifican las amistades, aparece el amor en el horizonte y se perfila también el futuro vocacional, laboral y profesional.


Sin embargo, las dinámicas económicas, culturales y, sobre todo, tecnológicas han dado varios giros al entorno adolescente durante este cuarto de siglo. La interacción personal sigue siendo fundamental y los medios digitales han multiplicado el alcance de las expresiones e informaciones, así como los riesgos de bulos, delincuencia, trata de personas, adicciones y paradójicos aislamientos. El asedio de pandillas en busca de carne de cañón explota las vulnerabilidades y búsquedas propias de la edad.


Todo lo anterior viene a colación porque desde 2020 la Organización de Naciones Unidas propuso conmemorar cada 2 de marzo el Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes. Se asume que una amplia mayoría de jóvenes crecen en armonía y buscan objetivos personales en favor de su desarrollo. Lamentablemente, existen condicionantes como la extrema pobreza, la falta de acceso a oportunidades de estudio y cultivo de habilidades, la exclusión económica e incluso las desavenencias entre padres de familia que pueden detonar comportamientos nocivos.


Los adultos a cargo del hogar son los primeros llamados a entablar una comunicación franca, asertiva, respetuosa y cordial desde la niñez. Tal actitud de apertura puede verse a prueba con los cambios emocionales y actitudinales del adolescente. A prueba. No cortada ni interrumpida, y eso depende de quien ostenta mayor experiencia y presunta madurez. Son importantes las reglas, que deben ser pocas pero que se cumplan en relación con el uso saludable de la tecnología, los objetivos escolares y la colaboración equitativa con las tareas de casa.


Lamentablemente, adolescentes son especialmente vulnerables como lo demuestra un reciente informe acerca de abusos sexuales y embarazos de menores entre los 10 y los 16 años. Tal problema no solo precisa de mayor orientación por parte de los adultos y los maestros, sino también de medidas de protección y sanción de parte de entidades del Estado. La alta impunidad en delitos como los mencionados solo agrava y amplía la destrucción de futuros.


La comunicación abierta y honesta es una herramienta clave. Cierto es que los adolescentes no lo saben todo —aunque a menudo pretendan que sí—, pero esto forma parte del diálogo a mantener con sus padres, maestros y líderes de comunidades religiosas, quienes también pueden aprender mucho de la nueva generación. Siempre ha sido así el ciclo, pero en este tiempo el influjo de datos es más vertiginoso e incluso agobiante. Los adultos deben saber escuchar y los jóvenes pueden ser aleccionados de mejor manera a través de la convivencia comunitaria, del voluntariado, la sana competitividad deportiva, y sobre todo, por el ejemplo coherente.

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