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Trump retrocede, algo loable pero también una derrota
Muchas decisiones de Trump, pese a ser luego eliminadas, por sus efectos perniciosos, mantienen sus efectos negativos.
Las noticias desde Washington cambian en pocas horas. Donald Trump decidió retroceder en la aplicación de los aranceles a México y Canadá y esa decisión es loable pero debe ser el preámbulo de borrar la orden presidencial. A causa de su estilo de gobernar y sus irritaciones cuando las cosas no salen como él quiere, no deja de ser una derrota, porque en realidad lo es. Serán enormes los efectos económicos de esa guerra comercial con países amigos, agregada a sus acciones en contra de la Unión Europea y sus sorpresivos contactos con los autoritarios gobiernos de Putin, Corea, el iraní Pezeshkian y otros, han dividido a Occidente. Y el apoyo militar europeo a Zelenski, coloca en una mala posición al presidente republicano, perdedor de apoyo interno y externo
Respecto a sus palabras en el Congreso, poco se puede decir, porque todo lo expresado ya se conocía, en especial respecto a los aranceles. Las docenas de aplausos de sus partidarios fueron de cinco u ocho segundos, robóticos, ensayados u ordenados. La presencia de las víctimas de crímenes hubiera sido explicable si no fuera porque todos eran víctimas inocentes de emigrantes sin papeles, cuyo porcentaje en el crimen nacional es de solo 20%, equivalente a uno de cada cinco. Los demócratas actuaron imperdonablemente al no aplaudirlos porque con ello comprobaron a nivel nacional su estulticia. Todo ello demostró el bajo nivel actual de los dos partidos estadounidenses. Es una vergüenza aunque nadie los hubiera criticado abierta o acremente.
Se afianza cada día la calidad de una autocracia por Trump, quien reiteró su decisión de Panamá y Groenlandia, en un ambiente diseñado para fomentar el miedo de quienes emigraron y ahora tienen papeles legales.
Durante su intervención, al estilo de un discurso populista de campaña. Trump elogió a Musk, uno de cuyos enormes cohetes despegó el viernes y pocos minutos después la TV mostró imágenes del aparato desintegrándose. Esto es un problema para Trump a causa de la importancia otorgada por él, lo cual convierte un hecho político todo lo relacionado con el sudafricano, especialmente su política de despidos masivos en el equipo burocrático por motivos políticos, como el caso de Medicare. A Musk, por esa misma causa le afectó la afirmación presidencial de dinero gastado en medicinas para personas de más de cien años, una de ellas de 150 años. Mal informado: el récord mundial lo tiene la francesa Jeanne Calment (1874-1997). Fue casi una traición insinuar al secretario de Estado, Marco Rubio, como culpable si las cosas no salen bien en Ucrania. Fue preocupante la ausencia de mención alguna a sus nuevos amigos Putin, Xi, Kim y otros dictadores.
El asunto se complica por la referencia de Trump a futuros problemas, y ya en una reunión con Rubio y Musk, muy violenta, ordenó a este recortar con tijera, no con sierra, signo de división. Anunció malos tiempos para los agricultores, quienes ya los sufren. Ante la avalancha de críticas por su contubernio con Putin, al conocer los bombardeos ordenados por él por primera vez en mucho tiempo lo criticó. Se afianza cada día la calidad de una autocracia por Trump, quien reiteró su decisión de Panamá y Groenlandia, en un ambiente diseñado para fomentar el miedo de quienes emigraron y ahora tienen papeles legales. Los multibillonarios llamados a decidir en puestos cruciales para el gobierno, todos son “wasp” (blancos, anglosajones y protestantes). La Historia registra un caso similar: el de Hitler enfrentándose simultáneamente a Rusia, África del Norte y el resto de Europa tuvo al principio grandes, pero Alemania fue arrasada.
Creo necesario comentar un detalle: la calificación de “logro histórico” las expulsiones de emigrantes ilegales, lograda en parte por el ejército más poderoso del mundo y los menesterosos, hombres y mujeres con hijos, aun no convencidos del fin del “sueño americano”. Una forma de ayudarlos es darles alimentos y albergue dentro de Guatemala, por elemental solidaridad, pero para ello debe cambiar la manera de pensar de los ciudadanos. El problema no es la expulsión, sino la manera como es realizada ahora y antes: los republicanos Bush hijo y Reagan, y el demócrata Clinton, con más casos. No se puede apoyarlo, aunque se entiendan los motivos causantes de tanto daño humano. Es cuestión de mínima solidaridad con nuestros compatriotas.