El abrazo que paralizó al Bernabéu: Kroos recibe a Modric en su despedida

El abrazo que paralizó al Bernabéu: Kroos recibe a Modric en su despedida

Uno de lo momentos más especiales del partido llegó al minuto 85 ya que será recordado para siempre por una postal que quedará grabada en el alma de los madridistas: el abrazo entre Luka Modric y Toni Kroos.

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24/05/2025 11:34
Fuente: Prensa Libre 

El Santiago Bernabéu vivió una tarde cargada de emoción, historia y lágrimas. En la última jornada de LaLiga 2024/2025, el Real Madrid derrotó 2-0 a la Real Sociedad, pero más allá del marcador, el partido será recordado para siempre por una postal que quedará grabada en el alma de los madridistas: el abrazo entre Luka Modric y Toni Kroos.

Corría el minuto 85 cuando Carlo Ancelotti decidió hacer el último cambio del encuentro. En la pantalla del estadio apareció el dorsal 10. Todo el estadio se puso de pie. Era el momento. Luka Modric, uno de los mediocampistas más grandes en la historia del club, dejaba el campo de juego por última vez vestido de blanco. Y al borde del campo lo esperaba alguien muy especial.

Con lágrimas en los ojos, Modric caminó lentamente hacia la línea lateral. Allí, esperándolo con los brazos abiertos, estaba su viejo socio, su hermano futbolístico, el alemán Toni Kroos, quien exactamente un año atrás, el 25 de mayo de 2024, había vivido su propia despedida del Bernabéu.

El abrazo fue profundo, largo y sentido. Sin palabras, pero lleno de significado. Era más que un cambio. Era el fin de una era, el cierre de una dupla histórica que dominó Europa durante más de una década. En redes sociales, el momento se viralizó de inmediato. “Se nos fue el mejor mediocampo del mundo”, escribían los aficionados. “Gracias por tanto, Kroos y Modric”, replicaban otros entre lágrimas digitales.

Juntos lo ganaron todo: cinco Champions, múltiples Ligas, Copas del Rey, Supercopas, Mundiales de Clubes. Fueron cerebro y corazón del Real Madrid en sus noches más mágicas. Verlos juntos una vez más, aunque ya no dentro del campo, fue el homenaje perfecto.

Modric, visiblemente afectado, recibió una ovación de más de tres minutos. El Bernabéu coreó su nombre una y otra vez, mientras Kroos lo acompañaba hacia el banquillo, como si no quisiera que su compañero diera ese último paso solo. Fue el cierre de un ciclo, uno que quedará como uno de los más gloriosos en la historia del club.

Sin duda, el abrazo de Kroos y Modric fue el momento más emocionante del partido y tal vez de la temporada. Un instante que no necesitó títulos, ni goles, ni trofeos. Solo respeto, gratitud y amor por el escudo.