Arévalo, el 14 de enero de 2024. 1ª. Parte
El 14 de enero de 2024, en nosotros renació la esperanza, cuando Bernardo Arévalo de León, ganó la aplastante victoria con un total de 2,4 millones de votos a su favor (58 %), con el respaldo popular y asumió la conducción de la Nación. Éramos y todavía, tenemos fe en Arévalo, porque creemos, con […]
El 14 de enero de 2024, en nosotros renació la esperanza, cuando Bernardo Arévalo de León, ganó la aplastante victoria con un total de 2,4 millones de votos a su favor (58 %), con el respaldo popular y asumió la conducción de la Nación. Éramos y todavía, tenemos fe en Arévalo, porque creemos, con su lucha y batallar contra la corrupción y con el respeto al hombre y sus intrínsecos derechos. Arévalo es tenaz e incansable por los derechos humanos, un crítico severo de la impunidad, de la violencia y del crimen institucional, fue el escogido para encaminar por los derroteros de la verdad, el desarrollo y la justicia, nuestro resquebrajado sistema institucional. Se debe leer y escribir sobre los derechos humanos, porque el respeto al hombre, a su vida y a su dignidad nos lo enseñó Jesucristo, es la idea medular de la ideología cristiana y del Hombre que murió por nosotros en una cruz. Y si algún día dejo de reclamar el respeto por la vida y el hombre, porque hay muchos fascistas que son trasnochados y obsoletos. Pero en fin, estigmatizar así a los políticos o a quienes decimos la verdad “sin esconder la mano”, ha sido usual en el derechismo a ultranza y en los macartistas reaccionarios.
Son personas como el CACIF, Fundación Contra el Terrorismo, Guatemala inmortal, algunos castrenses y ciertas asociaciones autoritarias derecha fascista radical, porque todavía hay guatemaltecos que siguen con equipo obsoleto, porque nunca se han esforzado para prepararse y habilitarse en el enten¬dimiento de la democracia; individuos como ellos que se han in¬movilizado en sus concepciones, mientras que los pueblos avanzan en la conquista de sus derechos, porque los pueblos avanzan en la conquista de sus derechos. Porque la democracia y la libertad debe ser defendida con su vida. Porque quienes escribimos y criticamos con verdad y objetividad, tenemos libertad, independencia y autodeterminación.
Debemos reconocer que Arévalo tiene sus aciertos y errores, luces y sombras en la política, todavía no ha logrado por vías correctas una mediana depuración al Ejecutivo y la fiscal General del MP, y el organismo Judicial.
Arévalo tiene un acceso muy directo al Pueblo y ello le dio una imagen de sencillez. Pero todavía hay muchísima insatisfacción en la ciudadanía. Tuvo severos desaciertos y pocas realizaciones. No quedó más que un maltrecho dibujo. ¿Se plegó a los intereses del Poder Real, lo doblegaron las verdaderas cúpulas de poder -CACIF y militares? Por ello cedió ante el poder del capital y de las cachuchas. Los enjambres del manejo del Estado, los siguió teniendo ese enemigo oculto, ese inquilino de piedra de l Casa Presidencial y del Palacio Nacional. Esas fuerzas malignas siguen alimentando el crimen, la desvergüenza y la impunidad. Esos fueron los factores reales de poder que nos gobernaron. Y nuestra sociedad siguió fragmentada y confrontada; y los pobres siguieron siendo pobres, y los ricos se hicieron más ricos. Siguió faltando el pan, la educación y las medicinas. Arévalo está en un país pobre, un país en donde campeaba la inseguridad, la corrupción y la impunidad.
Porque en Guatemala, coexisten dos Naciones, aquella de los que satisfacemos todas o casi todas nuestras necesidades; y la otra, la Guatemala profunda, la lacerante, la cruel, la infamante.. la inhumana, aquella de los miserables que no tienen alimento, salud, techo, abrigo ni escuela. Guatemala es un país de muchos contrastes, tenemos una Nación muy golpeada, una sociedad confrontada y fragmentada, una sociedad intolerante y tremendamente polarizada. Un país en donde abundan los extremos entre riqueza y pobreza, entre opulencia y miseria, entre hambre y saciedad, un país de injusticias y desajustes sociales.
Y en los diez meses de su gestión y siempre están los aduladores y serviles de ese tiempo y de todos los tiempos. Con la personalidad del presidente Arévalo y su equipo de gobierno tiene algunos logros. Y ojalá que tenga realidades, no quimeras, ni mito. Porque miles de ciudadanos le creemos a Arévalo y ojalá que podría seguir cabalgando sobre tigres, es una expresión utilizada en la literatura.